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El Palacio de la Prensa de Madrid mira al pasado para abrir un gran local de ocio

Actual imagen del Palacio de la Prensa en su zona trasera (izda.) y reforma proyectada (dcha.)

Diego Casado

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Cambios importantes en los locales del Palacio de la Prensa, el edificio más alto de la plaza de Callao. En el año 2022 empezará unas obras en su zona baja para decir adiós a sus actuales minicines y su discoteca, en una reforma interior de gran calado que aspira a dotar de mayor actividad a este espacio situado en el corazón de Madrid con la construcción de un enorme local para usos recreativos y aforo de casi 1.700 personas y una sala de cine mediana, con 437 butacas, capaz de acoger también obras teatrales.

El cambio exterior más importante será el de la reforma de la parte trasera del edificio, la que da a la calle Tudescos y a la plaza Luna. Allí se retocará el chaflán para convertirlo en la entrada principal del cine-teatro, con la apertura de una entrada mayor que la actual, recuperando “su estética de grandes huecos originales”, explica el plan especial aprobado por el Ayuntamiento de Madrid de forma definitiva hace unos días. Además se eliminarán algunos elementos añadidos que afeaban estéticamente la fachada, como una salida de emergencia.

El cine pasará a estar en la segunda planta de los locales en lugar de la baja, como está dispuesto actualmente. Contará con una superficie de 1.944 m2 y se le añadirán camerinos, tramoyas y otros elementos necesarios para poder organizar “premieres cinematográficas y pequeñas representaciones teatrales”, reza la memoria del plan especial a la que ha tenido acceso Somos Malasaña. El aforo de esta zona, que incluye el lobby de acceso, será de 764 personas, aunque su aforo será de 437 espectadores.

Los minicines contaban hasta ahora con tres salas que podían llegar a reunir a casi un millar de personas (581 localidades en la principal y poco más de 200 en las otras dos salas), pero casi siempre estaban vacías: sus propietarios aseguran que el último año antes de presentar la reforma -2016- tuvieron una media de ocupación del 6%. Solo el alquiler a festivales y eventos relacionados con el cine eran capaces de llenar sus salas.

El plan especial aprobado considera además “que fue un gran error” la reforma planteada en 1941 por el arquitecto López-Izquierdo para transformar los locales de la parte baja del Palacio de la Prensa en un inmenso cinematógrafo y una sala de fiestas, y también la posterior transformación en un cinematógrafo también muy grande y dos minicines, manteniendo la sala de fiestas. La redacción del plan lo achaca a “errores motivados sin duda por las características de unos tiempos de gran éxito de los cinematógrafos, tiempos éstos que sin duda no volverán”. El objeto del plan se centra en los dos locales más grandes del Palacio de la Prensa, situados en la parte trasera del edificio y no afecta a la zona que da a la Gran Vía, compuesta de locales comerciales, edificios de oficinas -en una de sus plantas se ubica la redacción de elDiario.es- y viviendas.

Un gran local de “uso recreativo”

Además del traslado del cine, el plan de reforma del interior prevé transformar su sótano, bajo y primero en un espacio recreativo de uso polivalente con acceso desde la Plaza de Callao. Contará con 2.054,15 m2 y estará catalogado como uso terciario recreativo, aunque el plan no anuncia todavía ninguna “actividad concreta” en él. Su aforo será de 1.691 personas. El objetivo es dedicar los niveles inferiores “a actividades que podían fácilmente atraer al público de la Gran Vía en general”, se explica en el plan especial.

“Con la solución que ahora proponen aseguran que se garantiza su sostenibilidad económica en los tiempos actuales y venideros y además se contribuye a mantener el carácter histórico que como foco de cultura y vitalidad económica posee la Gran Vía”, detalla el plan que también pone en valor que la entrada al cine-teatro se ubique en la parte trasera del triángulo que forma el edificio con las calles Tudescos y Miguel Moya, un espacio degradado pese a su excepcional ubicación. “Contribuye a esta degradación del espacio circundante a los locales del ámbito el hecho de que las sucesivas intervenciones que se han realizado sobre ellos hayan acabado con su inicial aspecto diáfano y bullicioso, cerrándose las grandes arquerías y todos los accesos al edificio que originalmente lo conformaban”, se apunta y se cita el “efecto barrera” creado entre la Gran vía y sus espacios adyacentes.

La aprobación municipal del plan incluye un notable aumento en el aforo de los locales, que pasan de las 1.361 personas actuales en total a 2.455. Las obras han sido impulsadas por la empresa Forter Unicorp, que controla la familia Reyzábal (a través de Julián Reyzábal González-Aller), histórica propietaria de las salas y de otros lugares similares como los cines Callao. Levantar los nuevos locales costará 8.975.310,79 €, según los datos del presupuesto publicados en el plan especial. Los trabajos se iniciarán a principios del año que viene y que durarán unos 24 meses, por lo que los nuevos locales podrían estrenarse a principios del año 2024.

Una construcción casi centenaria

Si se cumplen los plazos, los locales del Palacio de la Prensa estarán acabados para el centenario del inicio de sus obras. El lugar fue diseñado por Pedro Muguruza con una fachada de ladrillo visto al estilo de las arquitecturas norteamericanas en el año 1924, y la primera piedra la colocó Alfonso XIII el 11 de julio de 1925. Él mismo lo inauguraría junto a su esposa Victoria Eugenia el 7 de abril de 1930, después de una inversión de 8 millones de pesetas. Fue en su momento el edificio más alto de la Gran Vía, hasta que se construyó el de Telefónica.

Cuando abrió, la planta baja estaba ocupada por un Gran Café, mientras que en el sótano había una sala de fiestas. Por encima estaba el cine-teatro, con espacio para unas 750 butacas y que además tenía en una de sus entreplantas un salón de señoras y cafetería. Al parecer las paredes de la sala estaban decoradas con gran gusto y motivos góticos elaborados en molduras de escayola adornaban el espacio. En el escenario, una plataforma giratoria que servía para un instantáneo cambio de decorado de representaciones teatrales.

El lugar fue reformado en 1941 para dar cabida a un cine de grandes dimensiones del que se tienen pocos datos aunque sí algunas imágenes majestuosas. Sus aforos varían entre 1.800 y 2.500 localidades, aunque no se han localizado planos de su distribución en esta época. Luego, en los años noventa, el Cine de la Prensa se transformó en tres salas distribuidas en dos plantas. Posteriormente todo el edificio fue incluido en el Catálogo de Edificios Protegidos con nivel 2 y declarado Bien de Interés Patrimonial.

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