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La alianza de Héctor y Gabriel: los juristas ciegos que han conseguido que personas invidentes puedan ser jueces y fiscales

El joven valenciano de 26 años Héctor Melero Martí

Laura Galaup

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Gabriel Pérez hizo el primer intento y Héctor Melero lo ha conseguido. La tenacidad de estos dos jóvenes ciegos licenciados en Derecho por la Universidad de Valladolid para conseguir una justicia más inclusiva tuvo su recompensa el pasado miércoles, cuando le comunicaron al segundo que había aprobado las oposiciones a las carreras judicial y fiscal. “Nunca me lo he planteado como un imposible”, asegura Melero, originario de Cullera (Valencia), tras conocer el resultado. 

A sus 26 años se ha convertido en la primera persona invidente que aprueba estas pruebas en nuestro país y que va a ejercer como fiscal. Se ha decantado por esta especialidad, en detrimento de la judicatura porque “toca todos los temas” que le gustan. “Vende más ser juez, pero no me veía”, añade. “Me gusta que haya otra persona que confirme la decisión que pides. Si planteas una solicitud de prisión provisional, es el juez el que la aprueba o rechaza”. 

Su amigo Gabriel Pérez, también licenciado por la Universidad de Valladolid, abrió la puerta hace seis años a que las personas ciegas pudieran ejercer como jueces. A pesar de que él ha optado por cambiarse de oposición, tras presentarse sin éxito cuatro veces a las de juez y fiscal, se muestra satisfecho por el triunfo de su compañero. “Lo normal era no llegar ninguno”, incide Pérez, que está estudiando para conseguir una plaza en el Cuerpo Superior de la Junta de Castilla y León.

Se conocieron en la ONCE de Valladolid y entre ellos no ha habido competitividad: Melero ha estudiado con los apuntes que el padre de Pérez adaptó para que fuesen legibles por los invidentes. “Se los pasé a Héctor porque entiendo que no hay que poner zancadillas en la subida al Himalaya”, cuenta Pérez. 

Una campaña con más de 100.000 apoyos

La campaña iniciada por Pérez en 2013 en Change.org para que se permitiese a personas invidentes ejercer como jueces ciegos recopiló más de 100.000 firmas. Esta presión obligó al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a posicionarse. En mayo de 2014 aprobaron un acuerdo en el que se abría a las personas ciegas la posibilidad de formar parte de la judicatura española en caso de que llegara a superar el proceso selectivo correspondiente. “Tenía claro que a partir de que saliera en los medios de comunicación la batalla pública estaba ganada. Luego ya dependía del Consejo, que quisiera aceptar la realidad o no. Entendía que era una cosa absurda”, recuerda Pérez seis años después. 

En aquel momento estos dos jóvenes ya estaban en contacto y comentaban esta iniciativa. “Él consiguió que nos lo permitieran y yo he conseguido aprobar”, incide el joven de 26 años, que lleva varios días sumido en un carrusel de entrevistas ante el hito alcanzado. A pesar de la euforia y el reconocimiento, trata de mantener los pies en el suelo. “Hoy tengo muchos amigos, mucha gente que me ha dado biberones, pero a mi me gusta estar con los que me acompañaron cuando suspendí en mayo de 2019”, añade.

Tras cinco años de preparación, al tercer intento ha conseguido aprobar las oposiciones. En ellas, no se ha encontrado “prácticamente barreras”. “Es una oposición muy complicada, también para las personas videntes. Son 325 temas: 184 en el primer oral y 141 en el segundo. Había que intentarlo y no me quería quedar con las ganas de no haberlo intentado, creyendo que podía conseguirlo”, incide. 

Durante su entrenamiento y su exposición, ha contado con la ayuda de un reloj “que hablaba y verbalizaba el tiempo” que le restaba para seguir cantando el tema. Uno de los únicos inconvenientes que ha afrontado durante la preparación y en la prueba final es la imposibilidad de tener un esquema escrito en el que organizar las ideas principales antes de empezar el examen oral. 

Violencia de género o lucha antidroga

La llegada de Melero a los juzgados no ha pasado desapercibida. La Fiscalía General del Estado, el Consejo General del Poder Judicial, asociaciones de magistrados o el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, se han hecho eco de su aprobado. A todos ellos, solo les pide una cosa: “Que me traten como a cualquier otro compañero”. A partir de ahí y sobre su futuro laboral, cuenta que su objetivo es especializarse en la lucha contra la violencia de género o incorporarse a la investigación antidrogas. 

En su entrevista con elDiario.es se muestra contundente contra aquellos que tratan de invisibilizar las agresiones machistas. “Es una vergüenza que desde 2003, fecha desde la que hay cifras oficiales, en España haya más de mil muertes [por este motivo]”, apunta. Considera positivo que existan juzgados especializados en en este tipo de violencia. “Es bueno que existan. El mismo expediente se lleva tanto en la parte civil como en la penal, por lo que no existirán sentencias contradictorias. Imagínese que el juez penal impone una medida de protección a la víctima y el civil le da la custodia compartida y tienen que verse todos los días. Eso no puede ocurrir”, apunta. 

Cuando se aprobó la petición de Pérez para optar a una plaza en la carrera judicial, el CGPJ apuntó que en caso de superar las pruebas se procedería a realizar “las adaptaciones y ajustes razonables para las necesidades de las personas con discapacidad de cualquier tipo en los puestos de trabajo”, el informe elaborado planteaba que en la actualidad existen instrumentos tecnológicos que permite que “cualquier documento” sea accesible a las personas invidentes, según recordaba el CGPJ en una nota de prensa la semana pasada

Fuentes del Ministerio de Justicia explican que algunas necesidades pueden ser cubiertas gracias a la ayuda de un letrado de la administración de justicia que “intermedia para que pueda ver o describir pruebas”. Por su parte, desde la Fiscalía General del Estado plantean que no tienen “información específica sobre este tema”, aunque suponen “que en principio será de aplicación la legislación vigente en materia de derechos de las personas con discapacidad”.

Melero es consciente de que tendrá que afrontar “algún problema”, pero tiene confianza en ejercer en las mismas condiciones que sus compañeros. Eso sí, apunta que su discapacidad también influyó en su decisión de decantarse por la carrera fiscal ya que tenía menos obstáculos. “En la valoración de una prueba puedo ser sustituido [por otro fiscal]”, reseña.

Este futuro fiscal sabe que ha conseguido un hito en nuestro país. Siempre le acompañará la etiqueta de haber sido el primer juez en aprobar las oposiciones a la carrera fiscal y judicial, pero también avisa de que no va “a ser el único”. “Estamos derribando barreras, España es un gran país en materia de discapacidad y seguramente haya más de uno”, responde. Ante la superación de este reto, escasos días después de haberlo conseguido, ya tiene en mente el próximo. “Mi sueño sería prepararme y participar en [el programa de televisión de Antena 3] Pasapalabra. Siempre y cuando se puedan adaptar las pruebas a mi discapacidad visual”, comenta.

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