¿Les importan los servicios sociales a las administraciones?
Los servicios sociales, considerados como la ‘puerta de entrada’ al sistema vasco de prestaciones, ayudas y programas para los más desfavorecidos, viven una curiosa paradoja. Tienen más carga de trabajo que nunca, pero las instituciones les “vacían de contenido”, desaprovechando “el conocimiento y la experiencia acumulada en ellos, tanto en lo que se refiere a las trayectorias de las personas, como a la realidad de sus municipios”. Esta es la crítica del Ararteko y de los colegios profesionales de trabajadores sociales que coincidiendo con el día mundial del trabajo social han hecho pública una declaración conjunta en la que concluyen que hay “una gran distancia” entre el papel que la Ley de Servicios Sociales les otorga y las funciones que están pudiendo desempeñar.
Los servicios sociales de base resultan claves en la atención a las necesidades de las personas y en la detección y abordaje de situaciones de vulnerabilidad, pero el “vaciamiento” en sus funciones está colocándoles en una tierra de nadie. Ese vaciamiento se relaciona con la infradotación económica y de recursos, la ausencia de un modelo común, la inestabilidad financiera y la excesiva fragmentación y diversidad de tamaño de los municipios. La conclusión es que transcurridos casi cinco años desde la presentación del informe extraordinario del Ararteko La situación de los servicios sociales de base en el País Vasco las cuestiones que motivaron las recomendaciones siguen sin estar resueltas.
“Hay una importante distancia”, advierte el Ararteko, “entre el papel que se reconoce a los servicios sociales de base en el Sistema de Servicios Sociales y las funciones que están pudiendo desempeñar. La ausencia de un modelo de actuación común, tanto en lo que se refiere a la intervención individual con las personas atendidas como en lo que se refiere al papel, los objetivos, las funciones y las características de los servicios sociales de base, está dificultando avanzar hacia la configuración de un sistema único en el que los servicios sociales de base se sitúan en el centro.
Algunas de las razones que explican esta situación guardan relación con la falta de desarrollo y de aplicación de la Ley de Servicios Sociales. Aunque se hayan aprobado recientemente la cartera de servicios y prestaciones, el mapa y la memoria económica, aún hay “muchos compromisos pendientes que hacen necesario llegar a acuerdos interinstitucionales y elaborar normativa que mejoren los servicios y la atención social a las personas”.
Por otra parte, existe una ausencia de un modelo claro y consensuado de reparto interinstitucional de las cargas financieras para el desarrollo de los servicios sociales y los ayuntamientos se muestran débiles para dar respuesta a las funciones que la ley les asigna.
