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Darpón presentó a Urkullu su dimisión en junio, nada más abrirse la crisis de las oposiciones de Osakidetza

Jon Darpón e Iñigo Urkullu, en un acto público del pasado mes de diciembre

Iker Rioja Andueza

Fue el 1 de junio cuando las primeras denuncias de filtraciones de exámenes en las oposiciones médicas del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) saltaron a los medios de comunicación. A partir de ahí, en las siguientes semanas se sucedieron informaciones que ampliaban la magnitud de la crisis. Aunque la primera versión oficial fue que no había “elementos objetivos” que demostraran las irregularidades -“esto no es Venezuela, hay que probar las acusaciones”, se ha llegado a decir-, lo cierto es que el consejero de Salud, Jon Darpón, presentó su dimisión al lehendakari, Iñigo Urkullu, extremo nunca antes confirmado. Por aquel entonces ni siquiera había una investigación de la Fiscalía.

El lehendakari no aceptó aquella renuncia. Ni esa vez ni en otras ocasiones a lo largo de los últimos meses en que Darpón se ha visto en la necesidad de tirar la toalla. Urkullu sólo ha accedido a un relevo para él traumático al frente de la cartera con mayor presupuesto de todo el Gobierno unos días antes de que la oposición en pleno (EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP) tuviese decidido solicitar la reprobación de Darpón en el Parlamento, donde estas tres formaciones superan por un escaño a los partidos que sustentan el Ejecutivo, PNV y PSE-EE. 

“El lehendakari tiene mi puesto a su disposición todos los días”, llegó a declarar ante los medios de comunicación el propio consejero en febrero, a los pocos días de que se conociera el informe de la Fiscalía que daba carta de naturaleza a las irregularidades y planteaba la apertura de una causa penal al entender que había indicios de delito. Quienes sí salieron antes que Darpón fueron la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica (noviembre), y el responsable de Recursos Humanos, Juan Carlos Soto (enero). 

Darpón repitió en más de una ocasión que “Osakidetza es bastante más que una OPE”. “Estamos operando gente, atendiendo partos, … Decenas de miles de personas están siendo atendidas en este momento. No le quiero quitar valor al tema pero no hay ningún hecho probado”, llegó a comentar en una rueda de prensa. La realidad, sin embargo, es que las oposiciones han marcado su agenda en los últimos meses. El caso motivó una primera comparecencia extraordinaria en el Parlamento en pleno verano, que incluyó un 'mensaje' para los anestesistas denunciantes, así como otras más en los meses siguientes. 

Finalmente, la salida de Darpón se consumó a las 12.45 horas del jueves 14 de marzo, cuando el Departamento de Salud comunicó por escrito la “dimisión irrevocable” del consejero Jon Darpón y, lo más importante, que el lehendakari la había aceptado. En puridad, Darpón y Urkullu, juntos en el Gobierno desde finales de 2012, desde el principio, habían acordado esa decisión el jueves anterior, el 7 de marzo. Un día antes, la juez de Vitoria Yolanda Varona había admitido a trámite la denuncia de la Fiscalía y decretado el inicio de la investigación penal. También era 'vox populi' que el PP se iba a sumar a EH Bildu y Elkarrekin Podemos para solicitar el cese del consejero por la crisis de las oposiciones.

De la mano, ambos habían buscado ya una sustituta para hacer sencilla la transición y garantizar la “continuidad” en las políticas de Salud. La elegida, Nekane Murga, era parte del equipo de Darpón y fue la interlocutora de la oposición en reuniones para tratar de mejorar el sistema de selección de personal de Osakidetza. Ni Urkullu ni Darpón ni Murga han respondido a preguntas de los periodistas en los últimos días para aclarar todos los extremos de lo ocurrido. Sin embargo, el PNV ha activado todos sus resortes para defender la “honestidad” de Darpón, un “valor añadido” que pierde la Administración. Incluso ha pasado a la ofensiva: “El cazador hoy es la presa de mañana”.

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