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El voto latino, clave para la batalla entre Sanders y Biden en el supermartes

La congresista Alexandria Ocasio-Cortez apoya a Bernie Sanders durante un mitin celebrado en Iowa en noviembre de 2019.

Lauren Gambino

Los Ángeles —

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María Vallardes abre la puerta en pantuflas con su perro pomerania ladrando detrás. El que ha tocado el timbre es Ricardo Alonzo Ugalde, voluntario de la campaña de Bernie Sanders armado de sujetapapeles y sonrisa sincera con la misión de cubrir este rincón del este de Los Ángeles, el corazón de la comunidad latina.

“Buenas tardes, señora”, saluda Alonzo en español antes de comenzar su pequeño discurso. Las elecciones primarias de California son el martes, ¿tiene usted pensado votar? Vallardes responde que sí. ¿Y está usted registrada como demócrata? Ella se ríe, como si la pregunta fuera absurda. Por supuesto, le dice en español. “¿Crees que iba a votar por Donald Trump?”.

Vallardes lo invita a entrar para escuchar toda la argumentación. Cuando Alonzo Ugalde se marcha, la papeleta ya ha quedado cerrada. Lo mismo que el apoyo a Sanders de esta señora de 65 años. “Mejor imposible”, resume Alonzo Ugalde, ingeniero de 35 años.

El equipo de Sanders cree que su camino para ganar la candidatura demócrata en las elecciones presidenciales de EEUU pasa por barrios como el que Alonzo Ugalde cubrió en la previa del supermartes. Se trata de comunidades de clase trabajadora del sur y del medio oeste, racialmente diversas y con los votantes sintiéndose abandonados.

Ese acercamiento a la comunidad fue clave para su victoria en Nevada, donde se enfrentaban siete contendientes y las encuestas a pie de urna le daban más del 50% del apoyo entre los votantes hispanos. “Los hispanos aman a Bernie Sanders”, dice el extravagante Chuck Rocha, arquitecto de la estrategia de Sanders para movilizar al votante latino. “En 2016 nos dimos cuenta demasiado tarde, así que hemos empezado a construir desde donde lo dejamos entonces”.

Los esfuerzos para acercarse a la comunidad comenzaron prácticamente con el lanzamiento de campaña de Sanders. En sus discursos, el senador complementa su eje sobre la desigualdad económica con la necesidad de justicia racial. Para profundizar su conexión con los votantes no blancos, el equipo de campaña ha resaltado que es hijo de un inmigrante polaco llegado a Estados Unidos sin dinero ni conocimientos de inglés.

Según Rocha, que usa sombrero vaquero y arrastra las palabras a lo texano, el equipo de campaña aprendió en 2016 que no alcanzaba con invertir mucho en las comunidades latinas, sino que además había que hacerlo pronto, y eso se refleja en el equipo de gente. Rocha se jacta de que la campaña no tiene un “departamento latino”. En vez de eso hay latinos ocupando puestos relevantes y en todos los niveles de la toma de decisiones.

Bajo el eslogan “Unidos con Bernie”, la campaña ha demostrado su “competencia cultural” entre los latinos, sostiene Rocha. Como parte de su estrategia de promoción, organizaron “Tamales para el tío Bernie”; proyectaron la película Coco, de Disney; y patrocinaron un torneo de fútbol.

Despliegue de oficinas en California

El supermartes es la prueba decisiva del apoyo de los latinos a Sanders. En California y Texas hay un gran electorado latino y los dos lugares son los mayores trofeos en términos de delegados para las primarias. Según las encuestas, Sanders tiene una ventaja importante entre los latinos de los dos estados, pero la victoria de Joe Biden en Carolina del Sur ha dado nueva vida a la campaña del exvicepresidente y mejorado su posición entre los votantes no blancos de todo el país.

Biden, que por la noche celebra un mitin en Los Ángeles, está bien situado en los sondeos entre latinos mayores, aunque representen una parte menor del electorado. Bloomberg, que ha invertido cientos de millones de dólares de su fortuna en los estados del supermartes, también se ha dirigido a los latinos con publicidad enviada por correo y anuncios en español. Obtener un buen desempeño este martes entre los latinos de California, Texas y Colorado podría ser decisivo para impulsar a Sanders en la próxima parada de las primarias, que incluye Arizona y Florida.

El equipo de Sanders en California tiene 105 empleados y 23 oficinas de campo por todo el estado. Según su director, Rafael Návar, oriundo del este de Los Ángeles, las oficinas están predominantemente distribuidas en barrios “muy latinos” y de “clase trabajadora”.

Sanders estuvo en California durante la inauguración de una oficina en Coachella, ubicada en el mismo lugar donde el líder sindical y activista por los derechos civiles César Chávez organizaba a los trabajadores agrícolas en la United Farm Workers durante los años 60. “Desde John F. Kennedy ningún candidato a la presidencia había visitado la ciudad de Coachella”, dice Návar.

El apoyo de la congresista latina por Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez (30) ha consolidado la posición de Sanders, especialmente entre los jóvenes latinos. En un mitin de los dos en Queens, ella lo bautizó como 'tío Bernie', un apelativo cariñoso que ha resonado entre los latinos que ven a Sanders como la persona que va a defender su causa.

“La historia de nuestra comunidad en EEUU es la de una lucha constante, una lucha para ser reconocidos, para tener plena ciudadanía y para tener plenos derechos”, dice Návar, que antes fue dirigente del Communications Workers of America, el principal sindicato de medios y telecomunicaciones. “Creo que hay una conexión real porque él es percibido como alguien que siempre estuvo en luchas con todas las probabilidades en contra”.

Muchos jóvenes latinos dicen sentirse atraídos por sus promesas de atención sanitaria universal y matrícula universitaria gratuita. Pero sus ambiciosas propuestas en inmigración también forman parte de su atractivo. Sus posturas sobre inmigración son las más liberales de todos los demócratas y en ellas ha sido decisivo el aporte del personal latino de campaña, incluyendo los que no tienen los papeles en regla.

Según Clarissa Martínez de Castro, vicepresidenta adjunta de UnidosUS (el principal grupo en el país de activismo y derechos civiles de los latinos), “los latinos van a las urnas con la economía y la atención sanitaria en su cabeza, y con la inmigración en su corazón”.

Sanders ha prometido dar marcha atrás desde el “primer día” con todos los decretos de Trump en materia de inmigración. Ha dicho que pondrá fin a sus políticas de “tolerancia cero” y que reinstaurará el programa Daca para jóvenes indocumentados cancelado por la Administración Trump. También ha prometido una moratoria de las deportaciones hasta que sean estudiadas con más profundidad; terminar con las redadas del Servicio de Inmigración y Aduanas; y aprobar una reforma migratoria integral que abra un camino hacia la nacionalidad estadounidense para los casi 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país.

Hasta los críticos de Sanders reconocen que su difusión ha sido impresionante. Luis Alvarado, consultor republicano en Los Ángeles especializado en estrategias para llegar al votante latino, elogia el enfoque de Rocha, pero no cree que Sanders pueda replicar el éxito obtenido en Nevada. “Los latinos de Nevada son en su mayoría obreros, de clase trabajadora, con alguien de la familia en un sindicato”, sostiene. “Por eso les resuena ese mensaje de socialista demócrata, pero no veo que esa fórmula se pueda aplicar a los latinos de estados como California y Texas”.

Los logros económicos y educativos del electorado latino de California son más diversos que en Nevada, dice Alvarado, y los latinos de Texas suelen ser más conservadores que los de esos dos estados. Cuatro de cada diez hispanos votaron por el gobernador republicano de Texas en 2018, el mismo año en que la participación latina de los votantes texanos fue decisiva para la “ola azul” que recuperó la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes.

Según la última encuesta del Instituto de Estudios Gubernamentales de UC Berkeley, el senador por Vermont es la opción preferida por el 51% de los votantes latinos de California, lo que representa una mejora de 13 puntos con relación a la encuesta de enero. De acuerdo con la encuesta de NBC / Marist, el 46% de los latinos de Texas prefiere a Sanders, más de tres veces el apoyo cosechado por Biden o por Bloomberg, sus rivales más cercanos.

La campaña de Sanders también está tratando de seducir a los latinos de Carolina del Norte y de Virginia. La semana pasada se presentaron más de cien activistas de ‘CASA in Action’, un grupo de derechos civiles latinos que apoya a Sanders, a un mitin de campaña en Richmond, la capital de Virginia. “No estamos dejando nada sin hacer”, dice Rocha.

El voluntario que llamó a 2.500 puertas

Los recientes elogios de Sanders a algunos aspectos de la revolución cubana asustan a los latinos de Florida, uno de los estados clave en la batalla por la presidencia. Los demócratas y el partido condenaron rápidamente los comentarios, pero temen que una candidatura de Sanders afecte a los candidatos del estado. Como dice la colombiano-estadounidense Evelyn Pérez-Verdia, estratega en temas latinos, “revolución y camarada no son palabras que deban usarse en Florida”.

Según Pérez-Verdia, el riesgo de los elogios de Sanders a los Gobiernos socialistas de América Latina no es sólo alejar a los cubanoestadounidenses, muchos de los cuales son republicanos, sino a los venezolanos, a los colombianos y a los nicaragüenses. Entre los latinos de Florida, Sanders va cláramente por detrás de Biden y de Bloomberg.

Su equipo no considera problemáticos los comentarios. Según Rocha, la reacción que produjeron tiene que ver con miembros del establishment demócrata y con republicanos “a los que de todos modos no les gustaba Bernie”. El equipo ha anunciado compras de espacios publicitarios en Florida y ha desplegado personal en el estado, donde se dirigen a los jóvenes progresistas que no recuerdan la Guerra Fría. “La gente en el terreno con la que estamos hablando allí le ama”, dice Rocha.

Tan solo dos días antes del supermartes, más de 15.000 personas se congregaron en un salón de convenciones del centro de Los Ángeles para un mitin de Sanders. Por fuera, los vendedores ambulantes vendían camisetas del ‘Tío Bernie’ y los carritos de comida ofrecían perritos calientes envueltos en tocino. Marisa Franco, cofundadora de la organización de activismo latinx Mijente, señala que la multitud de ese domingo por la noche demostraba que el apoyo de Sanders entre los latinos es “innegable”.

¿Y cómo es posible que el mensaje de un senador de 78 años que viene de uno de los estados más blancos del país esté resonando entre latinos con una edad promedio de 29 años? “Muy fácil”, dice. “Porque se lo está trabajando, porque su programa le habla a nuestra gente y por los conceptos de sus palabras”, la consistencia de su mensaje.

El senador sube al escenario y, admirado por el tamaño de la multitud, se jacta de que el lugar se está poniendo “muy inquieto”. Pero no hay nada que temer, les dice. Su filosofía política es simple: “Mi familia se preocupa por tu familia, tu familia se preocupa por mi familia, crecemos juntos”.

Alonzo Ugalde, el voluntario que pasó la tarde hablando de Sanders en el este de Los Ángeles, lo escucha entre la multitud. Desde que en abril de 2019 comenzó su trabajo voluntario en la campaña y hasta el momento en que las urnas cierren este martes, estima que habrá llamado a unas 2.500 puertas.

“Me pregunto si yo habría estado dispuesto a llamar a alguien a la puerta y pedirle su voto de no ser por Bernie Sanders. Lo más probable es que no”, dice. “Si un día me presento a elecciones, será debido a Bernie Sanders”.

Traducido por Francisco de Zárate

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