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Las obras en la supermanzana dotacional de Retiro inquietan a vecinos y empleados del Ayuntamiento por el amianto

Vista de la nave de Doctor Esquerdo, 138, desde una de las viviendas cercanas.

Guillermo Hormigo

Madrid —
1 de julio de 2025 07:08 h

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Abrir una piscina de verano y un polideportivo para los vecinos de Retiro, a la par que desprenderse de un costoso alquiler para las arcas públicas municipales. La reconversión del edificio situado en el número 138 de la calle Doctor Esquerdo parecía un éxito asegurado para el Ayuntamiento de Madrid. Un terreno de 9.148 metros cuadrados que, mediante un plan especial aprobado en octubre, pasará a albergar en su mayoría equipamientos deportivos; mientras que una parcela de 294 metros cuadrados se convertirá en nueva sede del área de Políticas de Vivienda en sustitución del Edificio APOT de Campo de las Naciones, hasta ahora arrendado por el Ejecutivo de Cibeles.

El comienzo de la actividad en el nuevo edificio administrativo donde se desarrollará este segundo uso, materializado a finales de junio después de que el Consistorio haya ejecutado ya una obra presupuestada en más de 11 millones de euros, ha despertado sin embargo algunos recelos entre la plantilla del ramo de Políticas de Vivienda. En torno a un centenar de personas se ven afectadas por esta mudanza. Decenas de ellas acuden ya a este lugar de trabajo desde la pasada semana. Las suspicacias se deben a la posible falta de garantías de seguridad y sanitarias en el proceso de desamiantado del terreno, que el Ayuntamiento adjudicó a una Unión Temporal de Empresas por 725.875 euros.

El acuerdo marco en materia de seguridad y salud en estos trabajos fue suscrito a comienzos del pasado mes por el área de Obras del Gobierno municipal y la empresa Typsa Ingenieros, Consultores y Arquitectos. El documento, al que ha tenido acceso Somos Madrid, enumera las tareas de la ejecución: retirada de falsos techos de viruta de madera o de cubriciones de fibrocemento, desmontaje de la estructura metálica o limpieza conc chorros de arena.

El escrito, que informa favorablemente del Plan de Seguridad y Salud de la actuación, recuerda no obstante “la obligación el empresario contratista principal de formar e informar adecuadamente sobre el contenido a todos los trabajadores participantes en la obra, y de trasladarlo a todas las empresas que puedan concurrir en el centro de trabajo”. Es en el cumplimiento de esa comunicación donde llegan las principales críticas de la plantilla, de representantes sindicales y de la oposición en Cibeles.

Trabajadores y sindicatos reclaman información específica

Así, una empleada de la Dirección General de Regeneración Urbana envió un escrito a la Subdirección General de Prevención de Riesgos Laborales en representación de 44 empleados trasladados. La respuesta tardó semanas y llegó en un documento sin membrete, firma ni elemento oficial alguno. “Tanto Prevención de Riesgos Laborales como el área de Obras no aconsejan adoptar medida alguna por parte de los trabajadores de nuestro edificio por lo que el régimen de asistencia será el normal que hemos tenido siempre”, indica el documento.

“La obra de desamiantado ha empezado. Hay mucho movimiento. Han empezado con los trabajos interiores, quitando falsos techos y demás. Los trabajadores que se encargan de ello van protegidos. Han puesto unos plásticos que no sirven para nada, no sabemos si para que no les veamos o para que no se salga el polvo brutal que se mueve... Esto es demencial”, alerta un empleado ys reubicado en Doctor Esquerdo.

Zona de los trabajos de desamiantado en la nave, a la izquierda de la imagen, junto a la nueva sede del área de Políticas de Vivienda.
Imagen en la que se observa la retirada del falso techo y la rotura del fibrocemento en la nave.

Emiliano Herrero, responsable de la Secretaría de Salud Laboral de Comisiones Obreras en el Ayuntamiento de Madrid, aborda “el temor de la plantilla ante los riesgos constatados del amianto, con casos que han acabado en graves enfermedades e indemnizaciones en los juzgados”. Recuerda que “es una toxicidad que puede aparecer en poco tiempo o permanecer latente, más aún si el terreno anexo que se va a demoler supera los 8.000 metros cuadrados”.

“Hemos exigido medidas organizativas para evitar que la presencia de trabajadores se dé durante el desamiantado. Los operarios que lo ejecutan están provistos de EPIs y material de protección especializado. No puede ser que a escasos metros haya personal del Ayuntamiento sin ningún elemento de protección, cuando las fibras se quedan en suspensión y acaban cayendo al suelo. Por no hablar de que avanzan a través de las instalaciones de refrigeración, que absorben el aire y lo inyectan en dependencias municipales. Hay que sellar y comprobar que no hay entradas, incluso después del desamiantado, para certificar que no se produce contaminación. Nos han dicho que lo harán, pero no tenemos cronograma al respecto. Es un caos horrible”, denuncia el representante sindical.

Si quien debe hablarte de los riesgos contesta vaguedades se genera todavía más temor, dudamos de que en la obra se estén tomando las garantías que la normativa establece al respecto

Ante el conocimiento del riesgo de esta exposición, habla de una “inquietud creciente” entre los trabajadores desplazados, a la que contribuye la falta de respuestas específicas desde el Ejecutivo municipal. “El Consistorio no ha movido un dedo para dar información a los afectados, incumpliendo la normativa en prevención de riesgos laborales. Una de sus máximas es el derecho a disponer de información detallada y saber qué medidas preventivas personales o colectivas se adoptan. La empresa, en este caso el Ayuntamiento, debe hacerlo con carácter pormenorizado. No vale decir estén tranquilos, no pasa nada. Si quien debe hablarte de los riesgos contesta esas vaguedades se genera todavía más temor, dudamos de que en la obra se estén tomando las garantías que la normativa establece al respecto”, expone Herrero.

Reclama el acceso de los afectados a cronogramas detallados de obras, la explicación de medidas concretas para evitar el contacto con el amianto en la entrada del edificio o los sistemas de ventilación y una reunión con el Ayuntamiento en la que esté también presente la UTE (Unión Temporal de Empresas) responsable del proyecto. Arremete además contra la contestación enviada a la petición de información de la plantilla, sin membrete ni elementos oficiales: “No firman porque se pueden generar unos riesgos y nadie quiere hacerse responsable. Pero según el plan de prevención, quien responde es la Secretaría General Técnica del área de Viviendas”.

Otro sindicato, la Coalición Independiente de Trabajadores del Ayuntamiento de Madrid (Citam), ha cuestionado igualmente el traslado del personal: “La cubierta de amianto se va a retirar en breve, pero probablemente sin utilizar el método de confinamiento en presión negativa o Glovebag, que recoge la Norma Técnica de Prevención 953, y que consideramos que garantiza la retirada del amianto con el máximo nivel de seguridad”.

De las “garantías insuficientes” para la oposición al “riesgo cero” según el Ayuntamiento

La concejala de Más Madrid Mar Barberán coincide en la falta de información que, según dice, ha proporcionado el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida: “Hemos solicitado el expediente de desamiantado y demolición de la nave que se encontraba en la parcela, a fin de comprobar que cuenta con todas las medidas de seguridad y protección de la salud, tanto de los trabajadores del Área de Políticas de Vivienda como de los vecinos del entorno que se verán afectados por dichas obras”.

“La construcción de la piscina de verano y el centro deportivo son equipamientos que llevamos reclamando años a Almeida, son más que necesarios para la gente del distrito. Pero también es imprescindible que el desamiantado del edificio se haga con todas las garantías específicas y suficientes para una intervención de este calibre, tal y como han reclamado los trabajadores municipales a los que el Ayuntamiento pretende reubicar en el edificio de oficinas recientemente terminado en la parcela colindante. Hasta el momento no les han dado garantías suficientes para que este traslado se produzca sin riesgos para la salud”, asegura Barberán.

“Alrededor de esta manzana viven unas 2.000 personas, además de los empleados y empleadas municipales que se han trasladado o lo harán en las próximas semanas. Y nos han comunicado su preocupación ante el posible riesgo cuando se produzca el desamiantado. Exigimos a Almeida seriedad y un plan en condiciones para evitar la exposición a este contaminante”, concluye la edil de la formación que lidera Rita Maestre.

Vista aérea del número 138 de Doctor Esquerdo, con los equipamientos deportivos y la nueva sede del área de Políticas de Vivienda en el edificio anexo de la zona superior del recinto (instalación cuadrada dentro del recuadro azul).

Fuentes del área de Viviendas defienden en declaraciones a este periódico la mudanza de su plantilla, hablan de “riesgo cero” y descartan cualquier peligro. Aunque en primer lugar justifican los motivos de inaugurar nueva sede: “El cambio se debe a una política de racionalización del gasto y optimización de recursos municipales, así como a la reorganización logística del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad. Este edificio, céntrico y bien situado, es propiedad del Ayuntamiento y ha sido rehabilitado para acoger a esta área, lo que nos permite evitar el elevado coste del alquiler en el edificio APOT, cuyo contrato finaliza en 2027. La actuación forma parte de una reordenación más amplia de espacios municipales que permitirá un ahorro estimado de entre 12,5 y 15 millones de euros anuales”.

Respecto a la falta de información hacia los trabajadores sobre el proceso de desamiantado, defienden que a finales de mayo “el delegado de Políticas de Vivienda, Álvaro González, se reunió personalmente con dos trabajadoras del área, en representación de aquellos empleados que se mostraban preocupados con las obras y la retirada de las placas que contienen amianto de la nave industrial colindante, futuro centro deportivo municipal”. Añaden que “esas dos representantes fueron atendidas por la Dirección General de Arquitectura y Conservación del Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid y la empresa adjudicataria de las obras”.

Sostienen desde el Consistorio que “en ambas reuniones se les ratificó que el Plan de Trabajo con Riesgo de Amianto ha sido aprobado por la Comunidad de Madrid, por lo que cuenta con el pertinente informe favorable de la Subdirección General de prevención de riesgos laborales”. Afirman por último que “el Ayuntamiento está comprometido con la transparencia y la seguridad de todos sus trabajadores y continuará informando puntualmente sobre cualquier avance relacionado con las obras”.

Los vecinos, con más confusión que miedo

Respecto al apartado vecinal Lucía (nombre ficticio), residente del entorno que prefiere no dar su nombre real, cuenta a Somos Madrid que en su caso más que atemorizada se siente desinformada: “En el barrio el miedo no existe porque la gente no sabe lo que están haciendo”. Explica que, durante el periodo de alegaciones del proyecto para ejecutar los equipamientos deportivos, la pelea vecinal se centraba en el número de alturas del edificio: “En prinicipio iban a ser tres, con cuatro va causar muchas molestias y a tapar las vistas o el sol a vecinos”.

Relata Lucía que, cuando el área de Obras adecuó el edificio lateral de la parcela que se destinará a reubicar los funcionarios, “quitaron dos placas grandes de amianto a media mañana”. Señala que “llegó una grúa, levantó las planchas y se las llevó”. Todo ello, critica, sin que en ningún momento les avisaran de “tomar precauciones básicas como no abrir puertas y ventanas”.

Lucía alerta sobre todo de las implicaciones que el proceso de desamiantado puede tener en bajos ajardinados de los alrededores. “En la esquina de Doctor Esquerdo con Sánchez Barcaiztegui hay uno que pertenece a una clínica para chicos y chicas con trastornos alimenticios. Habrá que tener cuidado y ojalá nos den más datos”, apostilla.

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