El temido desamiantado de la supermanzana de Retiro acaba con mediciones “muy por debajo” de los límites legales

Fin al culebrón del amianto en Retiro que ha llenado parte del verano. El Ayuntamiento de Madrid acabó la retirada de las planchas de amianto el pasado 21 de agosto, fecha en la que fueron trasladadas de la zona. Lo hizo según sus propias mediciones con unos niveles de contaminación inferiores a los límites legales exigidos, “muy por debajo” de ellos, apuntan a Europa Press fuentes del área de Obras.

La actuación había causado muchos temores entre el vecindario. Sobre todo porque los empleados del área de Vivienda de un edificio contiguo habían obtenido permiso del Ayuntamiento para abandonar las oficinas al inicio de los trabajos. Y por los carteles que la empresa encargada del desamiantado colocó advirtiendo del cierre de ventanas durante los trabajos, para evitar la entrada de contaminación.

Los vecinos se llegaron a movilizar para exigir la paralización de las obras, que sin embargo siguieron adelante con el compromiso municipal de medir a diario la calidad del aire. Estas mediciones se elevaron a 65 (en lugar de las 18 legalmente establecidas) y en todas ellas los niveles de amianto en el aire fueron menores a los límites legales.

Los trabajos comenzaron el pasado 7 de julio y se extendieron hasta el día 29 del mismo mes. Una vez finalizada la retirada de las planchas de amianto, estas, que estaban encapsuladas y no desprendían fibras, permanecieron en la nave hasta el pasado 21 de agosto. “Es importante señalar que al estar encapsuladas, la ley permite que pudieran permanecer allí hasta un límite de seis meses. Una vez retiradas, se han hecho cuatro últimas mediciones que han vuelto a dar negativo”, han trasladado fuentes municipales a Europa Press.

Durante la realización de los trabajos, tal y como se comprometió con los vecinos la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, se llevaron a cabo mediciones diarias de la calidad del aire que fueron enviadas cada día a los vecinos. Dichas mediciones se llevaron a cabo en diferentes puntos y tuvieron en cuenta las propias peticiones de los vecinos, realizándose algunas de ellas incluso en domicilios.

Después de la retirada del amianto, los trabajos han pasado a ser ahora unas obras normales de demolición de la nave que se extenderán hasta este mes de septiembre.