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Joe Biden busca vicepresidenta para desbancar a Trump

El candidato demócrata a las elecciones estadounidenses, Joe Biden.

Carlos Hernández-Echevarría

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Con esto del coronavirus no sabemos si la próxima campaña presidencial de Estados Unidos tendrá mítines multitudinarios, si los candidatos podrán debatir cara a cara o si todo será una sucesión eterna de videollamadas. Lo que es seguro es que el próximo 3 de noviembre los estadounidenses decidirán si siguen con Donald Trump o si le dan una oportunidad a Joe Biden. Y también que este último necesitará a alguien para que le acompañe en la papeleta electoral como candidato a vicepresidente. O, muy probablemente, candidata a vicepresidenta.

Biden está encerrado en su casa de Wilmington, Delaware, haciendo campaña desde su sótano. Ahora que ser candidato no incluye ir saltando todo el día de estado a estado en un jet privado, tiene más tiempo para pensar en una de las decisiones más trascendentales de su carrera. Los estudios nos dicen que la elección de un vicepresidente no afecta gran cosa al resultado de unas presidenciales, pero el elegido sí que puede darle al candidato presidencial grandes disgustos: no hay más que recordar el fiasco de John McCain con la ultra Sarah Palin en 2008.

Tradicionalmente, para elegir a un compañero de papeleta se tenían en mente los equilibrios geográficos: que fuera de una región diferente de la del candidato presidencial, que ayudara a ganar su estado natal... Otras veces se intentaba completar al candidato de otras maneras: por ejemplo Obama, un novato en la política que quería ser el primer presidente negro, escogió a un experimentado (y blanquísimo) Biden para que diera credibilidad a su candidatura. Y ahora es Biden el que busca que le completen.

Una mujer para Joe Biden

Joe Biden, como todos y cada uno de los 45 presidentes de Estados Unidos hasta hoy, es un hombre. Además, como todos salvo uno, es blanco. Y para terminar, va a cumplir 80 años. Dado que el electorado demócrata es cada vez más diferente de Biden (diverso, joven, femenino), es muy poco probable que el candidato escoja a otro hombre blanco para acompañarle. De hecho, él mismo se comprometió a elegir a una mujer como candidata a vicepresidenta durante las primarias.

Al ex vicepresidente no le faltan candidatas para el trabajo, aunque el puesto viene con algunas exigencias difíciles. En plena era del #MeToo, la mujer que acompañe a Biden en su candidatura se verá obligada una y otra vez a defender a su jefe de las acusaciones de Tara Reade, una mujer que trabajó para él y que dice que el entonces senador abusó de ella en 1993. El candidato demócrata lo niega.

¿La primera vicepresidenta negra?

Otra característica que sería interesante para Biden es que su compañera de papeleta le ayudara a movilizar el voto negro. En 2016 Hillary Clinton se hizo con el apoyo del 90% de los votantes afroamericanos, pero estos acudieron a votar mucho menos que en las dos anteriores elecciones presidenciales. Su participación bajó siete puntos y ese descenso pudo ser decisivo para el resultado, costándole a los demócratas estados clave como Ohio y Florida. Por eso en todas las listas de posibles candidatas a vicepresidenta de Biden vemos a tantas mujeres afroamericanas.

El propio candidato ha dicho que escogería a Michelle Obama sin dudar, pero que ella no quiere el puesto (y no lo quiere). Otro nombre muy citado es el de Stacey Abrams, que saltó a la fama al quedarse muy cerca de arrebatarles a los republicanos el cargo de gobernadora del muy conservador estado de Georgia. Ella misma ha declarado públicamente su interés en el nombramiento y, con ninguna falsa modestia, añade que sería una elección “excelente”.

Además de ella, Biden podría fijarse también en Kamala Harris. La senadora negra de California fue su rival durante las primarias demócratas y hasta tuvieron algún enfrentamiento en los debates, pero ya dijo el diciembre pasado que la tomaría en cuenta para el puesto, a pesar de que entonces eran todavía adversarios. Otra elección interesante sería la congresista afroamericana Val Demings, que además es del estado clave de Florida.

Seducir al ala izquierda del partido

Aunque la perspectiva de cuatro años más de Trump debería ser un gran motivador para cualquier demócrata, Joe Biden también podría usar su elección de una vicepresidenta para ilusionar al ala izquierda del partido. A nadie se le escapa que él representa a la parte más centrista de los demócratas, un miembro del establishment, y que millones de votantes jóvenes preferirían haber visto a otro candidato ganar las primarias. Tal vez podría hacerles un guiño con la elección de su vicepresidenta.

Bernie Sanders es otro varón septuagenario blanco como Biden y además no parece tener mucho interés en el nombramiento. La segunda opción sería su también ex rival en las primarias, Elizabeth Warren, muy popular en el sector más izquierdista del Partido Demócrata. Ella ya ha dicho que estaría encantada.

Una elección que seguro cabrearía a los más izquierdistas y les daría un motivo para quedarse en casa el día de las elecciones es Amy Klobuchar. Hablamos de otra de las rivales de Biden en las primarias demócratas, pero una que está mucho más cerca de él ideológicamente. No le completaría por ese lado pero, como senadora por Minnesota, es cierto que viene de una región del país a la que el candidato demócrata tendrá que prestar mucha atención si quiere bloquear un segundo mandato de Trump.

Entre tanta mujer que hace públicamente campaña para ser la candidata de Biden, hay una que parece empeñada en quitarse de en medio. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, se ha convertido en una estrella entre los demócratas en estos tiempos de coronavirus. Su sangre fría ante las presiones conservadoras para acabar con el confinamiento la han hecho célebre, pero ha dicho con bastante rotundidad que no está interesada en ir a trabajar a la Casa Blanca.

Abrams, Harris, Warren, Klobuchar, Demings... solo Biden sabe quién será la elegida, o tal vez ni siquiera él. Veremos a quién escoge para intentar llegar a la Casa Blanca.

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