El áfter de Islas Filipinas reabre pese a la orden de cierre y las restricciones al ocio nocturno
La pandemia de coronavirus que sufre Madrid mantuvo cerrado durante casi cuatro meses los locales de copas de Chamberí y también uno de sus afterhours más conocidos, el Soniquete. El club situado en el cruce de Boix y Morer con Islas Filipinas lleva cuatro fines de semana de apertura, los mismos que llevan funcionando las discotecas de la capital. Pero, a diferencia de estas, los primeros días de agosto se ha saltado las restricciones al ocio nocturno impuestas por la Comunidad de Madrid y ha mantenido su horario habitual
“Fin del estado de alarma. Indispensable mascarilla”, rezaba el cartel con el que el club anunciaba su primera sesión matinal de agosto en su horario habitual: a partir de las 6.00. Lo hacía pese a que los locales de copas tienen obligación de acabar cualquier actividad nocturna a la 1.30 y a que sobre el local pesa una sanción de 39 meses de cierre desde el pasado mes de febrero.
El Ayuntamiento de Madrid sancionó este año a los responsables del Soniquete con 21.500 euros de multa, además del citado cierre de más de tres años, por diferentes infracciones de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (Lepar). Ello no ha impedido que se celebraran allí matinales desde el 11 de julio, después de pasar el confinamiento emitiendo sesiones online de sus DJs habituales.
Ubicado a pocos metros del parque del Canal sobre el Tercer Depósito, el Soniquete lleva bajo la lupa de la policía desde hace años: ha sido clausurado en varias ocasiones y relacionado con el nombre de Mario Cornacchia, el empresario que convirtió el negocio de los after en un jugoso beneficio, informó El Confidencial. De él también depende el Garaje, el áfter de Malasaña que también ha reabierto pese a las sanciones y las denuncias vecinales.
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