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La inmensa mayoría de Ayuso, prácticamente

La presidenta del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una fotografía de archivo. EFE/Juan Carlos Hidalgo

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La presidenta de la Comunidad de Madrid sigue con la mentira como su más exitosa fórmula política. Cuanto más le crece la nariz, llega más alto. La última trola que nos ha lanzado es que las urgencias de atención primaria están abiertas. En realidad, todos esos centros están cerrados, pero Ayuso dice que “están abiertos prácticamente la inmensa mayoría” (sic). Miente, pues los clausuró cuando empezó la pandemia, en marzo de 2020, y miente cada vez que dice, desde hace meses, que va a reabrirlos. También miente al decir que solo representaban un 1% de la atención de urgencias, cuando en los centros de atención primaria se atendía casi un 18% de las urgencias. Las personas que no viven cerca de un hospital deben trasladarse kilómetros si sufren una emergencia, lo que puede poner en riesgo su salud e incluso su vida. Mentir sobre algo así tiene delito. A lo mejor hasta lo constituye.

Ni siquiera los nuevos médicos quieren ir a la atención primaria de Isabel Díaz Ayuso, teniendo en cuenta las condiciones económicas y laborales que les oferta la de las falsas inmensas mayorías. La sobrecarga asistencial, el colapso de los centros sanitarios, la ausencia de conciliación, la imposibilidad de atender a los pacientes y cumplir con la burocracia o el déficit en las infraestructuras nos está dejando sin médicos de familia y sin pediatras en la sanidad pública. Una buena estrategia para cargársela. Seguimos pagando impuestos para que los neoliberales se llenen los bolsillos privatizando los servicios públicos que desmantelan. Es de libro. Y es el virus de la desigualdad. Cuando una buena parte de la sociedad no pueda costearse la sanidad privada, llegará a ser también un grave problema de salud pública. Es fácil de entender.

Lo que es sumamente difícil de entender es que a Ayuso le funcione tan bien la estrategia de la mentira. Es muy difícil de entender qué pasa por la cabeza de esa mayoría, inmensa en todo caso si es objeto de engaño, por qué no le devuelve las trolas como un boomerang. Feijóo la ha aupado en el PP, pero a él sí le caerá Ayuso encima cuando a ella le convenga para sus infinitas ambiciones de poder, que son las mismas de Miguel Ángel Rodríguez y, prácticamente (que diría la presidenta), las mismas que amasa Aznar. Nadie se le pondrá a Ayuso por delante, tampoco Feijóo. Y nada será suficiente para alcanzar su objetivo de populismo extremo, tampoco la mentira. Lo veremos. Porque Ayuso desmantela la sanidad pública madrileña mientras despista con la libertad, que es tan golosa como una caña bien tirada.

A Isabel Díaz Ayuso la quiere la inmensa mayoría de las bases de su partido y la quiso en las urnas una inmensa mayoría madrileña. Desde esas inmensas mayorías puede seguir mintiendo impunemente. Y cincelando, con navaja trilera, su estrategia: algo nos dice de sus planes para el 2023 el hecho de que haya fichado como asesor y coordinador a Rafael Núñez Huerta, creador de la marca Vox y excolaborador de Abascal. El periodista que dijo que “feminismo, ecologismo y animalismo” son “dogmas”. Es para ponerse enferma pero, tal y como está la atención primaria, no conviene (prácticamente…). Así que, mejor, ¡salud!

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