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Más Madrid se aferra a “lo que de verdad importa” para acabar con 26 años del PP con Mónica García como revelación

Mónica García, Íñigo Errejón y Rita Maestre en el mitin de cierre de campaña.

Sofía Pérez Mendoza

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Más Madrid se juega hacerse mayor en las próximas elecciones. Mónica García, médica de la sanidad pública y candidata revelación en esta campaña electoral, enfrenta el reto de consolidar la identidad de su recién nacido partido más allá de la sombra de Podemos y aspira a otro mayor: acabar con 26 años del PP en la Comunidad de Madrid. La formación nacida de la escisión del partido de Pablo Iglesias en 2019 quiere demostrar en las urnas, tras el 'no' a concurrir en una lista única, que no es una fuerza “coyuntural” que se originó como resultado de una pelea entre líderes, sino el partido que más ha crecido en la campaña electoral con la candidata menos conocida, Mónica García.

“Madrid es la hostia y nos la están robando”, ha clamado García en la Cuesta de Moyano, el lugar donde Manuela Carmena celebró su victoria en 2015 y el elegido por Más Madrid para poner el broche a la campaña. Un triunfo que acabó con dos décadas de gobiernos del PP en el Ayuntamiento de Madrid y que la formación sueña con repetir el próximo martes a nivel autonómico. El partido, al que la exalcaldesa ya retirada de la vida política se ha abstenido de apoyar, quiere mantener alta la moral del electorado y animar a los que a dos días de los comicios aún tienen dudas impregnando la recta final del regusto de la victoria, avalados por la mejor tendencia en las encuestas.

Según las últimas, acortan la distancia con el PSOE, del que se quedarían solo a cuatro escaños, lo que hace vislumbrar en los círculos internos un sorpasso. “No paramos de subir, lo estamos rozando ya”, animaba el líder de Más País y diputado Íñigo Errejón, que ha pedido un “último esfuerzo” a la “gente sencilla” para “reventar las urnas” porque “los jefes siempre votan”. “A quienes han intentado hacer la campaña del odio, ya habéis perdido porque estamos contentos”, ha añadido.

La convocatoria de elecciones anticipadas cogió a la mayoría de partidos sin los deberes hechos. Faltaban aún dos años para los comicios. El PSOE tenía un portavoz, Ángel Gabilondo, con un pie más fuera que dentro de la Asamblea de Madrid –se pierde la cuenta de las veces que estuvo a punto de ser Defensor del Pueblo–, la líder autonómica de Unidas Podemos, Isa Serra, estaba a la espera de una inhabilitación en los tribunales por intentar parar un desahucio y Ciudadanos se echó las manos a la cabeza ante una decisión que podía suponer su liquidación tras ser expulsados del Gobierno regional. Más Madrid había finalizado hacía solo unos meses su proceso de configuración –no exento de convulsiones por las guerras internas– como partido político con Mónica García y Rita Maestre como coordinadores autonómica y municipal, respectivamente.

Pero a García no la conocía casi nadie, pese a que fue la diputada más visible en la oposición a la gestión de Isabel Díaz Ayuso durante la pandemia. Ser médica y trabajar en la primera línea en su hospital, el Doce de Octubre, le otorgó autoridad moral para cuestionar las decisiones que tomaba el Gobierno regional. El candidato más votado en 2019, Ángel Gabilondo, le puso el camino fácil: su actitud tranquila y poco confrontadora –que llevó al PSOE a tomar medidas para evitar que se desdibujara más– dio un impulso a su liderazgo en el Parlamento autonómico.

Una candidata desconocida en alza

Los estrategas de su campaña –con Pablo Gómez Perpinyà a la cabeza– se fajaron en darla a conocer con la confianza de que su perfil, conseguido esto, no tardaría en crecer. Tras 15 días de actos, debates y entrevistas –y otras tantas semanas de una eterna precampaña– García se ha convertido en la candidata sorpresa de la campaña que más provecho ha sacado de ella, pese a que sus mítines se pueden contar con los dedos de una mano. La médica ha mantenido la mejor tendencia posible con un crecimiento de cuatro puntos en dos semanas. Más Madrid alcanzaría hasta los 23 escaños, según la encuesta que se consulte, tres más que los que logró en 2019 con Íñigo Errejón como candidato en tándem con la exalcaldesa Manuela Carmena.

De aquella estrategia cambia la cara, pero no el fondo. Con Errejón en un estudiado segundo plano, Más Madrid ha recuperado el discurso de la transversalidad confirmando que no quiere ser un partido tradicional de izquierdas, sino salirse del eje. Una operación arriesgada con la que pretenden “reconciliar” a la gente con la política, “apelar a lo que nos revuelve las tripas” y “ayudar a solucionar los desvelos”. Su campaña ha sido la más barata (550.000 euros) y no ha sufrido un gran giro después de que la carrera electoral se rompiera con las amenazas de muerte recibidas por varios políticos (Pablo Iglesias, Fernando Grande-Marlaska y Reyes Maroto). García no ha alertado contra el “fascismo” sino “contra el odio y la intolerancia” de la ultraderecha.

El corazón de la estrategia son los asuntos sensibles y cotidianos que, de un modo u otro, atraviesan a toda la población: el derecho al tiempo, a los cuidados, a la salud mental, a una región menos contaminada... La candidata ha identificado a su partido como un “refugio” para tratar de movilizar a los desencantados y a los indecisos con un discurso apegado a los problemas cotidianos y alejado de la confrontación partidista. “Un voto por cada vez que los políticos te han dado vergüenza ajena”, clamó hace unos días. El “secreto” de la subida de Más Madrid “no es otro que escuchar a la gente corriente con derecho al tiempo y al ascensor social que ha atascado el PP”, ha defendido este domingo García.

Errejón se ha dirigido explícitamente a los que “votaron a otra opción política” en las pasadas elecciones. “Vamos a cuidar de vuestra confianza”, ha prometido. Los indecisos son uno de los nichos del partido, junto a los jóvenes, las mujeres y los municipios del sur de Madrid. García es la única mujer cabeza de lista del bloque de la izquierda y se presenta como madre de tres hijos. Algunos piensan que su campaña arrancó el día que rechazó una candidatura conjunta con Iglesias en un vídeo en el que clamaba contra la “testosterona” y reivindicaba el derecho de las mujeres a no ser tuteladas en los momentos decisivos.

¿Sorpasso al PSOE?

En la formación asumen que la única posibilidad de ganar es movilizando masivamente a los votantes de barrios y pueblos obreros. La campaña ha dejado un gesto poderoso que no tiene precedentes hasta la fecha: los tres partidos de izquierda que se presentan a las elecciones se manifestaron juntos el Primero de Mayo. En 2019, esta unidad permitió recuperar el cinturón rojo de la región que en 2015 se había teñido de azul.

Según todas las encuestas, García morderá entre el 10 y el 20% de los votos a Gabilondo. El PSOE es el partido del que Más Madrid más arrastra. Su candidato, Ángel Gabilondo, dice de Mónica García que es una “gran activista” con mucho “compromiso”. Tienen una buena relación personal y política, pero él ha tenido que reivindicarse en los últimos días como líder del bloque ante el vuelo que ella estaba tomando en los medios de comunicación, donde ya se ha acuñado el “efecto Mónica García”. Especialmente tras el primer debate electoral en Telemadrid, donde explotó su perfil sanitario para marcar la diferencia respecto al resto de candidatos, mucho más conocidos y experimentados en el formato.

Algún titular se ha referido a García incluso como la nueva Manuela Carmena. Salvando las distancias, García ofrece al electorado un discurso de “empatía” y de “fraternidad” que recuerda al tono alegre que disparó la ilusión con la exalcaldesa. De eso hace ya seis años y el Madrid de entonces no es el de ahora. La izquierda perdió el Gobierno de la ciudad en 2019, la extrema derecha ha irrumpido en el tablero político y el país afronta una grave crisis económica y social derivada del coronavirus. Lo que en Más Madrid dan por seguro, pase lo que pase el próximo martes, es que al menos serán la tercera fuerza más votada y el camino habrá servido para ayudar a definir cuál es su lugar en el tablero. En las filas del partido hay esperanza en algo más grande: cambiar el Gobierno de la Comunidad de Madrid y echar a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol. Tal vez incluso sorpassando al PSOE. Su equipo y las encuestas aseguran que García es la única que no tiene techo.

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