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PSOE y Unidas Podemos responden a la consulta de ERC con un mensaje coordinado en favor del diálogo

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez antes de rubricar el preacuerdo para el Gobierno de coalición.

Irene Castro / Aitor Riveiro

Las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos para un Gobierno de coalición están dominadas por la discreción y el silencio. Las partes se han conjurado para que una crisis mediática provocada por declaraciones disonantes o filtraciones interesadas no tire por tierra las opciones de un Ejecutivo progresista. Además, los gabinetes de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han decidido coordinar sus agendas y mensajes públicos en lo referente a los asuntos más delicados, por ejemplo Catalunya. Eso sí, respetando las diferencias programáticas y discursivas, los matices que cada partido tiene.

“No llevamos un control exhaustivo de lo que decimos unos y otros”, apuntan desde Podemos a eldiario.es. “Pero sí nos coordinamos para saber la agenda que tenemos y los mensajes que vamos a decir”, añaden. “Claro que los partidos hablan, no puede extrañarle a nadie que haya coordinación”, señalan fuentes socialistas. Esto no quiere decir que se pacten las declaraciones ni que se sometan a las directrices de unos y otros. Las partes también han pactado sus diferencias, para que estas no embarren la relación. Por norma no se informa de cada declaración o mensaje concreto. Pero en temas delicados, explican las mismas fuentes, sí suele haber comunicación.

Uno de estos asuntos delicados en los que existe cierta coordinación es Catalunya. La investidura de Pedro Sánchez y el Gobierno de coalición con Unidas Podemos está en manos de ERC. Es algo que ya han asumido en el PSOE, a pesar de las reticencias que provoca la dependencia de los independentistas. En la cúpula socialista son conscientes, por un lado, de que es complicado para los republicanos catalanes facilitar la gobernabilidad en este momento y ven aún más difícil los apoyos posteriores, pero por ahora lo consideran la única opción para que el preacuerdo con Pablo Iglesias salga adelante. Por eso la dirección del PSOE mantiene todas las cautelas para que nada descarrile y evita incluso pronunciarse sobre la decisión de ERC de someter a las bases la posición en la investidura.

PSOE y Unidas Podemos mandan, no obstante, guiños a ERC para evitar la obstaculización. Un ejemplo se produjo este mismo jueves. En sendas comparecencias ante la prensa, Pablo Iglesias y la portavoz socialista, Adriana Lastra, insistieron en que la intención que tienen es que el futuro Gobierno, si se concreta, haga una apuesta por el diálogo. “Vamos a tener un Gobierno que asuma el diálogo”, señaló Iglesias antes de ofrecer una conferencia en la Facultad de Derecho de la UCM. Y añadió que ese “diálogo” debía ser el “eje fundamental de la acción política que afronte el problema de la plurinacionalidad en España”. Nada muy lejos del mensaje habitual de Podemos sobre Catalunya.

Ferraz, por su parte, evitó reaccionar a la convocatoria de la consulta a los afiliados de la formación de Oriol Junqueras. “Respetamos los procedimientos internos de otras organizaciones”, se limitó a decir la vicesecretaria general, Adriana Lastra, que pilota las conversaciones con las formaciones que se requieren para sacar adelante la coalición. Pero después de esa afirmación envió un mensaje a ERC: “Solo hay dos formaciones que han defendido el diálogo en el marco de la Constitución y son Unidas Podemos y PSOE”. El recado en tono conciliador ya lo lanzó el propio Sánchez con esas mismas palabras tras el encuentro entre Lastra y Gabriel Rufián en el que ERC manifestó que se mantenía en el ‘no’.

Los socialistas han modulado el tono con el independentismo respecto al discurso que ha mantenido en los últimos meses. El presidente en funciones no cerró la puerta a la exigencia de ERC de abrir una mesa de negociación, aunque emplazó a que primero se circunscribiera al ámbito autonómico a través de la creada en el Parlament, que no se ha puesto en marcha.

Desde ERC también hay voces que apuestan de forma decidida por el diálogo y por dar una oportunidad a la alianza del PSOE y Unidas Podemos. “Sería difícil de entender que no seamos capaces de construir una solución”, apuntaba el jueves el histórico dirigente republicano Joan Tardá.

La convocatoria de la consulta por parte de ERC ha provocado distintas reacciones en las filas socialistas. Mientras que algunos dirigentes consideran que se eleva la presión dificultando el camino de la investidura otros consideran que la pregunta se formula en términos muy abiertos y asumibles por parte del PSOE. El Gobierno de Sánchez llegó a aceptar un “diálogo efectivo” a través de la comisión bilateral Estado-Catalunya y una mesa de partidos en la que, tras mucha presión de la Generalitat, se sentaran formaciones de ámbito estatal. Ese es el escenario de Pedralbes al que ERC quiere volver.

Ese guiño en favor del diálogo ratifica lo que ya sellaron Sánchez e Iglesias en el texto del preacuerdo para el Gobierno de coalición respecto a Catalunya en el que Unidas Podemos asume la posición del PSOE –que rechaza de plano un referéndum de autodeterminación por el que sí apuesta el grupo confederal–. “El Gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política. Con ese fin, se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución”, dice el escrito rubricado por los dos dirigentes. “Hemos firmado un documento que dice que el Gobierno va a ser coherente y leal”, señalan fuentes socialistas sobre la discurso coordinado sobre Catalunya.

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