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El PP miente: nunca ha condenado el franquismo

José María Aznar, junto a Manuel Fraga en septiembre de 2001 / Óscar Moreno \ EFE

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Ahora que tanto se habla de las noticias fake, hay una que el Partido Popular ha logrado mantener viva durante casi 20 años, gracias, en gran medida, a que incluso los medios progresistas le confirieron validez en su día. Esa noticia falsa, que algunos celebraron como un paso histórico en la reconciliación del país, es que el partido conservador ha condenado expresamente y “sin ambages” el franquismo. 

El episodio más reciente de esta manipulación de la realidad tuvo lugar en el debate sobre el estado de la nación, cuando la portavoz popular, Cuca Gamarra, espetó al presidente Sánchez: “El PP hace mucho tiempo condenó el franquismo y quien no condena el terrorismo son sus socios de Bildu”. Se refería Gamarra –como en ocasiones anteriores lo han hecho otros dirigentes de su formación- a una proposición no de ley que el PP presentó el 20 de noviembre de 2002 en el Congreso de los Diputado como alternativa a las propuestas de otros grupos parlamentarios que llevaban años intentando un reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. 

Los populares ostentaban en ese momento la mayoría absoluta en el Congreso. Tenían, por tanto, la capacidad para frenar las iniciativas de la oposición, pero optaron por buscar una fórmula negociada, sobre todo con el PSOE, tras asegurarse la introducción de cierta ambivalencia en el texto definitivo que lo hiciera adaptable a su visión de la historia. Su objetivo, ahora que tenían la sartén parlamentaria por el mango, era zanjar para siempre el debate sobre el pasado reciente de España y que cesara, en palabras de Aznar, la “ristra de iniciativas” sobre ese período turbulento. Los demás grupos retiraron sus propuestas y aprobaron por unanimidad la del PP. Para algunos, los matices introducidos por el partido del Gobierno eran un mal menor ante el hecho de que, un cuarto de siglo después de las primeras elecciones libres de la actual etapa democrática, se abriera por vez primera la puerta al reconocimiento de las víctimas de la guerra civil y de la posterior represión de la dictadura.

La “condena del franquismo” de la que habla el PP quedaba recogida en el primer punto de la proposición. Veamos lo que dice: “El Congreso de los Diputados reitera que nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y la dignidad de todos los ciudadanos, lo que merece la condena y repulsa de nuestra sociedad democrática”. Como se observa, Franco no aparece citado de modo expreso y exclusivo en esa condena; su figura omnipotente queda diluida en un difuso “como ocurrió en el pasado”. Y la frase sobre la utilización de la violencia con el fin de establecer regímenes totalitarios es lo suficientemente ambigua como para poder atribuirse también al bando republicano, que es lo que sostiene hasta hoy el discurso de la derecha, para la cual el desencadenante de la guerra civil fue la pretensión del Frente Popular de implantar un régimen prosoviético en España.

La proposición no de ley contenía otros puntos. El segundo llamaba a “mantener el espíritu de concordia y reconciliación que presidió la Constitución de 1978”. El tercero consagraba como un “deber de la sociedad democrática” el “reconocimiento moral” de todas las víctimas de la Guerra Civil y de “cuantos padecieron más tarde la represión de la dictadura franquista” (al menos en este punto se llamó al régimen por su nombre). Instaba además a las instituciones a apoyar “cualquier iniciativa promovida por las familias de los afectados” en tal sentido. El último punto exhortaba al Gobierno a desarrollar “de manera urgente” una política de reconocimiento y protección económica a los exiliados de la guerra civil, así como a los denominados ‘niños de la guerra’.

El PP nunca ha condenado el franquismo mediante un acto solemne de repulsa institucional del partido ante lo que fue un régimen golpista y criminal. Lo que hizo fue promover oportunamente una iniciativa sin rango de ley, sin debate en plenario y de calculada ambigüedad en el apartado condenatorio. En otras palabras: el PP nunca ha condenado el franquismo con la contundencia que exige a los demás cuando pretende darles lecciones sobre cómo se deben expresar las condenas. Desde entonces, la derecha, esté en el gobierno o en la oposición, se ha opuesto a las diversas propuestas de condena expresa del franquismo que se han tramitado en el Congreso. Para ella, este asunto quedó zanjado hace 20 años.

Pero hay algo más: el PP nunca movió un dedo para poner en practica su proposición no de ley. Fue solo tras la llegada a la Moncloa del socialista Rodríguez Zapatero que el Estado comenzó a apoyar a las familias y organizaciones en su búsqueda de víctimas republicanas y ayudar a los exiliados de la guerra civil y sus familias, incluidos los ‘niños de la guerra’. Durante el mandato de Rajoy, las subvenciones se esfumaron. Ahora, con la ley de la memoria democrática, se pretende algo elemental que debió hacerse ya desde el primer gobierno socialista y que, lamentablemente, se soslayó con el argumento de no “remover el pasado”: que el Estado se ocupe de buscar y honrar a las víctimas republicanas, tal como hizo en su día con las víctimas del bando nacional. Una ley, por cierto, a la que se ha opuesto férreamente el PP. El partido que “hace mucho tiempo” condenó el franquismo.

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