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Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Yo cuido

Sanitarios y vecinos, en una movilización en Bilbao, frente al ambulatorio de Rekalde

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Yo cuido

Empezamos el tercer mes de clase de mis hijas, escuela e instituto. Horarios distintos, necesidades distintas. Preparamos de antemano lo que tienen que llevar. Madrugamos. Estamos en los primeros meses para identificar cuántos cuidados necesitamos y cuántos damos cada una de nosotras en casa. Empezamos con la comida, organización de tiempos, ayuda con deberes, corresponsabilidad con tareas domésticas… Yo me apunto la compra, mi pareja ir a visitar a su madre, que necesita ayuda con temas puntuales. Mi amiga Fátima manda a sus tres hijos de primaria al colegio solos, juntos. Acaba de ser madre y se apoya en sus amigas para cuidarlos por la tardes entre todas. Su marido trabaja fuera y ella está al frente de la casa. Pero sus amigas son su familia y se mueven y apoyan en tribu.

Tú cuidas

La tutora del centro donde van mis hijas está a tope con el plan de prevención del COVID19. Se llama Ainhoa, es nueva. Temperatura, mascarillas, distancias, limpieza, pendientes del teléfono o correos de las familias, pendientes de cómo llegan los chicos y chicas tras 6 meses sin sentarse en un aula, atentas a sus nervios, a sus temores y a sus ganas de disfrute. Preparan contenido, tareas, piensa en colectivo con sus compañeras, comparte sus inquietudes, visionan a futuro, hablan de la huelga. A doscientos metros del centro está la Residencia donde trabaja Saioa. A la misma hora que Ainhoa, hace la primera toma de temperatura a sus residentes, comprueba su medicación, repasa con la terapeuta el plan de la mañana, comentan el nuevo ingreso de ayer y las quejas de una familia que no han podido ver sus familiar. Se organizan con la dirección para hablar con ellos. Hay dos bajas entre sus compañeras por décimas de fiebre. Todas están nerviosas. La mayoría de residentes participan de sus rutinas diarias como todos los días. Aparente normalidad interna, mucho trabajo coordinado. Nerviosismo velado.

Somos seres interdependientes que a lo largo de nuestra vida vamos a necesitar cuidar o ser cuidadas. Hoy, que nos toca hablar de conciliación, teletrabajo, enfermedad, ecología… tenemos que reivindicar ese sistema que pone los cuidados en el centro

Ella cuida

Se llama Caren, cuida de la madre de mi amiga. Es interna de lunes a sábado. Le atiende en todo lo que necesite. La madre de mi amiga está en silla de ruedas. Levantar, acostar, vestirle, asearle, llevarle al baño, a dar un paseo, al médico, ayudarle a comer. Además está su padre, que también vive en casa. Caren hace la comida y limpia la casa para todas. Además le informa a mi amiga de todo lo que observa en ellos: tu padre hace días que se queja de un pie, tu madre hoy tiene un poco de fiebre…. También está pendiente de su prima, que se ha quedado sin trabajo porque ha muerto la persona a la que cuidaba. Lleva dos meses sin ingresos y no puede pagar su parte de alquiler. Caren le ayuda para que pueda sobrevivir. Sobrevive ella y envía un poco de dinero a su propia familia que vive fuera. A veces lloran juntas al teléfono.

Nosotras cuidamos

Mireia es enfermera, Itxaso médica de atención primaria. Se conocen del barrio y del AMPA del centro de sus hijos. Antes solo coincidían en el patio o en alguna reunión. Durante el confinamiento han coincidido en el hospital, en diferentes turnos, en la cafetería. Han compartido taxi un par de veces para ir y volver a casa del hospital. Se han hecho amigas. La situación que han vivido ambas en el pico de la pandemia les ha creado un vínculo especial. Sus casas dan al mismo patio. No lo sabían. Han escuchado los aplausos y han aplaudido, no solo ellas han sido las esenciales. Lo saben. También tomaban café con un par de compañeras que limpiaban quirófanos. Aquellos duros días sus colores de uniforme eran los mismos.

Vosotras cuidáis

Son Mónica, Oihana y Luka. Han creado una cooperativa de productos ecológicos, tienen su propia huerta, 10 gallinas y hacen pan. Todavía no les da para sobrevivir, pero se las arreglan compartiendo lo que tienen y la vivienda de la familia de una de ellas. Entre atender la huerta, repartir cestas semanales, llevar productos a dos tiendas de barrio, atender los puestos de mercados de los pueblos del entorno a los que van y llevar la gestión se les van los días. El confinamiento les ha dado un destello, porque su apuesta laboral ha tenido eco social y se sienten un poco más reconocidas en el entorno. Cada una está buscando su sitio.

Ellas cuidan

Llevan muchas reuniones a sus espaldas, muchas concentraciones, pancartas y mensajes de whatsapp. Son jóvenes y viejas, críticas con el sistema, diversas e iguales, trabajadoras y en paro, solteras, casadas y en estados varios, son gente normal y gente extraña, con ideologías políticas distintas en el espectro de la izquierda, hablan de “violencias” de “invisibilidad” de “interseccionalidad” o de “techos de cristal”. Forman parte de los movimientos feministas del pueblo, de la ciudad más cercana, de Euskadi. Durante el confinamiento han pensado y debatido en común. Han organizado su propio espacio, lo llaman la Mesa de Cuidados. Producen textos consensuados, ponen el marco de referencia, dirigen sus peticiones a la clase política, a instituciones concretas: el sistema tiene que cambiar.

Todas ellas tienen un denominador común. Forman parte del Sistema de CUIDADOS, formal, informal, público y comunitario, remunerado y no remunerado en su mayoría. Nadie pone en duda que hacen trabajos esenciales sin los que la vida no se sostiene. Ellas, ellos y otras muchas personas que han hecho eso “toda la vida” sin que eso haya sido reconocido, visibilizado, puesto en valor. Nadie pone en duda que hacen y hacemos equilibrios, malabares, especialmente las mujeres para conjugar nuestras cargadas agendas.

Somos seres interdependientes que a lo largo de nuestra vida vamos a necesitar cuidar o ser cuidadas. Hoy, que nos toca hablar de conciliación, teletrabajo, enfermedad, ecología… tenemos que reivindicar ese sistema que pone los cuidados en el centro de la política, del mercado, de las agendas mediáticas y de la vida para dignificarlas, ellas y todo lo que se mueve a su alrededor. Hablemos de ellos en nuestras casas, en nuestros trabajos, en nuestros entornos, en nuestros grupos de whatsapp y en nuestras instituciones.

Tenemos el reto de debatir en el plano político, y con una legislatura por delante, la creación de un Sistema Vasco de Cuidados donde todas nos sintamos partícipes y veamos que da igual en qué plano hablemos de los cuidados, porque todas, más pronto o más tarde, cuidamos y somos cuidadas. 

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