Las ciudades extremeñas han perdido aún más habitantes con la pandemia, sobre todo Cáceres
El primer y más duro año de la pandemia, 2020, supuso una pérdida de población generalizada en España debida a la alta mortalidad por el virus y a la retracción económica, pero sus efectos han sido mayores en una comunidad, Extremadura, que ya venía sufriendo descensos demográficos continuados en la última década, y siguen afectando a las ciudades extremeñas que tampoco se libran del retroceso.
Si en España ese año se saldó con una pérdida de 65.688 habitantes, un 0,13%, y la población a 1 de enero de 2021 quedaba en 47,385 millones de residentes, en Extremadura se triplicó la caída con un 0,42%, 4.486 empadronados menos.
El censo final extremeño quedaba en 1.059.501 personas, frente a 1.063. 987 del año anterior.
La Comunidad está en caída libre y perdiendo población desde hace diez años, cuando en 2011 registró una cifra de 1.109.367 residentes.
El saldo vegetativo extremeño es negativo, mueren más personas que nacen y aún más con la pandemia, y el balance migratorio con el resto de comunidades también es desfavorable de forma continuada: se van muchos más extremeños que resto de españoles vienen.
Las ciudades
El retroceso es tal que ni el conjunto de las localidades o ciudades extremeñas más pobladas, y ni siquiera las tres capitales -Mérida, Badajoz y Cáceres-, que se suponen deberían tener cierto atractivo aunque solo fuera para las migraciones interiores dentro de la región por una teórica mejor oferta laboral y de servicios, se salvan de venir perdiendo población en los últimos años.
Mirando a las nueve mayores, el padrón municipal a 1 de enero 2021 publicado por el Instituto Nacional de Estadística días atrás revela que en los últimos doce meses todas han perdido residentes excepto Villanueva de la Serena.
Badajoz perdió 374, Plasencia 302, Navalmoral 153 o Mérida 124, aunque el peor dato tanto absoluto y casi relativo entre ellas lo sufrió Cáceres que vio reducirse su padrón municipal en 837 personas.
En un repaso por cada una de las nueve, Badajoz pasó de 150.984 residentes a 150.610, 374 menos equivalente a un 0,25%; recordemos que el retroceso medio extremeño fue del 0,42%.
La evolución demográfica de la capital pacense se puede considerar estable en los últimos años en líneas generales, y su censo mayor lo alcanzó en 2012 con 152.270 vecinos.
Cáceres ha sufrido el peor revés absoluto con un retroceso de 837 personas, un 0,87%, caída doble que la media extremeña, y queda en 95.418 residentes; es sin embargo una ciudad en sentido demográfico claramente al alza en los últimos años, lo que añade extrañeza al resultado de este.
En 96.255 está la cifra mayor de habitantes de la ciudad, conseguida el año anterior, 2020.
Mérida ha perdido 124 vecinos, un 0,20%, y queda en 59.424 personas; es una ciudad con tendencia estable/alza.
Plasencia ha vuelto a caer, y presenta de todas las ciudades extremeñas el peor balance y con diferencia de los últimos años, lleva 11 años salvo uno (2013) perdiendo población; se queda esta vez sin 302 vecinos, un 0,76%, un retroceso que como vemos en esta ocasión ha sido superado por la capital provincial, Cáceres.
El padrón placentino final es 39.558 personas.
Don Benito es al revés la ciudad extremeña de mejor comportamiento demográfico en los últimos ejercicios, con tendencia al alza continuada salvo en este en que ha perdido pero muy poco, nueve empadronados, y queda en 37.275 inscritos.
Almendralejo pierde 114 habitantes y queda en 33.741.
Villanueva de la Serena es la única de las ciudades que ha ganado población en este balance del 1 de enero 2020 al mismo año de 2021, suma 85 empadronados y está ahora en 25.837.
Navalmoral de la Mata es la octava localidad más poblada, tiene ahora 17.010 empadronados tras haber perdido 153, un 0,9%, que es el porcentaje de retroceso mayor de las nueve, más que Cáceres que fue 0,87%.
Por último Zafra ha registrado un pequeño retroceso de 24 empadronados y se queda con 16.786.
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