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Gobierno en la sombra

Presentación del proyecto de Novo Carthago en 2003

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Cada vez se hace más frecuente la sospecha de que tras una decisión importante del Gobierno regional hay alguien detrás. Se acaban de señalar las conexiones entre el Ejecutivo y la empresa de juego Orenes como justificativas de la permisividad con las casas de juego para que no les afecten las restricciones de la pandemia. Antes se señaló, estadística en mano, la exagerada proporción de esos negocios en relación al número de habitantes de la Región.

Que esas conexiones existen parece algo claro. Y que son desde hace tiempo y a altos niveles, también. Pero no es solo en ese sector lúdico en el que los lazos entre los sucesivos gobiernos locales regionales en Murcia y determinadas empresas o grupos de presión han sido si no patentes sí, al menos, sospechosamente trazables.

Hace ya varias décadas, en la primera legislatura 'popular', un portavoz del grupo socialista en la oposición en el Ayuntamiento de Murcia osó mencionar que determinadas normas urbanísticas que se pretendían aplicar o reformar iban a beneficiar especialmente al llamado Grupo Fuertes, puesto que a la sazón era el mayor propietario de suelo en el municipio. La derecha gobernante, mediática y social montó un cierto escándalo por ese aserto, que no era otra cosa que la constatación de una realidad fácilmente tangible.

Después de eso, unos cuantos años más tarde, los murcianos capitalinos disfrutan de la nueva urbanización MonteVida y sus aledaños comerciales como si de un regalo del cielo se tratase y seguramente que es ese entorno tan cercano al límite del Parque Regional El Valle y Carrascoy donde la inmensa mayoría quisiera vivir.

Ese no fue, quizá, el primer episodio claro de que, por pura casualidad –obviamente–, una gran figura de la 'buena sociedad' regional se viera beneficiada en sus intereses económicos por decisiones administrativas de responsables regionales o locales movidos por su único interés de conseguir el mayor nivel de bienestar social para sus conciudadanos.

Porque muy pocos años antes y junto al Mar Menor, en otro episodio casual el consistorio cartagenero acordó, con un alcalde socialista de promotor, modificar una norma del plan urbanístico para consentir la recalificación de unos terrenos agrícolas en la Finca Lo Poyo, propiedad de una familia catalana, los Armengol, representados por un conocido abogado que luego hizo también gran carrera política, bien sabe dios por obra de quien.

Fueron dos antecedentes, no penales, de lo que ha venido sucediendo en las últimas tres décadas. Desde MonteVida y Lo Poyo, se han sucedido La Zerrichera, Nueva Condomina, El Chopillo, Polaris World, Condado de Alhama, Novo Carthago, Parque Paramount, Desaladora de Escombreras… y el ecocidio del Mar Menor a punto de consumarse después de ser múltiples veces anunciado por los expertos con estudios y tangiblemente desde aquella eclosión de medusas que el Gobierno de Valcárcel intentaba diluir en las patochadas incontinentes del consejero Cerdá y las maniobras propagandísticas del Agua para Todos.

Estas últimas fueron las que empezaron a mostrar a las claras para muchos que los intereses de la agroindustria (Scrats, Proexport, Asaja, etc.) eran los que realmente gobernaban la Región. Pero olvidaban a los anteriormente citados ladrilleros… y a la base financiera sustentadora de todos ellos encabezada especialmente por Caja Murcia (ahora Bankia, pronto CaixaBank) y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (ahora Banco de Sabadell, en adelante quién sabe qué).

Sería ingenuo decir que tras todos esos asuntos se 'ocultan' nombres de grandes empresarios y grandes empresas. Porque la realidad es que no se esconden para nada y por eso sabemos quiénes son los que en realidad gobiernan la Región, habiendo creado una telaraña espesa en la que se enredan voluntariamente y se interconectan todos ellos en connivencia con la larga lista de testaferros que han ido pasando por los sucesivos gobiernos regionales y locales.

Hace diez años que la revista Nature Communications publicó un estudio de la universidad estadounidense de Akron (Ohio) que estableció que el pegamento de la tela de araña es 100 veces más potente de lo que se creía hasta el momento. Similar debe ser, aparentemente, el que une todos esos intereses no tan ocultos para formar lo que sería un 'Gobierno en la sombra' de la Región de Murcia. Con la diferencia de que aquí son muchos y muchas las que optan al papel de capturados, deseosos y deseosas de unirse de por vida a la red para quedar sempiternamente pegados al reparto inherente.

Y figurar así en los álbumes de fotos que de tanto en tanto se publican reflejando algunos saraos restringidos, pero con mucho 'glamour' hortera, en los que se distribuyen premios, prebendas, contactos, posibles favores, presentaciones, abrazos y besos no muy forzados. Todo con el objetivo de ser, estar o dejarse atrapar por esa tela pegajosa que unta y sella por siempre jamás a quienes quedan al servicio del Gobierno en la sombra. Vale.

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