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ENTREVISTA
Consejera de Igualdad y Cooperación para el Desarrollo de la Junta de Extremadura

Isabel Gil Rosiña: “No podemos caer en la trampa de quienes atacan de manera sangrante los avances en igualdad”

La consejera extremeña de Igualdad, Isabel Gil Rosiña, durante la entrevista

Santiago Manchado

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Isabel Gil Rosiña (1982, Jerez de los Caballeros) es consciente de que en el ámbito de la igualdad aún hay mucho camino por recorrer. Desde su responsabilidad como consejera de Igualdad de la Junta de Extremadura considera que se debe cambiar la respuesta institucional a las mujeres víctimas de violencia de género en las zonas rurales y que con la ley del 'solo sí es sí' se podrá hacer frente a unos datos “preocupantes” sobre el incremento de la violencia sexual entre la población joven y los menores. Eso sí, a pesar de los logros conseguidos advierte de que la sociedad no debe dejarse engañar por los “espejismos de igualdad” y que no se puede seguir el juego de quienes torpedean y ponen en duda los avances.

La ley del 'solo sí es sí' daba un plazo de seis meses para que las comunidades autónomas pusieran en marcha en sus territorios un centro de crisis 24 horas para la atención a las mujeres víctimas de violencia sexual, pero solo dos regiones cuentan con ello. ¿Cuándo dispondrá Extremadura de este servicio?

El mecanismo no está siendo fácil de ejecutar y en la Administración a veces somos más lentos de lo necesario. También como es un dinero europeo estamos teniendo una exigencia previa de fiscalización importante, pero por fin estamos a punto de sacar a licitación la adecuación del edificio que va a albergar ese centro de crisis. Negocié con la ministra Montero que en lugar de tener un centro de crisis en cada provincia pudiéramos disponer, por la propia idiosincrasia de Extremadura, la extensión de la población, pero sobre todo desde un punto de vista de la eficiencia del dinero y los recursos públicos, de un centro regional en Mérida y dos centros satélites aprovechando la infraestructuras que ya tenemos en la Casa de la Mujer de Cáceres y Badajoz. Lo vamos a hacer así a diferencia de otras regiones de España porque creo que vamos a aprovechar mucho mejor los recursos que ya teníamos. Pero luego hay una preocupación importante sobre la que ya estamos trabajando, que tengamos los recursos necesarios para dotar de personal porque este dinero europeo se puede destinar a inversiones reales, pero no a contratación de personal. Por ello, estoy haciendo ya también internamente las previsiones necesarias para que en el presupuesto del año 2024 no sea un agujero que no se pueda atender y por tanto que se configure como un gasto estructural de la Junta de Extremadura para atender la violencia contra las mujeres en la región.

Hace un año, antes de la entrada en vigor de la ley, en Extremadura se firmó un protocolo de atención a la violencia sexual, ¿qué desarrollo ha tenido?

Ese protocolo está en todos en todas las mesas de aquellos que intervienen en un proceso de estas características: la Delegación del Gobierno, la Policía Nacional, la Guardia Civil, en los hospitales, en todo el Servicio Extremeño de Salud, en los centros educativos y las redes de protección a las mujeres. Es decir, está todos los sitios. ¿Eso nos garantiza que el protocolo se vaya a aplicar al 100% con toda la diligencia necesaria? No, por eso también se aprobó la formación específica en violencia sexual a todas esas cuerpos que intervienen en este proceso y vamos a sacar a licitación ese plan de formación que me gustaría que estuviera fuera antes de que terminara la legislatura. A su vez, este paso nos va a poner también en la antesala de cómo vamos a incluir un nuevo servicio: el centro de crisis de atención 24 horas a las mujeres víctimas de violencia sexual. Además, el Instituto de la Mujer de Extremadura está realizando campañas en institutos, para la población preadolescente y adolescente, porque estamos muy preocupadas por el incremento de la violencia sexual en los jóvenes y en los menores de edad. Son unas cifras que deben horrorizarnos y nos invitan a defender que la 'ley del sí solo es sí' es una buena ley porque es integral a pesar del lamentable error que estamos ya en vías de solución en el Congreso de los Diputados para que con esta ley no se produzcan la rebajas de las penas de los agresores sexuales. Pero el texto quiere abordar eso, que en un país que tiene el inicio de las relaciones sexuales a los 13 años ofrezcamos a los jóvenes una educación sexual sana y no tengan un conocimiento de una vida sexual a través de la pornografía porque eso está teniendo como consecuencia lo que el otro día advertía la Fiscalía de Menores sobre el incremento sorprendente que desde 2015 tienen los delitos contra la libertad sexual protagonizados por menores de edad.

Estamos muy preocupados por el incremento de la violencia sexual entre jóvenes y menores, y eso nos hace defender la ley del 'solo sí es sí'

Entonces, ¿qué es lo que falla?

Es una realidad que desde luego denota el el gran fracaso de una sociedad que dedica su tiempo y su energía en discutir en las portadas de los medios de comunicación si la menstruación es paralizante o no para las mujeres, y no hablamos de verdad de los problemas, como este, que tenemos que enfrentar como sociedad. Sin embargo, cuando hay una ley que plantea una educación sexual desde la escuela nos rajamos las vestiduras y los poderes fácticos de este país abren el debate de si tiene que haber un Ministerio de Igualdad o no. A mí me cansa todo este ruido porque con todas las meteduras de pata que haya podido tener el ministerio y la secretaria de Estado, que yo las he condenado cuando se han producido, el ataque a que exista en el Gobierno de España una estructura ligada a las políticas de Igualdad nuevo no es. No podemos caer en esa trampa aunque la secretaria del Estado de Igualdad a veces sea temeraria con su declaraciones o banalice la política con determinados planteamientos en sus redes sociales, sin estar a la altura del cargo que tiene, eso está muy bien. Cada vez que se ha banalizado la política de esa forma, lo he condenado porque soy la primera interesada en que las políticas feministas no se banalicen y en que las mujeres que estamos en responsabilidades públicas seamos lo suficientemente serias. Eso sí, también tenemos que ser conscientes de que hay muchas resistencias a los avances en materia de igualdad y que esto de atacar de manera sangrante que exista una estructura de poder que tiene que ver con las políticas y el impulso de las políticas de igualdad no es nuevo. Pero insisto, no podemos ser torpes y caer en esa trampa.

Se refiere a la polémica sobre la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual

Claro, es que ha sido un ruido muy innecesario. Primero, creo que afortunadamente el PSOE ha decidido arreglar esta ley, aunque hemos tardado más de la cuenta, y todo ese ruido innecesario nos hace es caer en la trampa de quienes no quieren que en España se impulsen las políticas de igualdad, a pesar del horror de que hay menores que son ya agresores sexuales, y a pesar del horror por las víctimas... Pensar que tenemos niños con 14 y 15 años que ya son violadores, me parece un fracaso de la sociedad que tenemos que arreglar. Y esa ley es una ley integral, que no solo va de acompañar a la víctima en todo el proceso, como ya venimos haciendo con la violencia de género, sino que también quiere atacar el corazón de ese problema, el inicio del consumo de la pornografía y, por tanto, unos conceptos que no tienen nada que ver con las relaciones sexuales y que interiorizan los chavales desde edades muy tempranas.

También hay estudios o barómetros que advierten de un incremento del número de jóvenes que rechaza el feminismo o que no considera que la violencia de género sea un problema social

Es por ese ruido innecesario en torno a la igualdad. Lo señalamos como Vox pero hay otros muchos poderes que están alimentando eso, no solo el partido de ultraderecha que ya se sienta en los parlamentos y también en los gobiernos. Hay grandes poderes que están interesados en que exista un ruido, en que se banalicen las políticas de igualdad y en cómo estas transforman un país. Y mire, Extremadura no sería la misma si no hubiera habido un Instituto de la Mujer de Extremadura que impulsara determinadas políticas a lo largo de estos 40 años de autonomía. No sería igual España sin las políticas de igualdad, pero son las políticas de igualdad las que cambian la vida de las mujeres anónimas, como las que han protagonizado la campaña institucional del 8M de la Junta de Extremadura porque estoy también un poco cansada de ese discurso que nos señala a las mujeres que estamos ya en los ámbitos de poder como referentes o más visibles. Creo que está muy bien sobre todo porque ya hemos ganado en representatividad. El poder político es otra cosa. Ahora tenemos que hablar de cómo cambiar la vida de las mujeres en general. Quiero decir que no basta con decir que tenemos ya muchas mujeres consejeras, directoras generales, una presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura... todo eso está muy bien, no le estoy quitando mérito porque entonces sería una insensata con la generación de mujeres que estuvieron peleando antes para que, por ejemplo, yo pudiera ser consejera hoy de un Gobierno. Pero no centremos nuestro discurso en las mujeres que somos visibles, si no pensemos en esas otras mujeres, las que trabajan en el campo en Extremadura en las campañas agrícolas, las que trabajan cuidando a los demás en el mundo de la dependencia...

¿Cómo vamos a cambiar la sociedad si solo garantizamos la paridad en la esfera pública?

¿Contribuirá a ese cambio la ley de Paridad del Gobierno?

Por supuesto, no nos podemos quedar solo con que las mujeres tenemos que ocupar los ámbitos del poder político, sino que si esa paridad no la garantizamos también en el poder privado, ¿cómo vamos a cambiar la sociedad para que dejemos de tener esa profunda raíces patriarcales y machistas y seamos realmente una sociedad igualitaria? Si solo garantizamos la paridad en la esfera pública no podemos transformar la realidad porque habrá un ámbito en el que falta la mirada de las mujeres. El presidente de la Junta de Extremadura impulsó en el año 2016 una disposición dentro de la ley de Presupuestos para que todos los órganos públicos fueran paritarios o tendrían que cesar en sus funciones. Eso hizo posible que el Consejo de Administración de la Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales sea paritaria, que en el Consejo Asesor Agrario de Extremadura se sentara por vez primera a una mujer, que el Consejo Escolar fuera paritario o la Comisión Electoral de Extremadura. ¿Dónde no podía entrar esa ley porque no teníamos competencia? En los colegios profesionales. Yo no sé cuántas mujeres hay en el Colegio de Médicos de Badajoz pero paritario no es seguro, ni en las Cámaras de Comercio. No va a ser fácil esto que quiere hacer el Gobierno de Pedro Sánchez pero demuestra lo que le decía antes, lo importante que es que el gobernante sepa por cuál camino de la igualdad quiere transitar.

En términos generales, ¿cuál es la situación de la igualdad en Extremadura?

En nuestra región, que este año celebra el 40 aniversario de su Estatuto de Autonomía, podemos echar la vista hacia atrás y valorar muy positivamente la evolución de la situación de las mujeres. Cualquier ítem, cualquier dato económico que analicemos tiene un balance muy positivo. Si analizamos las mujeres que estaban en el mercado de trabajo, ahora tenemos un cifra récord de 189.000 mujeres, hay 26.500 autónomas... Las mujeres en Extremadura, como en el resto de España, hemos ido ocupando el sitio que nos pertenece, también por una cuestión también de Justicia. Y muchos de los avances han sido obligados por las leyes porque sino la sociedad hubiera seguido funcionando con esa dinámica patriarcal y machista. De todas formas no podemos caer en los denominados espejismos de igualdad. Soy plenamente consciente de los problemas que siguen teniendo las mujeres extremeñas: precariedad laboral, brecha salarial, los cuidados que aplastan a las mujeres y les impide crecer profesionalmente, y, sin lugar a duda, la violencia en todas sus manifestaciones. Se ha mejorado en algunos aspectos pero siguen siendo las grandes brechas que impiden que las mujeres vivamos en una igualdad real más allá de la igualdad formal que establecen las leyes de nuestro país.

Siempre se ha considera que las mujeres que viven en entornos rurales, y Extremadura es eminentemente rural, tienen más dificultades. ¿Llega esa igualdad real a todos sitios?

Las mujeres que viven en las zonas rurales tienen más dificultad de acceso al empleo, de determinados empleos. Pero fíjese que hay datos que nos hablan de de un incremento y un progreso espectacular de la mujer emprendedora en el medio rural de esta comunidad. Además, las desigualdades que estamos rompiendo con determinadas políticas públicas a lo largo de estos 40 años tienen muy presente ese factor de ruralidad. Le pongo ejemplo: el haber implantado desde hace ya dos cursos académicos el ciclo de Educación Infantil 0-3 años significa que en pueblos pequeños de Extremadura, como por ejemplo Higuera de Vargas (1.934 habitantes), donde no había una guardería municipal ni privada ni pública, las mamás pueden estar en búsqueda activa de empleo. Eso es un cambio trascendental, como los programas de ludotecas rurales y Diviértete, que son programas de esta Consejería que dan una salida en periodo no lectivo al cuidado de los menores a cargo. Así que no, no tienen las mujeres rurales peores condiciones de vida que las mujeres del medio urbano porque la Junta ha trabajado siempre porque haya las mismas oportunidades de vida en los pueblos que en las ciudades. Sin embargo, sí hay un tema que me preocupa sobremanera y es que la violencia de género en el medio rural no se denuncia igual que en las ciudades porque no hay una privacidad que podamos garantizar a la víctima. A veces me pregunto si 20 años después de tener una ley que protege a las mujeres en España y más de 25 años de tener un sistema de protección en Extremadura, porque aquí tuvimos el sistema antes que la ley, es el momento de pararnos a pensar si la respuesta institucional tiene que ser distinta en las ciudades que en los pueblos. Aunque no tengo datos

Desde hace muchos años, en Extremadura no se mueve un euro sin que haya un informe de impacto de género. ¿Qué balance hace de esa exigencia?

Desde que se creó la ley de Igualdad en Extremadura se crearon unidades de igualdad en cada consejería, y en el Gobierno extremeño no podemos tomar decisiones sin que tengamos esa visión de impacto de género porque si no las medidas tendrían sólo la mitad de la mirada. Los informes de impacto de género son consustanciales a las decisiones que tomamos y el hecho de que haya también muchas mujeres en la toma de decisiones también ha introducido esa necesaria mirada. Por ejemplo, los programas Diviértete y las ludotecas, que he mencionado antes, se los inventa una consejera de Igualdad consciente de que cuando en verano están cerrados los colegios es muy difícil mantener la normalidad de la responsabilidades profesionales y la de la crianza de los hijos. Así que es muy importante que las mujeres estemos en la toma de decisiones, no porque pongamos la mirada solo en los problemas que sufrimos nosotras, sino porque las mujeres somos el 50% del talento, de la capacidad creativa, de la fuerza del trabajo y de la potencialidad de nuestra región y de nuestro país y del mundo. Entonces los informes de perspectiva de género son importantes pero lo que es más importante es que los gobernantes tengan la capacidad de tener en la mente cómo afecta una medida a las mujeres. Los informes técnicos son una formalidad, lo importante es que cuando hagamos una ley o tomemos una medida estudiemos cómo va a afectar o beneficiar a la población, también a ese 50%.  Nosotros lo hemos hecho con la Ley de Ordenación de Urbanismo de Extremadura, que desde su origen es una norma feminista, y lo acabamos de hacer con la nueva Ley de Cooperación en Extremadura, que desde la propia construcción de la norma ya tiene una mirada feminista de cómo ha de ser la política de cooperación internacional para el desarrollo.

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