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Investigarse el ombligo

José María Calleja

La brillante idea de la dirección del PP de investigarse a sí misma en busca de su propia corrupción, sostenida durante lustros por corruptores y corrompidos dentro del partido, es equiparable a pedirle al Padrino que explique que no tiene nada personal contra aquellos a los que tirotea.

La dirección política y económica del PP ha sido descubierta en delito ético y presunto delito penal y hace como que se echa las manos a la cabeza. Hacen como que no conocen a Luis Bárcenas, la persona que ha manejado el dinero del PP durante más de veinte años, el que ha estado mano a mano con los Rajoy, Aznar, Cascos, Arenas, Acebes y Zaplanas, el que ha tenido 22 millones de euros en Suiza, el que presuntamente ha organizado el pago con sobres corruptos al núcleo dirigente del PP y estratos más cercanos; hacen como que no saben que esas supuestas prácticas corruptas vienen de los tiempos de Fraga y han llegado hasta los de Rajoy.

Hacen como que no saben que hay un hilo conductor Naseiro-Sanchís-Bárcenas, todos ellos responsables de los dineros en el PP.

Mariano Rajoy, que prometió hacer del Congreso de los Diputados el centro de la vida política española, huye de dar explicaciones, como huye de los periodistas, como huyó de la prima de riesgo y del riesgo de intervención de España y se fue al fútbol.

Mariano huye, pero conviene recordar que fue Rajoy quien ascendió a Bárcenas de gerente a tesorero, que mientras Bárcenas manejaba el dinero del PP, Rajoy fue responsable de organización, responsable de campañas electorales, secretario general y presidente del PP. Todo este trasiego lo han hecho los citados y Bárcenas formando parte del mismo núcleo duro, del grupo de dirigentes que compartían la información sobre el dinero que había, el que se gastaba y el que se necesitaba; sobre las fuentes de aprovisionamiento y el destino de pesetas, cuando eran pesetas, y de euros, cuando son euros.

No se sabe si a golpe de repetirse las mentiras se las acaban creyendo, pero los dolores que provoca la reiteración de que no se puede vincular a Bárcenas con el PP, que lo del gerente/tesorero del PP durante más de 20 años es particular, particular, particular, resulta directamente insoportable.

Autoinvestigaciones semejantes en períodos anteriores dentro del PP se han traducido en la conclusión onanista de que todo estaba bien. Recuérdese la autoinvestigación de Gallardón a su propio partido cuando la corrupción salpicó a otro tesorero, Rosendo Naseiro.

La mejor investigación que se puede hacer a la corrupción del PP es la judicial, aún a sabiendas de las extraordinarias dificultades que suele poner el PP a los jueces -véase Garzón, Pererira, Gómez Bermúdez- y conscientes de que pasarán años, ¿lustros?, hasta que haya una sentencia firme y quien sabe si clara y penalizadora contra la red de culpables de este asunto.

Han salido ya las suficientes informaciones como para que alguien hubiera dimitido, pero vemos cómo todos siguen en sus puestos y tratan de impedir que se cuente y se debata aquello que el PP no quiere que se sepa ni se discuta.

A partir de ahora vamos a asistir a una reiteración de informaciones que amplíen y detallen lo que ahora ya sabemos: que ha habido una financiación ilegal del PP y que hay al menos dos tesoreros del partido que se han hecho millonarios, que todo esto se ha hecho con el conocimiento, consentimiento y presunto beneficio de los dirigentes del PP a lo largo de los años.

Investigarse a uno mismo es como ponerse un catalejo en el ojo y enfocarse el ombligo: no se ve nada.

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