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“El hombre occidental se seguirá mirando el ombligo hasta que le reviente el estómago en la cara”

El cantautor catalán Joan Colomo presenta su último disco 'La filia y la fobia' en Bilbao.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

La bicefalia cultural del cantautor Joan Colomo Azkarate ya es conocida. Medio catalán y medio navarro, conectado también a Euskadi desde que de muy pequeño viniera a tocar con sus bandas. Su biografía familiar pasa por Ordizia, donde ETA asesinó al hermano mayor de su padre en las fiestas locales de 1979. Adscrito en sus orígenes a estilos musicales como el hardcore o el punk, con los años y en solitario, Colomo ha edulcorado sus melodías aunque guarda esa agresividad en las letras. En su último trabajo ‘La filia y la fobia’, que ha presentado en Bizkaia dentro del marco del festival Bilbaopoesía, se mantiene fiel a la canción de protesta. Considera un “circo político” lo que está ocurriendo en su Cataluña natal y asegura vivir en una “montaña rusa” en este universo que “probablemente acabe con nosotros antes de que nosotros acabemos con nosotros mismos”.

Has dicho que ‘Hazmereír’, la última canción de tu actual disco, habla sobre lo que sientes en tus actuaciones ejerciendo como “bufón de la Corte, pero en sentido positivo”. ¿Se siente Colomo un juglar sobre el escenario?

Siempre me he dedicado a la música, lo que pasa que, últimamente, me doy cuenta, sobre todo en los conciertos en directo, que me dedico más a entretener y a hacer reír que a hacer disfrutar de un rollo musical al público, y entonces, a veces, sí que tengo esa sensación y me siento orgulloso de ejercer de bufón y de hacer reír a la gente, porque toda la solemnidad de las estrellas del rock y de este paripé no va mucho conmigo, prefiero el cachondeo.

Siempre señalas que no ensayas mucho, que en eso sigues al pie de la letra la ‘ley del mínimo esfuerzo’. Sin embargo, llevas peleando por vivir de la música desde muy pequeño y eso requiere esfuerzo…

Sí que soy muy de la ley del mínimo esfuerzo, pero en verdad he pasado horas y horas en el local de ensayo. En toda mi adolescencia tocaba como en tres grupos a la vez. Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes estaba en el local de ensayo, lo que pasa que no sé si me han cundido mucho las horas de ensayo pero bueno…

¿Por qué dices eso?

Porque me considero bastante mal instrumentista, mal cantante... Bueno, me considero muy malo en todos los sentidos, no me se vender nada. Uno de los valores de mis conciertos, sobre todo en Cataluña porque toco básicamente ahí, es que cada concierto puede salir por donde sea. Tengo mucha gente que viene a los conciertos cada día porque entre que unos días voy solo, otros días voy con banda y un día puedo salir por aquí y otro por allá, cada día es diferente y ese es uno de los valores con los que jugamos.

Catalán con raíces navarras y también medio vasco. ¿Cuál es tu conexión con esta tierra?

Me une la sangre de mis antepasados. Toda mi familia es de Navarra. Desde muy pequeño, con el primer grupo que tuve y que empezamos a salir fuera de Cataluña, la primera vez que vinimos aquí, por ejemplo, con ‘Zeidun’ fuimos a tocar con una banda que empezaba que se llamaba ‘Delorean’ y tocamos en Gorliz y en Donosti. Fueron los dos primeros conciertos de ‘Delorean’, que luego fueron grandes amigos y se han convertido en una súper mega banda. Aquí había mucha movida de hardcore y de estos rollos en los que nosotros nos movíamos, por eso, siempre ha habido esa conexión.

En el disco, Colomo se mantiene fiel a la canción de protesta o el nihilismo político. Sin embargo, parece una contradicción esa agresividad de contenidos y letras con el candor e inocencia que emites con tu voz al cantar en solitario…

Como te decía, antes tocaba en grupos de hardcore y de punk gritando y todo muy agresivo. Creo que me he ido un poco edulcorando con los años y hay canciones con las que incluso me atrevo a hacer estilos que considero un poco cursis y me da un poco de vergüenza, entonces intento contrastarlo con las letras. Para que pueda decir: ‘en esta canción tan ñoña, vaya historia más chunga’, por eso pongo así las letras.

¿Ya has conseguido soportar tu propia voz cuando te escuchas? ¿Qué es lo que no te gusta de ella?

Odio mi voz cuando me la oigo grabada. Oyéndomela así para mí, para dentro, me parece bien, pero cuando estoy grabando los discos y tal… pues sí, la verdad es que me cuesta superarlo. No me gusta el timbre de ella. Cada voz tiene peculiaridades. Hay voces que me gustan mucho que no se parecen en nada a la mía, entonces creo que es por eso.

Describes ‘La filia y la fobia’, la canción que da título al disco, como la pérdida de fe en la humanidad, que sin embargo recuperamos de repente cuando encontramos algo que nos agrada, ¿cuesta cada vez más encontrar algo de humanidad en esta sociedad?

Sí, pero aun queda, queda… porque si no fuera así realmente abandonaríamos, tiraríamos la toalla. En este tema, yo también vivo en una montaña rusa. Hay días que te pones a pensar y es que lo ves todo tan negro y ves que no hay luz, pero tienes que revertir esa situación si no quieres morir o si no quieres acabar mal. Entonces sí, hay mucha esperanza, hay mucha gente haciendo cosas interesantes. Ahora mismo, en este contexto en el que estamos, creo que pueden cambiar cosas y eso siempre es esperanzador.

Afirmas que eres un “anticapitalista de siempre, pero en el sistema por narices” ¿Cómo se lleva eso?

Por una parte, estoy muy convencido de mi anticapitalismo, pero luego también estoy convencido de que no tengo nada claro y, a veces, discutiendo con gente de ideología más neoliberal también entiendo sus argumentos. Y luego, por otro lado, también soy muy egoísta y muy hedonista y disfruto todas las comodidades de esta sociedad porque gracias a esto no paso apuros para pagar la calefacción o la luz en invierno y no paso frío. Tampoco tengo tres hijos que alimentar.

De ahí viene, por ejemplo, ¿la aceptación de que tu música entone un anuncio de una gran empresa privada de cervezas?

Sí, en eso tuve mis dilemas personales. Pero sí, estoy convencido de que mi profesión sólo sirve porque ayudo a marcas a vender sus cosas. Lo que hago hoy en Bilbao es una cosa excepcional de tocar en unas instalaciones públicas, pero yo siempre toco en un festival donde lo que se quiere es vender cerveza o en un bar donde pasa lo mismo. Básicamente estoy sirviendo de reclamo para vender cerveza desde que soy pequeño y toco en grupos, entonces por eso, no me parecía del todo mal salir en el anuncio. Pensaba que iba a salir menos, eso también te lo tengo que decir, luego cuando vi que salía tanto dije: ¡madre mía!

¿Te ha devuelto la música todas las inversiones que has hecho desde pequeño?

Sí, la verdad es que incluso la inversión que haces de trabajar y de estar con tus amigos en el local esa también es gratificante. La música ocupa casi todos los espacios de mi vida porque toda la gente que he ido conociendo durante todos estos años son ahora mis amigos y no paro de hacer nuevos amigos. Entonces sí, me ha devuelto con creces todo.

Los medios te definen como “uno de los personajes más inquietos de la escena alternativa actual”, ¿cómo ves la escena musical catalana y vasca?

Están prosperando multitud de propuestas diferentes. Yo creo que hay una explosión en Cataluña sobre todo con bandas tipo Manel y todo eso. Pienso que hay mucha más gente haciendo grupos. Cuando empecé, en el primer grupo que hicimos teníamos 12 años y en mi pueblo sólo había uno. Ahora ya todos los chavalillos hacen grupos, hay mil, y entonces yo veo bien que haya tanta diversidad. Otra cosa es que esté apoyada, que haya circuito para todas estas bandas, que creo que es bastante difícil porque en Barcelona, por ejemplo, van desapareciendo salas de pequeño formato donde antes iba a tocar con más facilidad, creo que se le da un poco la espalda.

A nivel de Euskadi pasa un poco como en Cataluña. Allí tenemos música en catalán y aquí música en euskera que ya hace que haya un público, un circuito. Siempre hemos tenido buenos amigos aquí en Euskadi y hemos tocado con muchos grupos cada vez que han venido a Cataluña.

Y en la vertiente política, ¿qué opinas sobre el paso atrás de Mas respecto a la consulta? ¿Ha alentado el Gobierno catalán a la gente para nada?

Me parece que la gente que ahora se hace la sorprendida, me refiero a los de otros partidos, se me hace muy extraño que no supieran lo que iban a hacer y lo que van a hacer. Creo que todos los políticos ahora en Cataluña están diciendo cosas que no son las que piensan en realidad. Y entonces es un circo bastante divertido, yo me lo tomo con humor para no llorar porque realmente es un circo muy entretenido puesto que cada día hay una novedad distinta.

En otro tema, ‘Dona Negra’ hablas de volver a los orígenes, a los albores de la humanidad en África, de vivir con lo esencial. Ahora que tenemos el ébola tan presente, ¿crees que se han dado cuenta los países occidentales de la necesidad de actuar en ese continente, o nuestro ombligo es tan ‘hermoso’ que no pararemos de mirarlo?

Creo que el hombre blanco occidental se seguirá mirando el ombligo hasta que le reviente el estómago en la cara. No veo yo que así, a corto plazo, vaya a haber un cambio a nivel de cómo se trata África o cómo se tratan otros países subdesarrollados. Está claro que hay una minoría de la población mundial que vive a costa del sufrimiento de la gran mayoría. Si de repente el ébola se convierte en algo muy heavy aquí, pues tal vez se actúe de alguna manera más drástica, pero así, no lo creo.

Hemos visto muchas veces que la realidad supera la ficción y, por lo tanto, cualquier cosa es posible. En todas las crisis estas que atravesamos, que la ha liado bastante el PP y justo le ha estallado esto del ébola, en verdad le está quizá viniendo incluso bien tener una cortina de humo para otras cosas porque a la vez estamos viendo y descubriendo unos temas como lo de Bankia/Caja Madrid… que quien dice que no se hace toda esta bola por eso, cuando solo hay un caso de ébola de contagio aquí. No sé, yo tampoco tengo ni idea de qué es el ébola y de cuán peligroso es para nuestra sociedad.

Las redes sociales también tienen cabida en otro tema de este disco. ¿Estamos esclavizados por ellas?

Hay una dualidad porque cualquier cosa sirve al hombre para hacernos más como burros, pero por otro lado estamos viendo que las redes sociales y todas las nuevas tecnologías son unas herramientas importantísimas como se está viendo con todos los partidos nuevos y todas las movilizaciones. Son importantes y necesarias para intentar cambiar un poco el panorama. Creo que realmente pasan por la tecnología los cambios que podamos hacer.

¿Acabaremos volando por los aires como sugieres en el ‘El nuevo orden’?

Es lo más probable. Somos tan insignificantes en el universo que con un pequeño estallido de una estrellita nos vamos todos por ahí. Y eso que lo hacemos muy mal, pero probablemente el universo acabe con nosotros antes de que nosotros acabemos con nosotros mismos. El nuevo orden nació por un titular que leí de un niño que había hecho un descubrimiento con el telescopio de su padre que los de la NASA y toda la comunidad científica estaban alucinando, no me acuerdo de lo que era pero me gustó mucho no sé si el titular o una de las frases de la noticia. Pero sí que es verdad que me aterra un poco eso, lo del nuevo orden cósmico.

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