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El reducto machista en la Tamborrada de San Sebastián: “Nuestras mujeres nos acompañan desde fuera y tan felices”

Hombres en la Tamborrada de San Sebastián.

Maialen Ferreira

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Solo quedan cinco de las 160 tamborradas que desfilarán sin mujeres este sábado, como cada 20 de enero, por Donostia en el Día de San Sebastián. Desde que la compañía Kresala revolucionara el panorama festivo del día grande de la capital guipuzcoana en 1980 con la incorporación de mujeres en sus filas, la participación femenina ha ido creciendo, a pesar de que no se ha alcanzado la igualdad total. Este 2024 tres de las compañías que hasta ahora han sido solo masculinas han pasado a ser mixtas, mientras que otras cinco se resisten a hacerlo argumentando cuestiones como “la tradición”, el “origen” de la fiesta o, simplemente, que se trata de “un grupo de amigos”.

“Tenemos una disputa porque a las cinco tamborradas que no incluimos a mujeres nos consideran masculinas. Aunque en nuestra compañía este año van a salir casi 20 cantineras. ¿No son mujeres? Hay una pequeña polémica, pero que no tiene ninguna importancia”, asegura a este periódico Eduardo José Pagola, tambor mayor de la tamborrada Club Cantábrico, uno de los clubes más antiguos de la ciudad, fundado en 1891, y que se inscribió por primera vez en el desfile hace 25 años.

En el caso del Club Cantábrico se permite la entrada de mujeres a sus instalaciones, pero los socios deben ser hombres por obligación. De ahí que no se permita la inscripción igualitaria de hombres y mujeres en la tamborrada. “No pasa nada. Nuestras mujeres nos acompañan desde fuera y tan felices. Hay tamborradas mixtas o solo de mujeres, cualquier mujer que quiera puede salir. Nosotros somos un grupo de amigos que se ha ido incrementando con nuestros hijos. Hay otras tamborradas en las que no se conocen, nosotros nos conocemos prácticamente todos”, sostiene.

Con absoluta certeza Pagola insiste en que ni la suya, ni ninguna de las otras cuatro compañías masculinas que aún resisten en la Tamborrada de San Sebastián va a aceptar la entrada de mujeres en un papel que no sea el de cantinera. “Nosotros no tenemos ningún animo de cambiar a mixta. Las mujeres pueden entrar, pero como cantineras. Eso ha hecho que no nos den la subvención porque dicen que somos una tamborrada masculina, pero no estamos de acuerdo. Me extrañaría mucho que alguna de las cinco que quedamos pasara a ser mixta. Es un grupo de amigos que como vamos de cena un día, tocamos la tamborrada. Sería distinto si en San Sebastián hubiera una sola mujer que no pudiera tocar en la tamborrada. Eso sí que sería tremendo, pero no hay ninguna que no pueda salir”, asegura.

Me extrañaría mucho que alguna de las cinco que quedamos pasara a ser mixta

Eduardo José Pagola Tambor mayor de la tamborrada Club Cantábrico

Donde sí que han optado por cambiar de ser solo masculina a mixta para este 2024 ha sido en la tamborrada Catedral Centenario, donde de golpe han entrado 75 mujeres. “Están muy ilusionadas. Las chicas que han entrado tienen muchas ganas y se han implicado en el proyecto. Hemos realizado muchas mesas de trabajo para adecuarlo todo, cambiar todos los documentos e incluir la figura de la mujer, que hasta ahora no existía, pero teníamos ganas, era un cambio que se nos venía demandando”, explica la actual presidenta de Catedral Centenario, Nagore Valles.

Valles se convirtió en la presidenta de Catedral Centenario tras el fallecimiento de su padre, Antonio. “Soy la presidenta de la asociación. El presidente anterior era mi padre, que falleció en la pandemia y es verdad que yo echaba una mano, pero no podía participar porque era una tamborrada solamente masculina. Con el fallecimiento del 'aita', toda la directiva estuvo de acuerdo en proponerme a mí como la nueva presidenta de la asociación y creíamos que no era lógico que la presidenta de la asociación fuera una mujer y que no hubiera chicas en la tamborrada. Sí o sí nos vimos un poco obligados o lanzados a tomar este cambio”, señala.

No solo existen las compañías masculinas y las mixtas. Desde el año 2015, también desfila en la Tamborrada de San Sebastián Emakumeen Etxea, que nació por falta de “espacio” en el resto de tamborradas. Aquel año, un grupo de mujeres que pertenecen a la Casa de Mujeres de Donostia se unieron para crear la primera tamborrada femenina y feminista. “Somos una tamborrada inclusiva en la que prima la diversidad. Nos dimos cuenta que en la fiesta no estábamos todas en igualdad. No teníamos hueco en otras tamborradas como tambores o barriles, podíamos ser en alguna excepción aguadoras o cantineras. Empezamos siendo 60 y este año estamos 150 mujeres. También contamos con la única charanga totalmente compuesta por mujeres. Hemos ido peleando para que esto sea posible”, explica una de las directoras de Emakumeen Etxea, Izaskun Fernández, a elDiario.es/Euskadi.

Nuestra forma de denunciar que no hay igualdad es seguir siendo solo mujeres

Izaskun Fernández Directora de la tamborrada Emakumeen Etxea

Sobre el hecho de que haya aún tamborradas que no aceptan la participación igualitaria de la mujer, Fernández indica que “no entra a juzgar” lo que ocurre, pero que la razón por la que nacieron como tamborrada fue justamente que no eran admitidas en la fiesta. “Es una pena que sigan pensando así y sigan teniendo ese perfil como referente, porque están sosteniendo un comportamiento que viene de nuestra cultura, pero que no es normal. Nuestra forma de denunciar que no hay igualdad es seguir siendo solo mujeres”, insiste, tras recalcar que en el término mujeres también incluyen a las mujeres trans.

No obstante, señala que el machismo no solo existe en las tamborradas masculinas, puesto que, según su opinión, también está presente en algunas de las mixtas. “Hay compañías que se sostienen con sus referentes masculinos y lo único que les podemos decir es que reflexionen, pero son hasta peores las compañías mixtas que de perfil incluyen a la mujer sin ser igualitarias. Tamborradas en las que el acceso a los cargos de dirección solo es para ellos aunque sean mixtas. La forma en la que poder participar debe ser igual para todos. Hasta que así sea nosotras seguiremos siendo una tamborrada femenina”, concluye Fernández, que recuerda que Emakumeen Etxea cumplirá el año que viene su décimo aniversario, con el que renovarán su vestuario para adaptarlo a uno nuevo que incluya “la historia del feminismo y de la mujer en San Sebastián”.

Ellas, menú de 12 euros; ellos, mariscada en la sociedad

Pero el machismo no se limita al desfile, también llegaba a la tradicional cena que celebraban las compañías hasta no hace mucho tiempo. Plato combinado de huevos fritos con patatas, pechuga de pollo, ensalada, postre, café y vino. Todo ello por 12 euros. Este fue el menú de la cena de la víspera de San Sebastián de Mari Carmen Gude, Carmen Zubeldia, Pepi Moreno, Ana Rekondo, Maribel Jiménez, Juana Mari Olano, Maite Bergara, Olga Bergara, Rosa Pérez, Naroa García, Usoa San Román y Yolanda Uranga, las primeras mujeres que participaban en la tamborrada de Gaztelubide en la izada oficial de la bandera durante el Día de San Sebastián. Era el año 2006. Mientras, los integrantes de la misma compañía cenaron todos juntos en la sociedad que da nombre a la compañía.

“En la tamborrada sí, pero en la cena no. Quiere decir que se está marcando y definiendo cuáles son los límites del grupo, del cual las mujeres están excluidas. El problema es que, como resultado, algunas mujeres que participan en las tamborradas cenan un plato combinado o un bocadillo en el bar, mientras que sus compañeros cenan, en algunos casos, cosas tan ricas como timbal de marisco, crema de hongos, rape al horno con patatas panadera, solomillo de ternera con guarnición, milhojas de nata y crema y helado. Esto no suena muy bien”, recoge la investigación 'Paso a paso hacia una Tamborrada en igualdad' realizada por el Ayuntamiento de Donostia.

Como algunas compañías están ligadas a sociedades gastronómicas, la tradición indica que los participantes deben cenar en ellas. En estos casos, hasta no hace mucho las mujeres no podían acudir a dichas cenas, tampoco en las compañías que sí que aceptaban que tocaran el tambor o el barril en su desfile. En la actualidad existen sociedades gastronómicas en Donostia que siguen vetando la entrada a mujeres, no solo el Día de San Sebastián, sino también el resto del año. “¿Podemos disociar la cena de la fiesta? ¿La exclusión de las mujeres de la primera no invalida la inclusión en la segunda? ¿La diferencia en los menús de unas y otros como consecuencia de esa exclusión no es reflejo de la diferencia del lugar que ocupan en la fiesta y, por extensión, en los imaginarios de ciertas personas? ¿Es mixta una tamborrada que excluye de su cena a las mujeres? Hay que insistir: cuando celebramos, cenar no es solo llenar el buche; es un ritual en el que los comensales se reconocen como parte de algo. La fiesta de San Sebastián lejos estaría de ser lo que es sin la cena o la comida de rigor; dentro de esas veinticuatro horas que dura la fiesta, este es el momento dedicado a estrechar las relaciones entre las personas que comparten la comida”, sostiene el documento.

Para la investigación, acudir a esas cenas durante la celebración del Día de San Sebastián es un “ritual” al que las mujeres no están invitadas. “En un país que vive alrededor de la mesa, como es el nuestro, excluir a alguien del ritual de comensalidad que se celebra en ocasiones como esta no es anecdótico. Se trata, efectivamente, de un ritual, y como tal está destinado a surtir un efecto: crear, legitimar o reforzar los lazos de las personas que a él asisten, convertirlas en un grupo o una comunidad, y, al mismo tiempo, diferenciarse del resto excluyéndolo. Sin duda alguna, cada quien tiene derecho a invitar a cenar a quien quiera, faltaría más. Pero no deja de ser significativo. ¿Qué pensaríamos de una sociedad, incluso de un grupo de personas, que impidiera expresamente participar en sus cenas a personas negras? Son libres de invitar a cualquiera, pero esta decisión dice mucho sobre ellas. Un ejemplo así sería aún más grave si se tratara no ya de un grupo de amistades, sino de una entidad que ejerce algún tipo de actividad pública, como son en este caso las sociedades gastronómicas el día de San Sebastián. Y esta es una diferencia primordial”, indica.

A pesar de que a día de hoy más del 90% de las compañías son mixtas, el estudio concluye que eso no implica que sean igualitarias. “En muy pocas tamborradas las mujeres pueden acceder a cualquier puesto y el acceso a los cargos no siempre es igual para hombres y mujeres. Además, hay tamborradas en las que las plazas femeninas no son fijas ni permanentes. Las mujeres dependen del azar para volver a salir al siguiente año, y tienen una participación inestable”, señalan.

Otra de las cuestiones que critica el documento es que “las mujeres apenas están en los espacios de decisión, pues aún hay menos mujeres que hombres que participan en las comisiones directivas de los grupos tamborreros”. “Hay tamborradas cuyas directivas son exclusivamente masculinas y, además, no permiten ni prevén el acceso de las mujeres a ellas. Hay pocas mujeres que representen a su tamborrada en comisiones de barrio y ninguna delegada de zona. Además, aún hay tamborradas mixtas en las que no se invita a las tamborreras del grupo ni a las mujeres de la charanga a la (gran) cena”, reconoce.

Este sábado, 20 de enero, un total de 21.306 personas desfilarán en las 160 tamborradas de adultos por el Día de San Sebastián en la capital donostiarra, en la que se espera que sea la jornada de mayor participación de la historia de la ciudad. Dos tamborradas nuevas se han sumado a los desfiles de este 2024 y cuatro de las anteriores que eran masculinas han pasado a ser mixtas, de manera que sólo cuatro siguen estando formadas exclusivamente por hombres y una sólo por mujeres, lo que se traduce en que el 96,9% de compañías cuentan con la presencia de hombres y mujeres en sus filas.

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