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Urkullu 2016-2020: así ha sido la legislatura vasca que ahora acaba

Urkullu en su investidura y en un acto reciente

Iker Rioja Andueza

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Que las elecciones vascas no coincidieran con un hipotético adelanto en Catalunya y evitar el cerco de la oposición en el Parlamento han sido los dos principales factores que han empujado a Iñigo Urkullu a convocar de manera repentina las autonómicas el 5 de abril y no a finales de mayo –como parecía lo más probable– o al final del mandato, en septiembre o incluso octubre. El lehendakari, tras porfiar durante varios días, apretó finalmente el botón electoral el pasado lunes. Antes de contarlo a los medios de comunicación, informó a Pedro Sánchez, a Quim Torra, a Alberto Núñez Feijóo –es casi ya tradición que los gallegos voten a la vez– y a María Chivite. Este final abrupto de la legislatura arroja momentos de gran trascendencia política tanto dentro como fuera de Euskadi. Así ha sido la segunda legislatura de Urkullu en diez actos. Ahora, con 59 años, el dirigente del PNV aspirará a la reelección para un tercer y quizás último mandato.

1 – La coalición con los socialistas

La legislatura arrancó en Euskadi el 22 de noviembre de 2016. Los líderes de PNV y PSE-EE, Andoni Ortuzar e Idoia Mendia, dos meses después de las elecciones autonómicas, firmaron un acuerdo de coalición acompañados de quien iba a liderar el Gobierno, Iñigo Urkullu. Tras años de distanciamiento, recuperaban los pactos de la década de 1990 con José Antonio Ardanza al frente, “la confluencia de dos grandes tradiciones políticas de este país”. Así las cosas, Urkullu incorporó a su gabinete a tres consejeros del PSE-EE –la coalición supuso incrementar el Gobierno en esos mismos miembros–, a los que les cedió las áreas de Medio Ambiente y Vivienda; Trabajo y Justicia; y Turismo, Consumo y Comercio. Los socialistas han gestionado 4 de cada 100 euros totales de presupuesto. Ambos partidos han gobernado en minoría, con 37 de 75 escaños. Ha sido así porque el recuento posterior a la noche electoral concedió finalmente a Leire Pinedo (EH Bildu) el último escaño por Bizkaia, algo que ha resultado determinante. Ha habido momentos en que el Ejecutivo ha denunciado ser víctima de una “pinza” por parte de la heterogénea mayoría de la que disponen EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP.

2 – Otra legislatura sin reforma del Estatuto

El programa con el que Iñigo Urkullu ganó las elecciones autonómicas de 2012 incluía una fecha, la de 2015, para celebrar una consulta para ratificar un “nuevo estatus” para Euskadi. Era un año antes de la que había anunciado Artur Mas para Catalunya. Urkullu accedió al Gobierno y en el programa definitivo se defendía el referéndum y el estatus, pero se eludió la fecha. Andoni Ortuzar dijo entonces que se podría retrasar a 2016. En 2013 Urkullu viajó a Nueva York. Al lado de Juan José Ibarretxe, prometió que en 2020 el País Vasco habría ejercido el derecho a decidir. Entretanto, en el Parlamento se constituyó una ponencia de autogobierno.

Fueron años de comparecencias y de debates hasta que, en tiempo récord tras años al ralentí, PNV y EH Bildu cerraron las bases de una reforma soberanista en la primavera de 2018. Después cada partido nombró a cinco expertos 'estatuyentes' para redactar un articulado: Mikel Legarda por el PNV, Iñigo Urrutia por EH Bildu, Arantxa Elizondo por Elkarrekin Podemos, Alberto López Basaguren por el PSE-EE y Jaime Ignacio del Burgo por el PP. Tres de ellos, los propuestos por PNV, PSE-EE y Elkarrekin Podemos, lograron un documento que, salvo en lo relativo al derecho a decidir, mostraba un principio de acuerdo. EH Bildu denunció que el PNV había minimizado los aspectos más soberanistas y que había incumplido su pacto. Entregado el texto, ahí acabó el recorrido de la reforma del Estatuto.

Urkullu, en cambio, ha valorado el trabajo como un “éxito” e insiste en que son las bases para un acuerdo entre vascos pactado con el Estado. En cambio, durante la legislatura el Gobierno vasco ha arrancado al central –ya con Pedro Sánchez en La Moncloa– un calendario para completar la treintena de transferencias pendientes desde 1979. El proceso se inició con la cesión de dos tramos de la AP1 y de la AP68, de modo que ya toda la red vasca de carreteras es de titularidad propia. Pero se cortó con la doble convocatoria de elecciones generales. Ahora en 2020 se ha retomado y esta misma semana se esperan novedades. De las competencias pendientes, las más relevantes son Prisiones y la gestión económica de la Seguridad Social. Esta última no formaba parte del paquete inicial y será discutida nuevamente, aunque no parece una negociación sencilla.

3 – El reto económico: por debajo del 10% de paro

En el cuarto trimestre de 2016 la tasa de paro en Euskadi era del 12,6% y ahora ese indicador marca un 9,1%. El Gobierno se fijó como gran objetivo económico bajar del 10% y puede presumir de ello. Menos engrasadas están las relaciones con los sindicatos. El diálogo social se mantiene abierto con la patronal y con UGT y CCOO, pero la mayoría conformada por ELA y LAB acaba de celebrar una huelga general. En años anteriores otro sector como la educación concertada, además del de las residencias, ha vivido conflictos laborales de larga duración. La Naval o Euskaltel han sido solamente algunas de las empresas que han atravesado dificultades en esta legislatura. En este cuatrienio han emergido como nuevos retos el combatir el invierno demográfico y también la transición ecológica. El Gobierno ha declarado la emergencia climática en Euskadi.

4 – De Rajoy a Sánchez en apenas unos días

Principios de mayo de 2017. El líder del PNV, Andoni Ortuzar, se mostró “sin complejos” en Madrid al confirmar que pactaría con el Gobierno del PP de Mariano Rajoy los presupuestos de ese año. Un acuerdo que suponía un “antes y un después” para Euskadi, en palabras de los nacionalistas, y que incluía 3.300 millones en inversiones, dejar resuelto el litigio por el cálculo del Cupo y poner fin al conflicto con la renovación de la plantilla de la Ertzaintza.

Finales de mayo de 2018. Toca volver a renovar los presupuestos del Estado y el Ejecutivo de Rajoy se la juega. El contexto era endiablado en España tras el 155 en Catalunya y a horas de que se publicara la sentencia del 'caso Gürtel' de corrupción en el PP. En el PNV, algunos portavoces como Joseba Egibar esquivaban las preguntas. El partido asumió el riesgo de salvar a Rajoy y volvió a pactar las cuentas. Pero en 24 horas se conocieron las duras penas por corrupción y el péndulo 'jeltzale' viró en pocos días.

Fueron sus votos los que hicieron triunfar la única moción de censura de la historia de la democracia española e hicieron presidente a Pedro Sánchez. Así lo explicó a este periódico Aitor Esteban: “Nosotros anunciamos el acuerdo de presupuestos, se votan las enmiendas y, al día siguiente, a las 8.00 horas de la mañana recibo una llamada de la vicepresidenta. ¡Al día siguiente! 'Te llamo porque va a salir la sentencia de la Gürtel'. Me quedé de piedra. '¿Y cómo va?', pregunté. 'Bueno… tal…'. ¿Alguien puede pensar el día anterior, antes de la votación de los presupuestos, que eso iba a ser así? ¿Qué casualidad, no? Si hubiéramos tenido todos los datos, quizás hubiéramos tomado otra decisión con los presupuestos. Lo que está claro es que, una vez que sucede eso, vemos que cae como una bomba. En la sociedad vasca todavía más. Ante eso no podíamos estar impasibles”.

5 – Un socio presupuestario a la derecha y otro a la izquierda

La situación de minoría parlamentaria obligaba al Gobierno de PNV y PSE a buscar aliados para aprobar los principales proyectos en el Parlamento. En materia presupuestaria, el socio en los dos primeros años fue el PP, el partido que gobernaba en España. Los socialistas nunca pusieron objeciones a estos pactos. Tras la moción de censura en España, el PP rompió sus relaciones en Euskadi con el Ejecutivo de Urkullu. De cara a las cuentas de 2019, hubo un intento con EH Bildu, pero la negociación saltó por los aires y terminó con reproches mutuos.

En ese contexto, y ya con nuevas mayorías en Madrid, el lehendakari ha terminado la legislatura mirando a la izquierda, a Elkarrekin Podemos. Se cerró un acuerdo económico plurianual valorado en 200 millones y que a la coalición de izquierdas le supuso el distanciamiento de IU, aunque la crisis no pasó a mayores. No solo los presupuestos han exigido cintura negociadora al Gobierno. Sin embargo, la legislatura acaba con un balance parlamentario muy pobre, con la mínima producción legislativa de la historia. De 30 leyes previstas, solo se han aprobado 8 (en este recuento no se incluyen las presupuestarias). Iniciativas sobre memoria histórica, igualdad, cambio climático o la reforma de la RGI se han quedado en papel mojado y nada se conoce de la Ley de Aportaciones.

6 – La fallida mediación en Catalunya

Si la gobernabilidad de España se jugó por momentos a caballo entre Madrid y Euskadi, los momentos previos a la declaración de independencia de Catalunya también pusieron a Vitoria en el foco informativo. El lehendakari, Iñigo Urkullu, se convirtió en intermediario entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont para tratar de parar la denominada DUI y evitar el 155, pero también contactó con otros agentes catalanes del mundo de la política, la empresa o la sociedad. Acumuló el producto de su trabajo en un archivador al que le pegó una 'senyera' –nunca 'estelada'– y que se llevó consigo al Tribunal Supremo cuando fue citado como testigo en el juicio a los líderes independentistas. Ha prometido hacer público ese documento a su debido tiempo. Urkullu –que repite a quien le quiera escuchar que la fórmula pasa por “diálogo, negociación, acuerdo y ratificación y no por aventuras unilaterales”– siempre ha querido marcar distancias con Catalunya, apelando también a que era presidente de un Gobierno integrado por una fuerza no nacionalista. Lejos quedan los años de alianzas con la vieja CiU. Esa coalición con los posconvergentes ya no fue posible en las europeas de 2019.

7 – El final de ETA desde Bertiz

ETA parece cosa del pasado en Euskadi, pero lo cierto es que fue en 2017 y 2018 cuando se produjeron el desarme definitivo, por un lado, y el final de la organización como tal, por otro. El lehendakari, acompañado de la entonces presidenta navarra, Uxue Barkos, saludó este último acontecimiento desde Bertiz, al norte de la comunidad foral. En su discurso allí marcó las líneas de actuación que han marcado su política en esta materia. Pidió que el final de la organización terrorista supusiera un reconocimiento de las víctimas y una reflexión crítica del pasado. Uno de sus mensajes más repetidos al entorno abertzale ha sido el de pedirles que asuman que “matar estuvo mal” siempre. Los recibimientos a expresos de ETA a su salida de la cárcel también han sido objeto de polémica, al igual que, en sentido contrario, las propuestas del Gobierno vasco de acercar a los reclusos que siguen en prisión o sus planes para llevar la política de derechos humanos a las aulas. Durante la legislatura, se ha aprobado la modificación de la ley de víctimas de violencia policial ilícita. Sin embargo, la ponencia de memoria del Parlamento ha terminado la legislatura sin resultados.

8 – La caída de Darpón y el fraude de Osakidetza

Tres anestesistas del hospital de Mondragón abrieron la caja de los truenos y denunciaron las filtraciones de exámenes en las oposiciones médicas del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) para privilegiar a determinados candidatos. El escándalo se extendió de los exámenes de Anestesia a otra docena de especialidades. Una jueza de Vitoria mantiene abierta una investigación a instancias de la Fiscalía, que vio indicios de delito aunque el Gobierno nunca le remitió toda la documentación que había acumulado en su investigación interna, principalmente unas grabaciones que publicó este periódico. En el plano político, trascendió que antes de que en la primavera de 2018 se celebraran las oposiciones, el Departamento de Salud ya había recibido algunas denuncias a las que no hizo caso.

La primera reacción al conocerse el caso fue negar que hubiera “elementos objetivos” para poder corroborar el fraude. “Esto no es Venezuela, hay que probar las acusaciones”, llegó a decir el consejero del ramo, Jon Darpón, en sede parlamentaria. Pero la acumulación de indicios se llevó por delante al propio Darpón –al que Urkullu no le aceptó la dimisión cuando se conoció el escándalo–, como también a la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, y al responsable de Recursos Humanos, Juan Carlos Soto. Urkullu eligió como consejera a una cardióloga, Nekane Murga, que ya era alto cargo con Darpón. En las grabaciones de la investigación interna, previas al nombramiento, una testigo contó una anécdota que daba a entender que Murga podía conocer el sistema, aunque ella siempre lo negó.

9 – El factor de la corrupción

El final de la legislatura ha venido marcado por la sentencia del mayor caso de corrupción de Euskadi, el 'caso De Miguel', cerrado con elevadas condenas a exdirigentes del PNV de Álava y excargos institucionales. El caso se conoció cuando Urkullu era presidente del partido. El lehendakari, en una comparecencia que realizó por voluntad propia y desaconsejado por sus asesores, pidió perdón. No obstante, rebaja a conductas “individuales” lo ocurrido y sigue considerando “intachable” la trayectoria del PNV. Unas semanas después, otro excargo del PNV, Víctor Bravo, también fue condenado por fraude fiscal. Y antes lo habían sido los responsables del desfalco del museo Balenciaga y –aunque con condenas parciales sin cárcel– también se resolvió la trama de adjudicaciones sanitarias ('caso Margüello').

La oposición también vincula con el clientelismo las millonarias adjudicaciones, 377 entre 2014 y 2019 solamente del Gobierno vasco, al grupo de empresas del miembro del PNV Aitor Elorza. Montai y sus tres mercantiles se dedican a la organización de eventos, incluidos los del propio lehendakari. El adelanto electoral ha impedido la comparecencia de la directora del Instituto de la Memoria, Aintzane Ezenarro, con 68 adjudicaciones a Montai, así como la creación de la comisión de investigación que había planteado el PP. La Cámara sí ha aprobado en esta legislatura un dictamen que da por probadas las irregularidades en la gestión de los comedores escolares públicos.

10 – La crisis de Zaldibar

El 6 de febrero de 2020, a las 16.00 horas, Euskadi se sobresaltó con el desprendimiento de un vertedero en Zaldibar, cerca de Ermua y Eibar. Dos trabajadores quedaron sepultados y todavía hoy no han sido localizados entre las toneladas de residuos. La alarma ha crecido al haberse detectado sustancias tóxicas en el aire fruto de un incendio. El accidente ha puesto de manifiesto determinadas incidencias en la gestión del vertedero por parte de Verter Recycling. También cayeron 10.000 toneladas de amianto, un dato que se conoció cuando el dispositivo de rescate llevaba varias horas en marcha, con los operarios expuestos.

El suceso ha marcado de manera incuestionable las últimas horas de la legislatura. Los tres partidos de la oposición han demandado explicaciones al Gobierno y la polémica ha crecido porque tanto el lehendakari como los consejeros de Medio Ambiente o Seguridad ni comparecieron en varios días ni visitaron la zona en un primer momento. Las primeras explicaciones públicas las ofreció Urkullu coincidiendo con la convocatoria electoral, a lo que siguió un cambio de estrategia comunicativa y una actitud más proactiva. Sin embargo, la disolución del Parlamento no impedirá que el Ejecutivo, encabezado por el lehendakari, tenga que responder a las preguntas de la oposición. Será este martes en la diputación permanente, el retén entre legislaturas. Es solo la tercera vez que un lehendakari es citado en ese foro y la primera en puertas de unas elecciones.

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