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¿Por qué los coches pueden alcanzar más de 200 km/h? La UE intenta ponerles freno

El coche en el que viajaba el futbolista José Antonio Reyes tras el accidente mortal que ha sufrido este sábado en la A376, en la provincia de Sevilla.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

¿Por qué los coches pueden alcanzar más de 200 km/h? ¿Por qué se fabrican y se venden coches que pueden ir a velocidades muy superiores al límite más alto de cualquier carretera europea? La Unión Europea busca cómo ponerle freno, pero de momento lo que ha aprobado es obligar a incluir mecanismos que ayuden a mantener la velocidad adecuada en todos los coches. Ahora bien, los conductores son libres de emplearlos o no.

Este sábado han fallecido el futbolista José Antonio Reyes y un familiar, y ha quedado herida una tercera víctima, en un accidente de tráfico cuando circulaban a gran velocidad por la autopista entre Utrera y Sevilla. Mes y medio antes, el 16 de abril pasado, el Parlamento Europeo aprobaba qué medidas de seguridad deberán llevar los coches a partir de mayo de 2022, aunque su uso no sea obligatorio para los conductores.

¿Y cuáles son? Un asistente de velocidad inteligente; interfaz para la instalación de alcoholímetros antiarranque; sistema de advertencia de somnolencia y atención del conductor; sistema avanzado de advertencia de distracciones del conductor; señal de frenado de emergencia; detector de marcha atrás y registrador de datos de incidentes (caja negra).

La Unión Europea calcula que el asistente de velocidad inteligente (ISA por sus siglas en inglés, Intelligent Speed Assistance), podría reducir las muertes en la carretera en un 20%.

“Este sistema alertará al conductor, basándose en los mapas y las señales de tránsito, siempre que se supere el límite de velocidad. No se trata de un limitador de velocidad, sino de un sistema inteligente que hará que los conductores sean conscientes cuando estén superando el exceso de velocidad, con lo cual, también ayudará a evitar multas”, señala la eurodiputada Róża Thun (PPE, PL), ponente que ha dirigido esta legislación en el Parlamento.

También será obligatorio, para los turismos y los vehículos comerciales ligeros, que estén equipados con un sistema de frenado de emergencia (ya obligatorio para camiones y autobuses), así como un sistema de aviso de cambio de carril.

La mayoría de estas tecnologías serán obligatorias a partir de mayo de 2022 para los nuevos modelos y a partir de mayo de 2024 para los modelos existentes.

La Dirección General de Tráfico (DGT) española ya había propuesto el año pasado que el limitador de velocidad pasara a ser obligatorio en los vehículos, según la lógica de que la velocidad es “el punto estratégico” de la seguridad vial: a mayor velocidad se producen más accidentes y de mayor gravedad.

Camiones y autobuses

Los camiones y autobuses, por su parte, deberán diseñarse y fabricarse para que los usuarios vulnerables en la carretera, como los ciclistas y peatones, sean más visibles para el conductor (la llamada “visión directa”). Dichos vehículos deberán estar equipados con características avanzadas para reducir “en la mayor medida posible los ángulos muertos del frente y el lado del conductor”, dice el texto.

La tecnología de visión directa debe aplicarse a los nuevos modelos a partir de noviembre de 2025 y para los modelos existentes a partir de noviembre de 2028.

Las nuevas normas también pretenden mejorar los requisitos de seguridad pasiva, incluidas las pruebas de colisión (frontal y lateral), así como los parabrisas para mitigar la gravedad de las lesiones de peatones y ciclistas.

Los requisitos de homologación de neumáticos también se mejorarán para poner a prueba los neumáticos desgastados.

El reglamento, aprobado en el pleno de abril por la Eurocámara con 578 votos a favor, 30 votos en contra y 25 abstenciones, ahora debe ser sometido a la aprobación del Consejo de Ministros de la UE.

En 2018, más de 25.000 personas murieron en las carreteras europeas y 135.000 sufrieron heridas graves, según los datos preliminares publicados por la Comisión Europea, que no llegará a su meta de reducir los siniestros mortales a 15.750 en 2020.

El Ejecutivo comunitario aspira, no obstante, a reducir a la mitad el número de accidentes mortales o graves entre 2020 y 2030 y a alcanzar el objetivo de cero muertes en las carreteras de la Unión Europea en 2050.

España mantiene la ratio de 39 muertes por millón de habitantes el año pasado, mientras la media en la UE es de 49 muertes por millón de habitantes frente a las 174 por millón en el mundo.

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