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La mayoría de los millenials se sienten clase trabajadora

Conectados, muy formados pero identificados con la clase trabajadora. (Imagen: Pexels)

The Guardian

Shiv Malik, Caelainn Barr y Amanda Holpuch —

Los millenials de Estados Unidos se ven a sí mismos más como clase trabajadora que como clase media, en una proporción nunca vista desde que comenzaron los registros hace ya 30 años, según revela un estudio de the Guardian y la firma Ipsos Mori.

El análisis de encuestas sociales elaboradas a lo largo de 34 años reveló que solo el 33% de los jóvenes adultos de entre 18 y 35 años se siente parte de la clase media de EEUU; mientras que el 56,5% de ese grupo se define como clase trabajadora. 

La cantidad de millenials –una generación que solo en EEUU suma 80 millones de personas y que también se conoce como Generación Y– que se definen como pertenecientes a la clase media ha caído en casi todas las encuestas, que son realizadas cada dos años. En 2002, el porcentaje estaba en 45,6%, y tocó fondo en 2014 cuando la cifra cayó a 34,8%. Ese año, el 8% de los millenials se consideraba de clase baja y menos del 1% decía ser de clase alta.

Los jóvenes, con Bernie

Tal vez el gran cambio por el que tantos jóvenes adultos se sienten parte ahora de una clase más baja ayude a explicar el sorprendente y sólido desempeño del candidato presidencial insurgente, Bernie Sanders, en las elecciones primarias del Partido Demócrata. Sanders ha prometido terminar con el pago de la matrícula en universidades y aumentar los salarios mínimos.

La última vez que una cantidad similar de gente se definió como parte de la clase trabajadora fue en 1982, cuando el 56,1% de la generación del baby boom eligió catalogarse así. Ese mismo año, los mayores dentro de la generación del baby boom estaban casi llegando a los 40, Ronald Reagan estaba en su segundo año de mandato y la revista Time celebraba la llegada del ordenador personal. 

Según Bobby Duffy, director global del instituto de investigación social Ipsos, los resultados obtenidos en la encuesta social y general que viene realizando la Universidad de Chicago desde hace 40 años fueron sorprendentes.

“Uno espera que las generaciones futuras vayan mejorando su situación social y económica pero, en todo caso, lo que he observado es que, en cambio, en esta generación, hay una reducción de la clase media. Registramos el nivel más bajo de gente joven que se siente dentro de la clase media desde la década de 1970, y eso es toda una sorpresa”.

“Parte de ese fenómeno se debe al efecto del ciclo de la vida, cuando la gente joven deja de vivir con sus padres… y empieza a establecer su propia vida; eso puede hacer que varíe la clase social en la que se encuentran, pero lo cierto sigue siendo que esta es la caída más pronunciada que hemos visto de entre las otras generaciones registradas y, si la comparamos con las demás, esta generación ha llegado al nivel más bajo”.

Carolina Cadavid, 26 años, forma parte de este grupo. Asistente de compras en Boston, fue a la universidad porque creyó que ese era el camino para conseguir el típico estilo de vida estadounidense que sus padres soñaron para ella cuando se mudaron de Colombia a EEUU. No fue así. Después de recibir su título universitario, Cadavid se considera parte de la clase trabajadora: “Pensé que mi situación económica sería mejor de lo que es”.

Cadavid tuvo que pedir préstamos estudiantiles en su segundo año de universidad. En su opinión, fue esta necesidad económica inesperada lo que le impidió llegar al nivel de vida que hace falta para decir “lo logré”. “Claro que estoy asustada; principalmente, porque tengo muchos gastos y tengo que pagar los préstamos, así que no puedo empezar a ahorrar dinero. ¿Cómo voy a hacer para ahorrar para una casa? ¿Cómo voy hacer para pagar mi boda?”.

Además, Cadavid nota cómo la gente de su generación retrasa las etapas típicas de la madurez, como dejar la casa de los padres, casarse y empezar una familia, por razones económicas: “Tengo muchos amigos que aún están pagando deudas estudiantiles y viviendo en casa de sus padres; es algo nunca visto”.

Peor que sus padres

Los datos de la autoevaluación entre los jóvenes estadounidenses sobre la percepción de clase coinciden con los datos económicos que obtuvo the Guardian en colaboración con el Luxembourg Income Study, que demuestran cómo, a pesar de 30 años de un crecimiento promedio del PIB, en términos reales los trabajadores más jóvenes de EEUU están en una peor situación económica que sus padres. 

Dakota Clement, de 23 años, no se considera a sí mismo como parte de ninguna clase social de forma muy marcada. Es estudiante y también trabaja a jornada completa por un salario mínimo que le permite subsistir. “Me resisto a admitir que soy parte de la clase trabajadora porque me da la idea de ser un obrero, pero estoy dentro del ámbito académico y no estoy sacando ningún provecho económico de eso”. 

Este estudiante licenciado y asistente de clase vive en Corvallis (Oregón) y dice estar “menos interesado en que al mercado de valores le vaya bien que en políticas de gobierno que ayuden a la mayor riqueza que tiene Estados Unidos: sus ciudadanos. Las cifras que aparecen en el Wall Street Journal no me preocupan. Lo que me preocupa es saber si voy a poder pagar el hospital de ser necesario”.

En términos reales, para 2013, los salarios de las personas de menos de 35 años ya habían bajado en comparación con los salarios de personas de la misma edad de hace tres décadas, aun quitando los efectos a largo plazo del desempleo durante la peor recesión de la que se tiene registro. Esto significa que los millenials son más pobres que sus padres, los de la generación baby boom, aproximadamente en la misma etapa de la vida. 

Sin embargo, en términos reales, los salarios de las generaciones mayores han aumentado de manera sustancial en las últimas tres décadas y media. Con el paso del tiempo, la generación del baby boom ha ido entrando en las últimas etapas de su actividad laboral ganando más dinero que sus padres. 

Bobby Duffy entiende que los millenials hayan cambiado y se hayan decidido por Bernie Sanders y Donald Trump, los candidatos presidenciales más radicales del partido demócrata y del republicano. En su opinión, es muy posible que esté relacionado con las perspectivas económicas decrecientes, un fenómeno que también se ha visto en el Reino Unido, donde eligieron como líder de la oposición al político más a la izquierda del Partido Laborista, Jeremy Corbyn: “Cuando el sistema actual deja de parecer seguro, la gente siente todavía más el impulso de cambiar las cosas. Eso es lo que hacen estos candidatos, aunque de manera muy diferente: dan la sensación de cambiar un sistema, que realmente ha sido muy duro, en particular con esta generación más joven”.

Traducción de Francisco de Zárate

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