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La Región de Murcia ata su futuro a la extrema derecha en un escenario que vaticina elecciones anticipadas

El presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando López Miras (c), saluda al portavoz de Vox en el parlamento murciano Juan José Liarte (i) en presencia del portavoz del Partido Popular Joaquín Segado (d). EFE/Marcial Guillén

Santiago Cabrera Catanesi

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El mapa de poder de la Región de Murcia se queda trastocado después de una moción de censura que ha removido los cimientos de la política española. La alianza entre el Partido Popular, los tránsfugas de Ciudadanos y los ‘libres’ de Vox en el Parlamento murciano, les deja a un solo voto de la mayoría absoluta, y por tanto, de poder sacar adelante iniciativas legislativas.

La rotura y recomposición del Gobierno regional sienta las bases de un escenario con elecciones autonómicas que podrían celebrarse antes de lo esperado. El nuevo Ejecutivo puede buscar su apoyo en dos diputados: Alberto Castillo de Ciudadanos, que decidió abstenerse en la votación y ahora corre el riesgo de ser expulsado de su partido; o Pascual Salvador, el único diputado de Vox leal a la dirección nacional. Del primero queda saber por qué bando se decantará. Del segundo, ya se encargó Santiago Abascal de marcarle el camino: reclamar comicios anticipados en todos los territorios donde los escaños de su partido fueran necesarios para gobernar.

No obstante, los efectos del intento del Partido Socialista y Ciudadanos de desbancar al PP también puede influir en la dinámica electoral de la ciudadanía. “Tenemos la experiencia de que las mociones de censura polarizan mucho. Recordemos que después de la de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, vino Vox, sumado a más factores” analiza José Miguel Rojo, politólogo con un máster en Análisis Político por la Universidad de Murcia.

Las mociones de censura, insiste Rojo, son “momentos parlamentarios que generan una fuerte dicotomía”. Una realidad que se puede contrastar con lo que está pasando en Madrid con Isabel Díaz Ayuso –que tiene cifras arrolladoras en las encuestas electorales- y los comicios anticipados forzados por miedo a una moción similar a la de Murcia. Unas elecciones con las que busca aglutinar a la derecha y a la extrema derecha para gobernar con holgura. La sociedad murciana se aboca a un futuro mucho más polarizado fruto, en parte, de la moción, “una reacción conservadora frente a la posibilidad de la derecha de perder poder”, asegura el politólogo.

El PP murciano rompe con el Vox de Abascal

Un día después de la moción de censura de PSOE y Ciudadanos, Santiago Abascal se dejó caer por Murcia para hacer una declaración institucional que finalmente se convirtió en un mitin multitudinario, con más de mil personas y nulas medidas antiCOVID. Un evento organizado en tiempo récord y que sirvió a Vox para demostrar, una vez más, el músculo de votantes que cobija al partido en la Región.

Abascal discurrió con la retórica habitual de la extrema derecha, pero apuntaló una nueva exigencia que emplea a día de hoy como medida de presión en toda España: elecciones anticipadas. “Vox no quiere que el gobierno de López Miras vaya bien porque están en un ciclo ascendente” asegura Rojo. Murcia es el kilómetro cero de la ultraderecha en España y les interesa que se pongan las urnas cuanto antes.

De celebrarse unos comicios mañana, Fernando López Miras no podría ser el candidato popular debido a la ley del presidente de la Región de Murcia, que limita las candidaturas a los dos mandatos que él ya ha cumplido -sustituyó a media legislatura al expresidente Pedro Antonio Sánchez, que dimitió perseguido por varios casos de corrupción-. El presidente murciano debe buscar los votos para sacar adelante una modificación de la norma que le permita revalidarse como cabeza de lista. Un movimiento que el Vox oficialista no apoyará bajo ningún concepto: “Les interesa que el PP tenga un candidato débil y poco conocido porque ellos no tienen candidato en la Región. Vox es la marca no la persona”, sentencia Rojo. Sí se han mostrado receptivos los díscolos de Abascal, que negocian sobre un borrador aprobar dicha ley, a cambio de la Consejería de Educación y Cultura. No obstante, les seguiría faltando un escaño para ratificarla.

¿El ocaso de López Miras?

“La mayoría absoluta depende del Vox de Abascal o del diputado abstencionista de Ciudadanos, Alberto Castillo” sostiene Francisco López Carvajal, politólogo, consultor, docente, y antiguo jefe de Gabinete del expresidente murciano Alberto Garre -2014-, con experiencia en varias campañas electorales.

Carvajal señala que el enfrentamiento que tuvo Castillo con el líder del PSOE en Murcia, Diego Conesa, en la Asamblea –tras anunciar el primero su posible abstención en la votación-, junto con el “ninguneo” que en un principio le dedicó el portavoz de Cs, Juan José Molina, puede determinar qué camino tomará a partir de ahora el diputado naranja. “Incluso Ana Martínez Vidal –coordinadora de Ciudadanos- lo dejó fuera de su agradecimiento por el apoyo que había recibido en los últimos días” expresa el politólogo, “como si ya estuviera fuera del partido”.

Una actitud que en pocas horas se disipó al recaer sobre Castillo la oportunidad de ser la “llave” en la estabilidad del Gobierno del PP. Si es expulsado de Cs, la formación desparecería del parlamento –en la Asamblea murciana para formar grupo propio se requiere un mínimo de tres diputados-. “Si opta por este camino, los naranjas se queda sin voz y sin subvención”, además de asegurar dos años de legislatura a los populares.

Solo habrá adelanto electoral en corto plazo -seis meses-, sostiene Carvajal, si la reforma de la ley del presidente “se pone ya sobre la mesa y consigue apoyos”. Un vaticinio que también ha señalado el líder del PSOE durante su intervención en el Parlamento murciano y que el PP ha negado rotundamente. “Esa va a ser la pista de un posible adelanto electoral. No lo harán antes”, ha asegurado el politólogo.

La moción en la capital murciana sigue adelante

Pese al fracaso regional, la moción de censura que presentaron PSOE, Ciudadanos y Podemos en la capital de Murcia para echar al PP sigue adelante y será debatida el próximo 25 de marzo. Una victoria que podría ser positiva para los socialistas: “El Partido Popular perdería la capital y el gran escaparate del poder municipal”, defiende Rojo. Un espacio donde el PSOE puede empezar a mostrar su “alternativa de políticas para la Región; no sabemos cómo podría responder el electorado”. Si la moción sale adelante “una voz socialista va a poder meter mensajes constantemente porque va a tener un altavoz institucional”, defiende el politólogo.

Carvajal se muestra más escéptico con los beneficios directos para el PSOE de que la moción municipal salga adelante. “Les dejará salvar parte de los muebles, pero los líderes regionales están en entredicho”. Pone en valor obtener el Gobierno de la capital pero sostiene que la “verdadera apuesta” era el control de la Comunidad. Carvajal opina que el que sale más escaldado de la situación es el portavoz del PSOE, que tras 26 años de gobierno populares se ha quedado a las puertas de conseguir expulsarlos. Al fracaso de la moción, el politólogo suma la “espada de Damocles” que pesa sobre el socialista, que está siendo investigado en un juzgado de Totana para saber si prevaricó durante su etapa como alcalde de Alhama por no tramitar una sanción. En una situación similar se encuentran el delegado del Gobierno en Murcia – del PSOE-, José Vélez, y el secretario de organización del PSOE, José Arce, ambos imputados por un presunto cobro indebido de sueldos. El auténtico beneficiado de conseguir el Ayuntamiento de Murcia, sostiene Carvajal, es Mario Gómez, el vicealcalde y portavoz de Ciudadanos que denunció por corrupción a su equipo de Gobierno, y que podría salir victoriosa.

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