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ENTREVISTA Periodista

Estibaliz Ruiz de Azua: “Lo siento, pero creo que va a costar que alguna vez tengamos una mujer lehendakari”

Estibaliz Ruiz de Azua, periodista

Maialen Ferreira

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Estibaliz Ruiz de Azua (Vitoria-Gasteiz, 1968) ha entrado en las casas de Euskadi cada fin de semana desde hace 12 años a través del 'Teleberri' de ETB-2. Desde este pasado mes de septiembre ha cambiado las cámaras por el micrófono para presentar en Radio Euskadi y Radio Vitoria el magazine de tarde 'Distrito Euskadi'. Veinte años en la televisión pública vasca han hecho de Ruiz de Azua una profesional conocida y reconocida.

La noticia que más le ha gustado contar, al igual que a muchos de los periodistas de Euskadi, fue el final de ETA “una noticia que impulsaba hacia delante a toda la sociedad”, asegura a este periódico desde la sede de EITB en Bilbao. Frente a las cámaras ha narrado todo lo que ocurría durante el confinamiento y la pandemia del coronavirus, un suceso que describe como “un tsunami que tapó todo lo demás”. Pese a que asegura que “no hay diferencia salarial” entre hombres y mujeres como tal en su empresa, es consciente de que temas como la maternidad o la conciliación recaen en las mujeres, lo que hace que pierdan poder adquisitivo respecto a los hombres.

Tras 12 años presentando 'Teleberri' de fin de semana en ETB-2 recientemente ha cerrado su etapa en televisión para regresar a  la radio. ¿A qué se debe ese cambio y cómo afronta su vuelta al medio en el que trabajó en sus primeros años?

Muchos de los que hemos trabajado en la radio decimos que es el lugar al que siempre queremos volver, si es que alguna vez hemos salido de él. Esta temporada se me presentó la oportunidad. Desde la dirección de EITB me propusieron la idea de que si me quedaba en el 'Teleberri', estaría perfecto, pero que también tenía la opción de volver a la radio a hacer un programa de tarde. Valoré pros y contras y decidí volver a la radio. Llevaba 20 años en la televisión, 12 de ellos trabajando los fines de semana, y creo que era el momento de dar ese paso.

Durante su trayectoria profesional, ¿cuál ha sido la noticia que más le ha gustado contar? 

El fin de ETA. Yo creo que es un tópico, porque así es para muchos profesionales que hemos trabajado durante estos últimos 30 años. El ver el fin del terrorismo es uno de los hitos que pudimos comunicar hace ya diez años, una de las buenas noticias que ha impulsado hacia delante a toda la sociedad.

¿Y la que menos?

La que menos fue una cuestión muy personal. Una madrugada de domingo murió en un accidente de tráfico el hijo de un compañero de fin de semana. Yo presentaba 'Teleberri', él, 'Gaur Egun', y durante muchos años trabajamos juntos codo con codo en la redacción. Ese día fue horroroso, tengo que reconocer que me temblaban las piernas al narrar la noticia porque fue una cuestión muy personal que nos tocó muy de cerca.

¿Hay alguna noticia que le gustaría contar y que todavía no se ha producido?

Como tal no sabría decirte. El periodismo, y más en la radio, se basa en contar historias. La historia nos lleva, nos trae, nos acerca, nos aleja, por lo que no sabría decir una en concreto.

¿Cómo se cuenta una pandemia tras las cámaras de televisión? ¿Qué ha supuesto para usted informar en tiempos de coronavirus?

Aprendiendo muchas cosas y haciendo cosas que nunca pensamos que tendríamos que hacer. Con la pandemia tuvimos que informar desde casa. Grabábamos las entrevistas en casa y luego íbamos a la redacción a editarlas. Eso en cuanto a la forma. En cuanto al fondo, el coronavirus fue algo que ocupó toda la carga informativa. No había otra cosa que no fuera la pandemia porque fue un tsunami que tapó todo lo demás.

A lo largo de nuestra vida las mujeres vamos perdiendo poder adquisitivo en nuestro entorno laboral respecto a los hombres por ser madres y tener que coinciliar

Según el III Plan para la Igualdad de Hombres y Mujeres de EITB, que realiza un estudio de la brecha salarial en la plantilla -entre otras cuestiones-, en el año 2019 hubo una brecha salarial del 3,9%. Las mujeres, que representaban el 56,2% de la plantilla, cobraron un total de 1.851 euros anuales menos que los hombres. ¿Cómo se explica esta situación?

Por la realidad que supongo que hay en toda la sociedad. A lo largo de tu vida vas perdiendo poder adquisitivo por diversas circunstancias que a un hombre no le suele tocar vivir. Tienes hijos y por ello terminas cogiéndote excedencias pese a que los hijos son de los dos miembros de la pareja. La cultura todavía pesa mucho y hace que sea la mujer la que pida más excedencias que el hombre en el trabajo y eso hace que vayamos perdiendo capacidad adquisitiva durante nuestra vida por ser madres y tener que conciliar. Esta casa (EITB) es una empresa pública y aquí no hay diferencia salarial, se cobra según categoría laboral, pero toda esa serie de complementos que vas acumulando a lo largo de tu vida, si no trabajas, si no accedes a puestos de más responsabilidad o no tienes esas antigüedades, no los tienes. Quiero creer que hay menos brecha salarial que en otras empresas, pero evidentemente la brecha salarial existe en todos los sectores de la sociedad.

La conciliación también suele recaer más en las mujeres.

Yo creo que es así, no podemos engañarnos. A pesar de que digamos que somos una sociedad igualitaria, no lo somos. Todavía pesan muchas cuestiones para que seamos una sociedad igualitaria. Una de ellas es la cultural, pero también la laboral.

¿Durante su larga trayectoria en medios de comunicación ha sufrido o ha sido testigo alguna vez de algún tipo de discriminación por el hecho de ser mujer?

Que yo sea consciente, no. No lo sé, pero creo que no.

¿Alguna vez le han tratado de forma distinta que a sus compañeros hombres por el mero hecho de ser mujer? Por ejemplo, durante la realización de una entrevista, un reportaje o un debate.

Creo que tampoco, sinceramente. No digo que no lo haya habido, pero yo no lo he sentido así.

En televisión se da bastante importancia a la apariencia y a la edad, sobre todo de las periodistas mujeres, mientras que existen, y a nadie le sorprende, presentadores de cierta edad sin importar tanto su apariencia física. ¿Qué opinión tiene al respecto? ¿Alguna vez ha sido testigo de situaciones como esta? 

Yo creo que en general sí que es así. Se perdona más el paso de la edad en los hombres que en las mujeres. ¿Está cambiando? Sí, poco a poco, es verdad. Yo no sé si me vería presentando un informativo con 65 años y no me planteo esa misma pregunta por parte de un hombre. Entonces creo que también está en mí ese sesgo de diferenciación. Se perdonan más las canas y ciertos estereotipos en ellos que en nosotras y eso pasa mucho en la sociedad y también en la televisión.

¿Por qué dice que no se vería presentando un informativo con 65 años?

A veces me pregunto si me vería con 65 años al frente de un informativo y creo que el problema es que nos faltan muchos referentes de mujeres mayores en televisión. Sí que vemos a hombres que tienen cierta edad y tienen credibilidad porque se supone que la edad y los años de trabajo les dan eso, credibilidad. En cambio, a nosotras se nos cuestiona mucho más.

¿Considera que se abordan de una forma adecuada los casos de violencia de género en los medios de comunicación? Desde su experiencia, ¿cómo ha evolucionado el tratamiento de este tema en los medios en los últimos años? 

Supongo que estamos aprendido a cómo tratarlo y cuidarlo. A hacerlo con rigor y honestidad, sin dañar más a la víctima.

En la sociedad actual se perdona más el paso de la edad en los hombres que en las mujeres

¿Cómo lleva una profesional de la comunicación que las redes sociales se hayan convertido en la principal y casi única fuente de información para muchos ciudadanos, principalmente los jóvenes, frente a los medios de comunicación?

Tenemos que reinventarnos porque veo que mis hijos, por ejemplo, no ven la televisión, se informan de otras maneras. No digo que sean mejores, porque no lo creo, ya que todo medio de información tendría que tener rigor, honestidad y contexto, y muchas de las formas en las que ahora nos llega la información no tienen ninguna de las tres: ni rigor, ni honestidad, ni contexto.

En 2013 fue la primera mujer en ser elegida regidora-presidenta de la Junta Administrativa de Gebara, concejo del municipio de Barrundia, en Álava. ¿Qué supuso para usted?

Confluyeron distintas cosas. Los concejos no son muy grandes, todos sabemos quién es quién y quién podría ocupar esa responsabilidad. Tenemos competencias muy importantes y creo que la circunstancia de ser mujer fue la que menos pesó. Hay varias razones por las que se elige a un regidor o presidente: entre ellas, la capacidad de poder tratar con el resto de administraciones y tirar adelante por el concejo.

¿Considera que la igualdad entre hombres y mujeres es más difícil de conseguir en entornos rurales?

Como estamos hablando de una cuestión muy cultural, supongo que sí, aunque evidentemente ya no podemos describir a los municipios de Álava como una zona rural muy distinta a una zona urbana. Sí, pero no. La educación y la comunicación han llegado, no hay zonas aisladas, no tenemos una Álava vaciada. En la actual situación estamos muy equiparados, para bien o para mal, con el resto de ciudades y sociedades.

¿Tendremos alguna vez una mujer lehendakari?

Lo siento, pero creo que va a costar.

Con 38 años fue diagnosticada de cáncer de mama. ¿Cómo impactó  la enfermedad en su vida?

Como a todas las pacientes a las que les dicen que tienen un cáncer con un diagnóstico complicado. Es complicado, no voy a quitarle hierro al asunto, pero en mi caso tengo que decir que todo lo que pudo ir bien fue bien. Gracias a que en un momento dado alguien investigó, yo pude aprovecharme de esa investigación y gracias a que todos aportamos a una sanidad pública yo pude, entre comillas, aprovecharme de esa sanidad pública.

Tras superar un cáncer considero que la investigación es fundamental para curar muchas enfermedades y que la sanidad pública tiene un valor que a veces no sabemos apreciar ni valorar

¿Extrajo algún tipo de aprendizaje de esa situación?

Reafirmarme en mis convencimientos de que la investigación es fundamental para muchas enfermedades y en esta más. Y que la sanidad pública tiene un valor que a veces no sabemos apreciar ni valorar. Lo público somos todos y tenemos que aportar todos a ello.

¿Considera que la pandemia de coronavirus ha hecho que nos olvidemos de otras enfermedades que también causan muchas muertes?

Un poco sí. En cuanto a investigación, por ejemplo, nos hemos centrado mucho en lo urgente, que era la COVID-19. La sanidad se ha tenido que ocupar de lo urgente y a veces se ha tenido que dejar a un lado lo que también es importante. Yo solo espero que esto no nos pase demasiada factura.

¿El sesgo de género en la atención sanitaria puede llegar a poner en riesgo la salud de las mujeres? 

Sí que puede ser. Por ejemplo, en el caso de las vacunas, se está investigando sobre grupos de personas y no se tiene en cuenta el género o la edad. En enfermedades coronarias tampoco y eso es importante. El sesgo de género es importante y a veces no se dan cuenta.

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