Más de la mitad de los conductores españoles se plantearía comprar un coche chino
El mercado español del automóvil se ha visto inundado en los últimos meses por un aluvión de marcas chinas que rápidamente, y en especial debido a sus bajos precios, se han aupado a los primeros puestos de las listas de ventas. MG, BYD y, más recientemente, Omoda son solo algunos de los nuevos sellos con los que los consumidores españoles están comenzando a familiarizarse, y a la vista de algunos estudios empiezan ya a considerarlos como una opción viable a la hora de adquirir un coche.
El más reciente lo ha publicado el comparador de vehículos nuevos Carwow. Su encuesta establece, de hecho, que el 52% de los conductores de nuestro país se plantearía comprar un coche de un fabricante chino, frente a un 48% que optaría por otras alternativas. Estas cifras han experimentado un repunte en comparación con marzo de este año, cuando el 43% afirmaba que sí consideraba recurrir a una marca de esta procedencia, por un 58% que prefería no hacerlo.
Este panorama explicaría las excelentes cifras de ventas que está registrando, por ejemplo, una firma como MG, cuyo modelo ZS ha sido el modelo más demandado en España durante los meses de agosto y septiembre. Su eléctrico MG4 se encuentra además entre los eléctricos puros más populares.
El informe de Carwow señala que el nuestro se cuenta entre los países europeos más abiertos a contemplar la compra de un vehículo chino, por delante de Alemania y Reino Unidos. Entre las razones para hacerlo destacan los mayores descuentos y ofertas más competitivas, con el 40% de las opiniones favorables, la sensación de obtener un producto más completo por el dinero que se paga por él (36%) y más opciones para elegir a la hora de adquirir un vehículo eléctrico, lo cual seduce al 18% de los entrevistados. La autonomía entre recargas y las buenas puntuaciones en seguridad convencen al 9% y al 5%, respectivamente.
Las dudas relativas al servicio posventa y a la calidad de fabricación son los motivos principales que aducen los reacios a considerar esta posibilidad, ambos con un 37%, a los que siguen la poca familiaridad con las compañías (21%) y las razones de orden político (11%). En comparación con la encuesta anterior de marzo, las tres primeras variables reducen sus registros un 10% en cada caso.
Una posición más cautelosa
Alemania y el Reino Unido no parecen estar experimentando el mismo nivel de aceptación de este tipo de marcas que España. En Alemania solo el 36% considera adquirir un modelo chino, y en Reino Unido esta cifra desciende hasta el 27%. Los porcentajes se mantienen estables respecto a los resultados de la anterior encuesta, en este caso de diciembre de 2022, cuando anotaron un 30% y 29% respectivamente.
En lo que se refiere a Alemania, las razones políticas (40%) y la poca familiaridad con las marcas (32%) son las variables que se perciben como más negativas entre la población. Le siguen la preocupación por el servicio posventa (31%) y sobre la calidad de la fabricación (24%). La sensación de obtener un producto con más prestaciones por la cantidad desembolsada mueve al 24% de los encuestados, mientras que la mayor variedad de modelos eléctricos, así como las ofertas y descuentos más competitivos, son lo que más valora el 21% de los alemanes.
Por su lado, en Inglaterra, las razones políticas también se sitúan como la primera barrera frente al vehículo chino, según atestigua el 37% de la muestra empleada en la encuesta. Las preocupaciones por la calidad (35%) y la poca familiaridad con las marcas (27%) son el segundo y tercer motivo de recelo, respectivamente.
Acerca de las ventajas asociadas a este tipo de marcas, los conductores ingleses se encuentran en una posición bastante parecida a los alemanes. En primer lugar, aprecian poder conseguir un vehículo más completo por su dinero (24%); en segunda posición ponderan los descuentos y las ofertas más competitivos (16%), y en tercera, la mayor autonomía de sus modelos eléctricos.