¿Qué apoyos le quedan a Yanukóvich?
La única esperanza del presidente destituido en el Parlamento reside en las regiones del este y el sur donde obtuvo los votos que le permitieron ser elegido en las elecciones de 2010. Se desconocen las razones por las que Yanukóvich decidió abandonar ayer Kiev poco después de firmar un acuerdo con la oposición. Sí se sabe que en Jarkov se iba a celebrar una asamblea de dirigentes de esas regiones, la mayoría del partido del presidente, para analizar los acontecimientos.
Según algunas informaciones, el gobernador de la región de Jarkov, Mijaíl Dobkin, estaba dispuesto a promover una declaración separatista para impedir la toma del poder en Kiev por la oposición.
La asamblea, a la que han asistido unas 3.000 personas según sus organizadores, ha terminado con un comunicado en el que no reconoce las decisiones tomadas por el Parlamento, y eso antes de que este destituyera al presidente. Ha convocado a todas las regiones a que asuman el control de la Administración en sus zonas, sin reconocer la autoridad de Kiev, e incluso ha recomendado la formación de milicias locales para que garanticen la seguridad.
La resolución acusaba a la oposición de no cumplir los acuerdos firmados el viernes, porque los edificios oficiales continuaban ocupados y nadie había entregado las armas. Las decisiones del Parlamento eran calificadas de “ilegítimas” porque habían sido tomadas “en condiciones de terror y entre amenazas de muerte”.
A esa asamblea asistieron como observadores varios políticos rusos, como el presidente de la Comisión de Exteriores de la Duma y gobernadores de las regiones rusas limítrofes con Ucrania.
Los asistentes a la reunión son la principal base de poder de Yanukóvich. Unos 30 diputados de su partido han votado hoy en el Parlamento con la oposición, pero el resto no ha participado en las sesiones.
Los acontecimientos se suceden con gran rapidez y las últimas noticias indican que esa presencia política puede no ser ya suficiente para enfrentarse al poder de Kiev. La agencia ucraniana Interfax, no confundir con la agencia rusa del mismo nombre, ha informado que Dobkin y el alcalde de Jarkov han huido a Rusia. Si fuera cierto, sería el fin de las aspiraciones de Yanukóvich.
El Ejército ya ha dejado claro que no tiene intención de intervenir en la lucha política y los mandos de las fuerzas especiales del Ministerio de Interior han dicho que están con el nuevo Gobierno.
El control de la situación política por las nuevas autoridades de Kiev, a pesar de las numerosas dudas legales sobre la destitución del presidente (en su cese no ha intervenido el Tribunal Constitucional como marca la ley para estas decisiones), alejaría el riesgo de una partición de hecho del país o, en el peor de los casos, de una guerra civil.
Sin embargo, la revuelta de Kiev no ha cambiado la estructura política, social y economíca del país. Ucrania sigue siendo un país dividido en dos comunidades con intereses y lealtades históricas diferentes. Timoshenko, la exprimera ministra excarcelada, no cuenta con muchos partidarios en las regiones de Ucrania que hasta ahora eran fieles al partido de Yanukóvich.