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ENTREVISTA Directora del Instituto de la Mujer de Extremadura

Estela Contreras: “Que una mujer apueste por su carrera no significa que renuncie a la familia”

Estela Contreras, directora del Instituto de la Mujer de Extremadura

Santiago Manchado

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La directora del Instituto de la Mujer de Extremadura, Estela Contreras, valora los avances que se han conseguido en igualdad, aunque admite que en las rurales van más despacio. Pero también hay conquistas como la presencia de mujeres responsables en las cooperativas. No obstante, el mayor reto es frenar la violencia machista y la violencia sexual que sufren las mujeres.

En materia de igualdad, ¿cuál es la situación en Extremadura?

El pasado 25 de febrero se cumplían 40 años del Estatuto de Autonomía de Extremadura, siendo un momento clave para comenzar a trabajar en nuestra región en la mejora de las condiciones de las mujeres extremeñas. Es verdad que se ha conseguido mucho, pero queda camino por recorrer, hay que llegar aún más lejos. Hemos avanzado en empoderamiento, en reconocimiento, en incorporación al mercado laboral, en estos momentos contamos con un récord histórico en empleabilidad, 189.000 mujeres activas en Extremadura, en ocupar espacios de responsabilidad, en el deporte, en la cultura, pero es cierto que necesitamos seguir trabajando y marcándonos como hoja de ruta aquellas desigualdades que aún están presentes, haciendo especial mención a la lucha contra las violencias machistas, que se siguen produciendo por el simple hecho de ser mujer.

Los avances del feminismo parecen evidentes, pero ¿llegan también a las zonas rurales?

Pues más despacio de lo que nos gustaría, pero sí lo estamos consiguiendo. Hay que tener claro que tienen que ser diferentes las políticas de igualdad que se desarrollan en nuestras zonas rurales. Siempre se ha mirado desde una perspectiva global y es verdad que desde hace unos años miramos de diferentes maneras a los territorios rurales. Esa es realmente la política que hay que hacer. Se está haciendo un gran esfuerzo desde la Junta de Extremadura para atender las necesidades de las mujeres que vivimos en los pueblos, con estructuras, recursos y servicios, relacionados con la corresponsabilidad (programas como el Diviértete, ludotecas rurales, las aulas de 0-3 años, gratuidad en los comedores escolares), también con la digitalización, y empleabilidad, trabajando de manera muy estrecha con los centros de desarrollo rural porque las desigualdades a las que nos enfrentamos las extremeñas se agudizan si vivimos en localidades más pequeñas. Se invisibilizan a veces los problemas, siguen siendo las que asumen mayoritariamente las tareas relacionadas con el cuidado de hijos, hijas y mayores, lo que hace más difícil su incorporación al mercado laboral. Por ello, además, contamos con la red extremeña de oficinas de igualdad y contra la violencia de género, que trabajan en todas nuestras comarcas previniendo, educando, concienciando a toda la sociedad desde los y las más pequeñas, hasta las personas más mayores. Además seguimos tejiendo una gran red con las asociaciones de mujeres, esas organizaciones tan importantes, a las que a veces no hemos dado el reconocimiento que se merecen, y que tanto han hecho por visibilizar y empoderar a las mujeres de las zonas más rurales  Es importante contar con el asociacionismo que ha liderado durante décadas el movimiento feminista en nuestra región, desde el IMEX, seguimos trabajando de manera estrecha con estas asociaciones cuyo papel es determinante en nuestros pueblos, a través de la coordinación y también de la convocatoria de ayudas dirigidas a asociaciones, agrupaciones y federaciones de mujeres para poner en marcha proyectos que fomenten la igualdad entre mujeres y hombres en Extremadura.

El INE ha publicado, con datos de 2021, la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas. El titular es: “Los hogares siguen a cargo de las mujeres, en el sur aún más”. Los roles de género tradicionales, ¿cómo se combaten?

Poniendo en marcha políticas que garanticen la corresponsabilidad y que faciliten la conciliación, como ya se está haciendo, y hemos comentado anteriormente, pero también haciendo un esfuerzo para que exista un cambio profundo en la mentalidad de la sociedad. Solo entre todas y todos podremos lograrlo. 

¿Entonces en Extremadura cree que las mujeres han logrado salir de sus casas y apostar por su carrera profesional sin tener que renunciar a su vida familiar?

Bueno, aún hay camino por recorrer. No debemos seguir teniendo esa consideración de “traición” por el hecho de que las mujeres decidan ser independientes, decidan apostar por su carrera laboral. Eso no debería significar renunciar a una vida familiar. De ahí que sea tan importante garantizar la conciliación y la corresponsabilidad, también con medidas que tengan que ver con los horarios y días laborales. Desde luego para nada es de justicia social que esa búsqueda del reconocimiento profesional sea considerado normal en un varón y sin embargo en una mujer en muchos casos sea juzgado como un comportamiento egoísta. Y además no son criterios excluyentes. Hay que defender que el éxito profesional no está reñido con una vida familiar plena.

¿Conciliación o corresponsabilidad?

Ambas. Mientras la conciliación pone el acento en la necesidad de poner en marcha medidas para colaborar en la organización de la vida familiar de las personas trabajadoras, en la corresponsabilidad se aboga por el reparto de las tareas entre las diversas partes implicadas en las labores de cuidado, por lo que la conciliación es buena para todos. Pero es que, además de existir conciliación, debe existir corresponsabilidad. Aunque mis hijos puedan estar atendidos en una guardería, si cuando yo vuelvo a casa soy la que asume las tareas domésticas, soy la que me hago cargo de ayudar a mis hijos con las tareas del colegio y soy la que está pendiente de lo que falta en la despensa, poco habremos conseguido. La vida familiar es cosa de dos y eso es igualdad plena. El cambio no está solo en las políticas públicas, sino que debe romperse con esa idea de que las mujeres tienen que hacer esa tarea. La sociedad ha marcado hasta ahora que las mujeres tenían que hacer esa tarea, el sistema patriarcal, los roles, estereotipos, que existe en todos los ámbitos, pero es cierto que esta ya habiendo un germen cultural que está transformando esta visión, 

¿Considera que aún es necesario forzar la visibilidad de la mujer en los espacios de responsabilidad a través de las leyes?

Por supuesto que sí. Además, es una satisfacción ver que en Extremadura hemos sido pioneros en este ámbito. En 2016 se aprobó una ley de cuotas. Es cierto que lo que debería ser natural en un primer momento tiene que ser una obligación. En Extremadura ya se ha notado el cambio en muchos sectores, como por ejemplo las cooperativas agroalimentarias o los grupos de acción local. Es necesario que se siga todavía produciendo noticias como estas para que ocupemos esos espacios que por naturaleza nos corresponderían.  

En el plano del sector privado, ¿las empresas extremeñas apuestan por la igualdad?

En el caso de Extremadura es un orgullo decir que sí. Pero hay que seguir insistiendo. En un primer momento hubo una obligación, la legislación fue buena porque se obligó a esas empresas grandes a contar con planes de igualdad, pero es cierto que regiones como la nuestra se quedaban en niveles muy bajos, por ser Extremadura una tierra de medianas y pequeñas empresas, por lo que posteriormente se permitió que también las empresas de más de 50 trabajadores, que son, como ya hemos comentado, las más numerosas en nuestra región, también debiesen tener esos planes. Al mismo tiempo hay que destacar que muchas empresas que no tienen obligatoriedad ya saben que es importante contar con planes de igualdad, como marca de excelencia, sello de calidad. 

Hay más paro femenino y ellas tienen peores contratos y cobran menos y eso repercute después en las pensiones. ¿Cuándo va a llegar la igualdad al mercado de trabajo?

Pues es verdad que siguen existiendo esas brechas, pero espero que comencemos a tomar velocidad para reducirlas. Desde luego, la Junta de Extremadura ha comprendido que se deben seguir haciendo políticas públicas de conciliación y corresponsabilidad para que las familias no tengan que cuestionarse si las mujeres debemos permanecer en casa o mantener un empleo. El 60% de las políticas activas de empleo van dirigidas a mujeres, apostamos por favorecer la incorporación de las mujeres de más de 45 – 50 años al mercado laboral, trabajamos por conseguir un acceso a un puesto de trabajo estable y la ley de estabilización ha ayudado muy positivamente a esta consolidación. Pero hay que acabar con las diferencias salariales, que en los puestos tradicionalmente masculinos son más grandes porque a veces esos puestos hacen necesario destinar más tiempo y restarlo a la vida familiar. Y seguir trabajando por garantizar la conciliación en esos puestos directivos, creando medidas que permitan tanto a hombres como a mujeres poder ascender y mantenerse. Continuaremos con políticas públicas transversales que pongan el punto de vista femenino en diferentes ámbitos. 

Para hablar de igualdad también tenemos que referirnos a la violencia de género y a los casos de violencia sexual ¿Falla algo para que no se pueda poner freno a unos datos que son dramáticos?

Bueno, es nuestro mayor reto. Las violencias machistas nos insta a no dejar de trabajar y de reforzar todos los instrumentos necesarios para que esta lacra no tenga lugar, pero yo no diría tanto el hecho de que estemos fallando como el que aun nos queda trabajo por desarrollar. Los datos a veces deben ser analizados de manera exhaustiva, entendiendo que se ha producido un aumento del número de denuncias, que se está sacando de la invisibilidad cualquier manifestación de violencia contra la mujer, cada vez tenemos más recursos económicos, pero, sobre todo y lo más importante, más recursos profesionales que trabajan sin descanso en la prevención, concienciación y también en la atención y reparación del daño de las mujeres víctimas de violencias machistas. Desde luego seguiremos trabajando y reforzando toda la Red Extremeña de atención a mujeres víctimas de violencias machistas, y con la colaboración y cohesión de una sociedad, la extremeña, que cada vez es más consciente de que es parte de la solución a este gran problema. Sin olvidarnos de que nunca debemos dejar de trabajar en la educación, en la concienciación entre los más jóvenes, estoy segura de que lograremos erradicar de una vez por todas la violencia hacia la mujer.

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