La Asamblea de Extremadura: “”El poder desconocido“ que cumple 35 años
La Asamblea de Extremadura sigue siendo, ahora que se celebran los 35 años de su constitución, “el poder desconocido” en la Comunidad Autónoma, algo a lo que contribuye en parte su nombre.
Así se ha puesto de relieve en la Mesa de Experiencia que se ha celebrado en la Sala de la Autonomía y en la que han participado los tres expresidentes vivos del Legislativo extremeño, Teresa Rejas (IU), Federico Suárez (PSOE) y Fernando Manzano (PP), así como la actual titular de la Cámara, la socialista Blanca Martín.
Fernando Manzano ha relatado como en un acto público en Coria un alcalde le presentó como “el presidente de la mesa de la Junta de Extremadura”, una experiencia similar que también ha vivido Blanca Martín.
“Es verdad que cuando tú llegas a un sitio y dices que eres la presidenta de la Asamblea de Extremadura, eso no se sabe muy bien qué es; pero si dices: soy la presidenta del Parlamento regional, ya todo el mundo se ubica”, ha explicado Martín, para quien esta segunda denominación es más adecuada desde el punto de vista de la “pedagogía” y de la “proyección de la institución”.
Para Fernando Manzano, el Poder Legislativo sigue siendo “el poder desconocido”, frente al Ejecutivo y al Judicial, también porque la gente no sabe que los diputados “se dedican a trabajar todos los días” y se creen que solo lo hacen cuando hay pleno o comisión. Por ello en esta mesa de experiencia, todos quienes han ocupado la presidencia de la Asamblea han puesto de relieve su trabajo en favor de que la institución fuera conocida y valorada por los ciudadanos a quienes representa.
La primera mujer en presidir la Cámara
Teresa Rejas, la primera mujer en presidir un parlamento en España, ha recordado lo “conflictivo” que fue su mandado, después del pacto institucional que se alcanzó en Extremadura en 1995, cuando el PSOE perdió por primera vez la mayoría absoluta en la Comunidad Autónoma.
Ha explicado como precisamente el pacto institucional que la llevó a ella a ser presidenta de la Asamblea se hizo para que “se visualizara ante la sociedad la división de poderes”, algo inusual hasta entonces pues las grandes mayorías de las primeras legislaturas democráticas hacían que un solo partido copara todo el poder.
Esa falta de costumbre al pacto y al diálogo hizo que ella se convertiera “en la pared de pimpón” que soportaba “toda la confrontación de la palabra”, aunque ha reconocido que, a pesar de las dificultades, en esa legislatura también “se fue aprendiendo a llegar a acuerdos” y el gobierno en minoría de Juan Carlos Rodríguez Ibarra sacó sus presupuestos unas veces con el PP y otras con IU.
Teresa Rejas ha compartido con sus compañeros de mesa la gran “preocupación y ocupación” que todos tienen porque “se conozca esta casa” como un lugar en el que “se trabaja mucho, serio y bien, con el fin primordial de estar al servicio de la sociedad”. Por su parte, Federico Suárez ha dicho que de lo que más orgulloso se siente es de haber sido el primer secretario de la mesa cuando se constituyó la Asamblea de Extremadura, con tan solo 26 años.
“Esa es mi gran experiencia”, ha dicho. Se ha mostrado satisfecho también de haber reformado el reglamento para dar más agilidad a los trabajos y acercar la institución “a los verdaderos problemas que tienen los ciudadanos”.
Recuerdo para los tres expresidentes fallecidos
Fernando Manzano ha tenido un recuerdo especial para los tres expresidentes de la Asamblea de Extremadura fallecidos, Antonio Vázquez, Manuel Veiga y Juan Ramón Ferreira, y ha contado algunas anécdotas de como fueron los primeros años de funcionamiento de Legislativo regional, cuando Vázquez, según le contó él mismo, era quien recogía directamente las iniciativas de los grupos parlamentarios y las archivaba “en una cartera que llevaba todo el día”.
Manzano ha hecho referencia a la importancia de que la sede del Parlamento regional se encuentre en el antiguo Hospital San Juan de Dios de Mérida, “donde vieron la luz por primera vez muchos extremeños”. Tanto Martín como su antecesor en el cargo han vuelto a hacer hincapié en la incorporación “progresiva e importante de la mujer” a la institución, al pasar de sólo tres diputadas en la primera legislatura a ser casi paritaria en la actualidad y con una mesa con el mismo número de hombres y mujeres, al ser mujer también por primera vez la letrada mayor.
Blanca Martín, que ha destacado la “gran relación personal” que existe y ha existido entre los diputados extremeños, con independencia del partido al que pertenezcan, ha ironizado sobre ella misma y el error que tuvo en la lectura de una votación, lo que le hizo estar en redes sociales y canales de televisión y con lo que contribuyó, ha reconocido con humor, “a dar proyección nacional a la Asamblea de Extremadura”.
El nombre de Parlamento
La actual presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, ha reconocido hoy que, al margen de “esa cizaña política en que a veces nos emperramos”, el nombre de Parlamento es más adecuado desde el punto de vista de la “pedagogía” y de la “proyección de la institución”.
Ha aclarado que “el cambio de nombre no fue cosa del PP y de Fernando Manzano”, sino que se empezó a hablar de esta cuestión en la legislatura anterior, con el PSOE y con Juan Ramón Ferreira como presidente de la Cámara. Para Martín, aunque en el Estatuto de Autonomía la institución aparecerá siempre como Asamblea de Extremadura, esta denominación no contribuye a aclarar su cometido como sede del Poder Legislativo regional.
“Es verdad que cuando tú llegas a un sitio y dices que eres la presidenta de la Asamblea de Extremadura, eso no se sabe muy bien qué es; pero si dices: soy la presidenta del Parlamento regional, ya todo el mundo se ubica”, ha explicado. Por ello ha criticado que “a veces en esa cizaña política nos emperramos en algunas cuestiones que tienen más que ver con la pedagogía e incluso con la proyección de la institución, que con la batalla política”.
Blanca Martín ha indicado también que a todos los presidentes de la Asamblea que la han precedido “les ha quedado una espinita”, que es separar el puesto de letrado mayor del de secretario general, algo que cree que se conseguirá en breve para el “mejor funcionamiento de la casa” y para evitar que se generen “problemas un poco absurdos”.