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“Mi padre estaría muy contento por la victoria del PSE en Lasarte”

Josu Elespe, hijo del edil socialista de Lasarte asesinado por ETA en 2001.

Aitor Guenaga

Froilán Elespe fue el primer concejal socialista asesinado por ETA en su campaña de “socialización del sufrimiento” con la que la organización terrorista decidió matar a los ediles del PP y del PSE en su objetivo de eliminar a todo político que pensara de forma diferente a ellos. Ocurrió un 20 de marzo de 2001. Josu Elespe, hijo del que era entonces teniente alcalde de Lasarte cuando fue asesinado mientras tomaba un café en un bar de la localidad guipuzcoana, esboza una sonrisa. Sabe que su aita (padre) estaría muy contento porque los socialistas han vuelto a ser la fuerza más votada en Lasarte y porque de nuevo, y salvo terremoto imprevisible tras al pacto sellado este viernes entre PNV y PSE, el alcalde va a volver a ser socialista “Mi padre tendría la alegría de saber que el PSE ha vuelto a ser el partido más votado. Estaría muy contento, seguro”, señala.

Tomasi Pelaz, la viuda de Froilán cerraba la lista socialista en el municipio donde un día su marido fue el 'número dos' en el consistorio. Su familia marchó a San Sebastián al de un año del atentado “para empezar una nueva vida”. Ahora, Josu, su hijo, mira hacia adelante, sin rencor, pero sin olvidar la responsabilidad de cada uno en lo que ha pasado en Euskadi, sobre todo la izquierda abertzale que nunca ha condenado a ETA. “Tiene que hacer un autocrítica sincera y real de lo que ha sido su actuación y debe asumir esa gran responsabilidad que tiene. Y de momento no lo ha hecho. Mientras no vea esa reflexión, el veneno seguirá dentro”, subraya. Y algún día les explicará a su hija de cinco años y el crío de uno lo que le pasó al 'aitona' (abuelo). “Se lo contaré de una manera serena y que no le transmita ningún tipo de odio, ni de rencor por lo que pasó”, asegura.

Tras el asesinato de su padre, decidieron abandonar Lasarte, un municipio de mayoría socialista también el pasado 24-M.

Nos fuimos al año del asesinato sobre todo para empezar de nuevo. No porque fuera un pueblo problemático políticamente, todo lo contrario, nosotros nos sentíamos muy apoyados y comprendidos y sentíamos la solidaridad del pueblo. Lasarte, en ese sentido, se portó muy bien. Nuestro agradecimiento al pueblo de Lasarte va a ser eterno, eso no lo vamos a olvidar en la vida. Decidimos irnos a Donosti para empezar una nueva vida, huyendo de los recuerdos.

Pero eso no ha impedido el compromiso de los suyos con el pueblo y con el PSE. De hecho, su madre cerraba la plancha socialista en las pasadas elecciones.

Nos comentó Jesús Zaballos [candidato a alcalde por los socialistas], mi madre la verdad tiene mucha confianza con él. Mi madre encantada de ir la última en la lista como símbolo. Ya que mi padre no puede estar, pues está ella. Y para apoyar al PS de Lasarte. A mí me pareció muy bien, un detalle muy bonito por parte de mi ama, estar en su nombre.

Un homenaje de la familia a la figura del padre asesinado por ETA.

Eso es, el último puesto de una lista es algo simbólico, ya se sabe que no va a salir, pero lo importante es el recuerdo-homenaje de que no está mi marido, pero aquí estoy yo. Ha ido a mítines, pero campaña como tal no hizo.

Incluso para sus hijos, ¿no? ahora que está encima de la mesa todo lo relacionado con la memoria.

Sí, sí, y más ahora que yo tengo dos hijos, una niña de cinco años y el otro de un añito. Lo tengo más presente, pensando en el futuro. Para mi es muy importante la memoria y el relato de lo que se cuente a las generaciones futuras. Siempre digo que al final yo moriré con esta carga y nuestra generación está marcada por el terrorismo de ETA y moriremos marcados por esa violencia, pero por lo menos que mis hijos, las nuevas generaciones, no crezcan con esa carga. Y sin rencor ni odio, en una sociedad normalizada y sin prejuicios ni odios.

Usted se ha mostrado en varias ocasiones muy sensibilizado con esto que se denomina el relato, la impunidad de algunos, el no reconocimiento, por algunos que apoyaron la violencia y a ETA, del daño causado.

Es muy preocupante porque ahora ha llegado el momento de escribir lo que ha pasado. Y cada uno podrá tener su visión, pero hay hechos objetivo e innegables: que hubo una organización terrorista que se dedicó a matar y asesinar y que es algo que está mal. Y eso debe permanecer en los libros de historia y no se debe contextualizar, ni esconder dentro de un supuesto conflicto justificador. Los culpables tienen nombres y apellidos, son personas individuales que decidieron asesinar o que hicieron un discurso legitimador de esa violencia.

Pero parece que algunos en la izquierda abertzale quieren hacer borrón y cuenta nueva.

Durante todos los años de terrorismo de ETA la sociedad vasca no hizo lo suficiente para enfrentarse a ese terrorismo. Solo una pequeña parte tuvo la valentía o la sensibilidad de enfrentarse a esa bestia. Y mucha gente vivió cómodamente por miedo, pudor o lo que fuera. Para mi, la sociedad vasca, más que borrón y cuenta nueva, lo que hace es aquello de si te he visto no me acuerdo, yo sigo con mi vida y ya está. Cuando al final todos, de una manera o de otra, hemos vivido con esto y la existencia de ETA ha marcado el posicionamiento de la sociedad, el miedo, el temor y lo que se vino en llamar la socialización del sufrimiento. Algunos partidos, creen que así mejor porque no se tienen que enfrentar a sus propias responsabilidades.

Y, de paso, blanquear su pasado de apoyo a ETA.

Sí, sí, al final ETA ha sido como un colectivo donde unos mataban, otros quemaban cajeros y otros en los medios de comunicación decían lo que había que hacer o había un partido político que sostenía políticamente a esa organización terrorista. Y ese partido, la izquierda abertzale, tiene una gigantesca responsabilidad en todo el sufrimiento que ha ocurrido. Ese mundo ha hecho cosas impensables hace cinco u ocho años, pero le queda un larguísimo camino por recorrer. Y tiene que hacer una autocrítica sincera y real de lo que ha sido su actuación y debe asumir esa gran responsabilidad que tiene. Y de momento no lo ha hecho. Lo que ha hecho es absolutamente insuficiente, le queda un largo camino por delante. Y no sé si tendrán el valor de enfrentarse y de mirarse al espejo. Mientras no vea esa reflexión, el veneno seguirá dentro. Yo sigo a la espera.

No sé si se puede poner en la piel de su padre, de Froilán Elespe, y lo que podría pensar este sábado cuando el PSE vuelva a la Alcaldía de Lasarte, después de cuatro años en manos de Bildu pese a haber ganado las elecciones en 2011.

Joe. La verdad es que el PSE ganó hace cuatro años y ha vuelto a ganar ahora. ¿Va a tener un alcalde socialista? Pues no lo tengo claro, yo no me fío del PNV de Joseba Egibar, sinceramente. Cualquier cosa es posible. Mi padre tendría la misma preocupación viendo lo que pasó hace cuatro años. Pensaría: Hemos sido el partido más votado una vez más, pero ya veremos qué decide el señor Egibar y si recuperamos la Alcaldía o no. Seguro que tendría esas dudas, a pesar de que tendría la alegría de saber que ha vuelto a ser el partido más votado. Estaría muy contento, seguro.

¿Los próximos cuatro años serán más tranquilos, no?

Espero. La amenaza de ETA ya no existe, creo que su decisión es definitiva. Y eso va a permitir que los políticos que estaban amenazados, que eran básicamente los del PSE y del PP, desarrollen su trabajo con normalidad: no van a tener escolta, sin la amenaza de que ETA les pueda asesinar, no van a tener esos plenos tan broncos y tan injustificables y lamentables que hemos tenido en el pasado tantos años aquí. Y van a poder hacer política con naturalidad. Lo que debería haber sido siempre. Y yo me alegro mucho por ellos.

Usted tuvo un encuentro con un exmiembro de ETA de la vía Nanclares. Ha sido un ejemplo de lo que debe ser la convivencia futura en Euskadi. ¿Cómo lo recuerda?

Fue una de las experiencias más impactantes y emocionantes de mi vida. Al margen de la ayuda que me han dado mis amigos, familia, etc, creo que lo que más me ha reconfortado a raíz del asesinato de mi padre fueron los dos encuentros que he tenido con presos de ETA de la Vía Nanclares. Emocionalmente muy potente, muy fuerte. La verdad es que les cuesta mirarte a los ojos, pero escuchar a una persona que ha sido capaz de hacer lo que ha hecho, que ha asesinado a seres humanos inocentes, que te mire a la cara y con sinceridad te reconoce que lo que hizo está mal y te pide perdón, aunque no utilice el término perdón pero está arrepentido, reconoce que su vida como militante de ETA ha sido un fracaso humano sobre todo y siente que está en deuda con las víctimas y con este país, oír a una persona que tenga semejante giro, pues te reconforta muchísimo y te da mucha esperanza en el futuro.

Esas personas son clave en la construcción de la convivencia en este país porque tienen un discurso que destroza cualquier estrategia política de ese mundo, un discurso humano que habla desde el conocimiento de lo que es matar. Tiene el 'mérito' de haberse desvinculado de ETA, con los riesgos que eso puede ocasionar para su vida o para su familia, marginación, etc y tiene mérito de haberse mirado al espejo y de haberse enfrentado a su conciencia y decir que lo que hicieron está mal. Aun reconociendo que han sido asesinos que tienen una condena por cumplir, pero para mí fueron experiencias muy buenas y claves.

Algún día usted también tendrá que explicar a su hija de cinco años y al crío de un año lo que le pasó a su 'aitona' (abuelo).

A la niña le hablamos mucho del 'aitona', no le contamos lo que pasó, claro, pero bueno le decimos eso de que no está con nosotros, está en el cielo y ese tipo de cosas que se les dicen a los niños. Cuando tengan la madurez suficiente para entender las cosas les contaré la verdad de lo que le pasó a mi padre, claro que sí. Se lo contaré de una manera serena y que no le transmita ningún tipo de odio, ni de rencor por lo que pasó.

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