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La gestión del pacto con Bildu complica las alianzas parlamentarias del Gobierno y desaira a barones socialistas

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias conversan en el Congreso durante un Pleno para debatir la prórroga del estado de alarma.

Iñigo Aduriz

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La confusión generada en torno al acuerdo alcanzado el miércoles por los dos partidos que forman el Gobierno –PSOE y Unidas Podemos– y EH Bildu para derogar de forma íntegra la reforma laboral del PP, complica aún más las alianzas parlamentarias de un Ejecutivo que cuenta con una frágil mayoría en el Congreso de los Diputados, en el que a raíz de las sucesivas prórrogas del estado de alarma se han roto los bloques que se dibujaron en la investidura de Pedro Sánchez.

El pacto desairó a barones socialistas como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el aragonés, Javier Lambán, y fue ocultado a PNV y Ciudadanos, los dos partidos que Pedro Sánchez ha necesitado para aprobar las dos últimas prórrogas del estado de alarma, así como a ERC y Compromís, que apoyaron la investidura y que ahora se han situado en el bloque del 'no' a la alarma por sus diferencias con el Ejecutivo progresista.

El acuerdo fue firmado por los portavoces parlamentarios de PSOE, Unidas Podemos y Bildu. Y en él se aludía a la derogación “integra” de la reforma laboral, que el partido vasco, a las puertas de una campaña electoral, celebró durante la tarde noche del miércoles en las redes sociales. Sus cinco abstenciones, clamaban en sus tuits, suponían una gran victoria para la clase trabajadora.

Las discrepancias entre PSOE y Unidas Podemos acerca de si la derogación acordada es “integral” o parcial provocaban además nuevos roces entre los socios de coalición e incomodaban al tercer implicado en el acuerdo, EH Bildu, que exige que se cumpla lo pactado. “La palabra es un valor sagrado, y cuando un vasco da su palabra la cumple. Cuando firmamos un acuerdo, lo cumplimos en la literalidad en la que nos hemos puesto de acuerdo”, remarcaba el líder de la formación independentista, Arnaldo Otegi, este jueves, en rueda de prensa.

EH Bildu esperó a que el Pleno del Congreso aprobara la quinta prórroga del estado de alarma, a última hora de la tarde del miércoles, para dar a conocer el acuerdo que en su versión inicial señalaba en el primer punto que la derogación de la reforma laboral del PP se realizaría “de manera íntegra” y “antes de la finalización de las medidas extraordinarias por la COVID-19”. El pacto suponía ir un paso más allá del acuerdo de gobierno suscrito por PSOE y Unidas Podemos, que hablaba de derogar los “aspectos más lesivos” del texto.

Al filo de la medianoche, el PSOE envió sin embargo una nota anulando ese punto que hacía mención a la “integridad” de la norma y aseguraba haber sustituido el primer apartado del pacto por otro que reproduce literalmente al documento suscrito con Unidas Podemos en diciembre. Ese acuerdo de la coalición se limitaba a recalcar el compromiso a derogar con “carácter urgente” algunos puntos de la ley que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 gracias a la mayoría absoluta con la que contaba entonces el PP, pero no incluía esa mención explícita a la suspensión “integral”.

Iglesias: “El acuerdo es derogarla íntegramente”

Los representantes de PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno analizaban este jueves los acuerdos sobre la reforma laboral con visiones enfrentadas. Para el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en el acuerdo de gobierno que alcanzó su partido con los socialistas “no se habla de derogación parcial. Se habla de la derogación de la reforma laboral. Luego los partidos pueden decir lo que quieran”, enfatizaba en una entrevista en Catalunya Ràdio a primera hora de la mañana. Sobre el pacto con EH Bildu, Iglesias se mostraba tajante: “El acuerdo entre los tres partidos es derogar íntegramente la reforma”.

Por la tarde, la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño, restaba en cambio todo el valor al pacto con EH Bildu, que facilitó la abstención de la formación independentista en la quinta prórroga de la alarma. “Nos enfrentamos a la mayor recesión de nuestra historia reciente con una caída del PIB superior al 9% este año, tres millones de trabajadores en suspensión de empleo y índices de pobreza creciendo. Con estos elementos sería absurdo y contraproducente un debate como el que se plantea”, señalaba Calviño durante una conferencia, para rematar indicando que los ciudadanos pagan a los políticos “para resolver problemas, no para crearlos”.

“Hemos demostrado con hechos que velamos por el interés general, que escuchamos... Hemos adoptado medidas que han sido consensuada con los agentes. Cualquier modificación se hará con el acuerdo con los agentes sociales. Eso no va a cambiar”, añadía la vicepresidenta económica, después del malestar que generó el acuerdo en la patronal, cuya máxima organización, la CEOE, llegaba a anunciar la suspensión del diálogo con el Ejecutivo.

Horas antes, el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, había ofrecido también una versión bien distinta a la de Iglesias sobre lo negociado con Unidas Podemos y EH Bildu. Él aseguraba que el compromiso adquirido se ceñía a derogar esos aspectos “más lesivos” de la reforma laboral y refrendaba la segunda versión del pacto con los independentistas vascos, la enviada por su partido en la medianoche del miércoles. “Así [como los aspectos más lesivos] es como siempre los hemos llamado mientras otros hablan de derogación íntegra, pero es una apreciación conceptual”, apuntaba en una entrevista en Onda Cero.

La firmante del pacto por parte del PSOE, la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, aseguraba también este jueves que los socialistas están “sorprendidos” por las “distintas interpretaciones” del acuerdo. En una entrevista en La Sexta, Lastra señalaba que la nota aclaratoria del PSOE, en la que se eliminó la referencia a la derogación “íntegra” de la reforma laboral, “no es una rectificación”, e insistía en que no se ha firmado “nada distinto del acuerdo con Unidas Podemos”.

“No estamos rectificando lo firmado, lo que estamos haciendo es aclarar lo que hemos firmado”, aseguraba. Lastra hacía estas declaraciones después de que el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, aseverase que “las notas aclaratorias no alteran los acuerdos” e insistiese en que lo válido es lo suscrito el miércoles. “Las tres fuerzas políticas siempre hablamos de lo acordado en el pacto de investidura, de lo más lesivo de la reforma laboral”, aseguraba Lastra, que insistía en que “Bildu sabía los términos” en los que se firmaba el acuerdo.

Lastra: “No se puede dejar el BOE en blanco”

La portavoz del PSOE, que frente a lo defendido por Iglesias descartaba una derogación íntegra de la reforma laboral porque “no se puede dejar el BOE en blanco en materia laboral”, se refería asimismo al malestar expresado por la patronal tras el acuerdo con Bildu, garantizando que “nada se va a modificar si no es con el acuerdo con los sindicatos y empresarios”.

Además de la oposición de las organizaciones empresariales, el Gobierno encajaba este jueves las acusaciones de PP y Vox, que consideran que PSOE y Unidas Podemos han decidido pactar con “proetarras”, a pesar de EH Bildu es una coalición independentista que nació remarcando su rechazo expreso a la violencia, también a la de ETA. Para los populares, el pacto con la fuerza que lidera Arnaldo Otegi “aboca a las colas del hambre”.

El líder del PP, Pablo Casado, publicaba un tuit criticando el pacto: “Pido el mantenimiento de la reforma laboral que creó casi tres millones de empleos para superar la recesión de Zapatero. Hoy he analizado con Fátima Bañez las consecuencias que su derogación pactada entre Sánchez y los batasunos tendría para los ERTE y las colas de ayuda social”, señalaba en su perfil personal.

Aunque en un tono mucho más moderado, la dirección de los socialistas también recibió críticas desde sus propias filas por pactar con el partido de Otegi. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se encuentra “dolido y perplejo”, según fuentes cercanas al presidente regional citadas por la agencia Europa Press, y espera ahora que Sánchez retome la situación previa a que se conociera el acuerdo con EH Bildu.

“Como ciudadano español y como socialista, celebro el apoyo de Ciudadanos a la prórroga del estado de alarma. Ojalá el Gobierno no se vea obligado a volver a recurrir para nada a partidos que no creen en España ni en futuro común de todos los españoles”, apuntaba, por su parte, el presidente de Aragón, el también socialista Javier Lambán, en un mensaje en Twitter justo antes de que se conociera el acuerdo con EH Bildu. Este jueves, Lambán evitaba valorar ese pacto que había rechazado 24 horas antes: “Yo no haré ninguna declaración que contribuya a generar crispación ni ningún tipo de enfrentamiento”.

Ciudadanos, que con su voto apoyó el miércoles la quinta prórroga del estado de alarma también tan solo unos minutos antes de conocer por la prensa el acuerdo del Ejecutivo con EH Bildu, enmarcaba esa negociación de PSOE y Unidas Podemos con el partido independentista que se produjo a sus espaldas “dentro del pacto de legislatura para el sostenimiento del Gobierno Frankenstein”, término despectivo con el que las derechas suelen referirse a la pluralidad de fuerzas que respaldaron la investidura de Pedro Sánchez.

Escucha “Edmundo Bal evita valorar el acuerdo entre Gobierno y Bildu: ”Nosotros ayer votamos pensando en el confinamiento como único remedio“” en Play SEREl portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, indicaba en una entrevista en la Cadena Ser que su partido llevó a cabo su propia negociación con el Gobierno sobre las condiciones para apoyar la ampliación del estado de alarma quince días más. Y pese al malestar que generó en su partido el acuerdo con EH Bildu, Bal afirmaba que la formación que preside Inés Arrimadas seguirá hablando con el Ejecutivo para consensuar nuevas medidas en el futuro.

En la tarde del jueves, Bal publicaba un tuit en el que elevaba el tono contra el Gobierno: “Pactar con Bildu, que no condena la historia criminal de ETA, es una inmoralidad sea cual sea el contenido. Pero además este espectáculo del Gobierno daña la imagen de España y genera una incertidumbre inmensa en los ciudadanos. No se puede jugar así con el futuro del empleo”.

Desde el PNV, el otro partido cuyo apoyo fue imprescindible para sacar adelante la prórroga ante el 'no' de PP y Vox, evitan valorar el pacto entre el Gobierno y EH Bildu, si bien siempre se han mostrado contrarios a una derogación total de la reforma laboral. Los nacionalistas se quedaron fuera del acuerdo a pesar de compartir el Ejecutivo de Euskadi con los socialistas.

Además, el entendimiento con el Ejecutivo permitió anotarse un tanto y ganar influencia a nivel estatal al partido de Otegi, rival electoral directo del PNV, a apenas un mes y medio de que se celebren las elecciones autonómicas vascas del próximo 12 de julio. Fuentes de la formación nacionalista vasca consultadas por eldiario.es confirman que ni el Gobierno ni EH Bildu contactaron con el PNV para informarle del acuerdo. “Lo que ahora toca es que se aclare en qué consiste”, zanjan esas mismas fuentes, que tampoco aclaran si el pacto cambiará en algo su relación futura con el Ejecutivo y con el PSOE.

Lo cierto es que Pedro Sánchez necesita tanto a Ciudadanos como al PNV para seguir manteniendo el estado de alarma si finalmente se plantea solicitar al Congreso el aval para nuevas prórrogas más allá del 7 de junio, lo que podría verse dificultado ante el malestar que ha generado en esos dos aliados el acuerdo de PSOE y Unidas Podemos con EH Bildu, del que se enteraron por los medios y justo después de votar a favor del Gobierno en el Parlamento.

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