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Pedro Sánchez deja a Pablo Iglesias para el final de su ronda de contactos en busca de la investidura

Iglesias dice que no se fía del PSOE tras su entrada en el "trío del búnker"

Gonzalo Cortizo

Habrá que esperar para ver a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sentados en la misma mesa negociando un acuerdo de Gobierno. El PSOE ha decidido iniciar una primera ronda de contactos a la que están invitados todos los grupos con representación parlamentaria. El orden de llamada será de menor a mayor, por lo que Podemos queda casi al final, solo antes del Partido Popular. La primera en ser llamada al acuerdo será Ana Oramas, de Coalición Canaria.

En el entorno de la izquierda, Alberto Garzón será el primero en reunirse con el equipo negociador del PSOE. Antes incluso de la cita con Iglesias, el candidato tendrá que sentarse con Albert Rivera.

Pedro Sánchez se da un mes para dibujar un escenario de acuerdos que le permitan ser presidente en una sesión de investidura que se celebrará la primera semana de marzo. El líder del PSOE está decidido a hablar con todos y plantea su negociación en dos espacios diferenciados: En un primer momento buscará acuerdos en torno a un programa de Gobierno, solo si los alcanza, asegura Sánchez, se podrá hablar de reparto de sillones.

El candidato a la presidencia del Gobierno participará activamente en la primera ronda de encuentros. Ferraz ha diseñado un equipo de seis negociadores, entre los que se encuentran Antonio Hernando, Jordi Sevilla, Meritxell Batet y Rodolfo Ares. No hay ningún andaluz en el equipo negociador, según confirman a eldiario.es fuentes próximas al secretario general socialista.

La estrategia del socialista desmonta la hoja de ruta de Podemos, que reclama la vicepresidencia para Pablo Iglesias y un reparto de ministerios en relación con los votos obtenidos por cada una de las candidaturas. Nada de esto estará sobre la mesa hasta que antes se produzca un acuerdo programático asumido por todas las partes.

Durante la búsqueda acuerdos sobre un programa común de Gobierno, el PSOE abrirá la mano a otros entendimientos como replantearse la ubicación de los grupos en el hemiciclo o la posible reforma del reglamento que haga viable los cuatro grupos que reclamaban Podemos y sus confluencias. Todo esto puede formar parte de una negociación que reserva para su última fase cualquier conversación sobre reparto de ministerios.

Las conversaciones se presentan complicadas. En Ferraz están dispuestos a un plan de reuniones intensivo a lo largo de un mes. “Voy en serio”, dijo Pedro Sánchez durante la rueda de prensa posterior a su nominación. Esa advertencia se plasmará ahora en un proceso de diálogo exprés en el que el PSOE quiere usar el dominio de los tiempos que le ofrece el encargo del rey.

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