Lunes de cuchillos en la derecha

Inés Arrimadas es la favorita para suceder a Albert Rivera como presidenta de Ciudadanos. Lo sabe todo el mundo. Lo sabe también Francisco Igea, que aún no ha anunciado que se presentará a las primarias, aunque lo hará muy pronto. Por alguna razón que no conocemos, Arrimadas piensa que no puede limitarse a esperar a que arranque la campaña, y así el lunes pasó a la acción. Aprovechó una visita a Valladolid para tener una conversación con Igea delante de las cámaras. Esto último es el detalle importante. Estas cosas no ocurren de forma imprevista. Hay que prepararlas.

Antes de nada, veamos qué se dijeron. Fue Arrimadas quien más habló. ¿Todo listo? ¿Está todo el mundo grabando? Acción:

Inés Arrimadas: “Hemos hablado muchas veces en privado. Tengo las llamadas, los whatsapps, nos hemos reunido, he hablado con tu equipo, estamos en contacto permanente...”.

Francisco Igea: “Tú sabes las llamadas que hemos tenido, los whatsapps que hemos tenido”.

IA: “Sí, sí, lo tengo todo. Por eso te digo”.

FI: “Podemos hacerlas públicas. Yo no tengo ningún problema”.

IA: “Por eso, como hemos hablado muchas veces en privado y vamos a seguir hablando en privado todas las veces que quieras, te invito a que hagamos un coloquio delante de la militancia para que sea la militancia la que decida, y no nos repartamos ahí en un despacho...”.

FI: “Nadie ha pretendido repartirse nada en un despacho porque, como tú bien sabes, he dicho de manera reiterada que no quiero nada de reparto”.

IA: “Pero en tu equipo... integración en la...”.

FI: “Nadie ha hablado de integración. Lo sabes. Y yo, si quieres que hagamos públicas nuestras conversaciones, lo podemos hacer”.

IA: “Como hemos tenido muchas veces conversaciones en privado, hemos estado reunidos en mi despacho, dos horas, hemos hablado los equipos, a partir de ahora cuando presentes la candidatura, hacemos un coloquio delante de los militantes”.

FI: “Estoy dispuesto naturalmente...”.

IA: “Y que sean los militantes los que decidan”.

Lo tengo todo, decía Arrimadas. Luego, le dio dos besos a Igea intercalando algunos elogios sobre su papel como vicepresidente de Castilla y León.

“I know it was you, Fredo. You broke my heart”. Sé que fuiste tú, Fredo. Me rompiste el corazón.

Afortunadamente, Arrimadas no le plantó un beso a Igea en la boca agarrándole la cabeza con furia, como Michael Corleone a su hermano Fredo. No había que llegar tan lejos. Sin duda, fue todo un espectáculo para los periodistas que estaban al lado. Igual alguno no se creía la suerte de tener la noticia tan cerca. No era una casualidad.

Unas horas más tarde, Igea contó en la Cadena SER cómo se llegó a esa situación. “Si algo llevo mal en política es la deshonestidad. Me ha hecho salir delante de los medios para hacer esta escena”.

Rebobinemos. Arrimadas es la portavoz parlamentaria del partido, pero aún no ha sido elegida presidenta. Eso no le ha impedido promover un pacto con el PP para formar candidaturas conjuntas en las elecciones autonómicas de este año. Lo ha hecho con el apoyo de la gestora, que ha dado cobertura a sus movimientos y negociaciones con el partido de Pablo Casado. La gestora no ha sido elegida por los militantes, pero se considera con legitimidad suficiente para poner en marcha un giro estratégico de gran importancia. En realidad, lo que tiene es poder, pero estos conceptos tienden a confundirse cuando se tiene prisa.

Antes de que empiecen las primarias y con esta actuación pasivo-agresiva en Valladolid, Arrimadas ha plantado la idea con la que sostener que lo que quiere Igea es un puesto en la dirección futura del partido y que lo ha estado mendigando en esos contactos vía llamadas o mensajes de texto. Igea lo niega.

Si aparecen los whatsapps durante las primarias, ya sabemos de dónde vienen.

Algo más al norte, en Vitoria, Alfonso Alonso presentó su dimisión como líder del PP vasco. No tenía más opciones después de que Casado cortara de raíz sus discrepancias con él por la candidatura conjunta con Ciudadanos y lo hiciera cortándole la cabeza en la lista electoral para las autonómicas.

En su lugar, sacó de la jubilación anticipada a Carlos Iturgaiz, que se apresuró el lunes a dar varias entrevistas con el fin de exponer sus prioridades. Hay que acabar con el “Gobierno fasciocomunista” (sic) y “van a defender muchas de las cosas que defienden ellos” (por Vox). Sobre Abascal, sólo tiene cosas buenas que decir: “Santiago es un hombre estupendo, una magnífica persona”.

Alonso se despidió emocionado de los dirigentes del PP vasco y no quiso hacer sangre en sus comentarios a los periodistas: “Es mi último día. ¿Para qué voy a meterme en estas cosas? No puedo entrar en eso”. Lo cierto es que sí entró, pero de forma delicada. Dijo que “un proyecto político para el País Vasco tiene que surgir y nacer dentro de la sociedad vasca”, se supone que sin dedazos desde Madrid. Aceptó que quizá se haya producido “una colisión entre dos maneras de entender la política, el funcionamiento del PP, e incluso dos formas de entender España”.

Es posible que Casado esté de acuerdo con esta última frase. De ahí que haya ordenado la ejecución política de Alonso. El espíritu de Aznar no exige menos.

El Partido Popular emitió después un comunicado de tres párrafos que dedicaba el primero a agradecer a Alonso los servicios prestados en 48 palabras.

Y así acabó este lunes de amenazas veladas, comentarios nada ambiguos sobre mensajes privados, dirigentes del partido decapitados y promesas de amor eterno desde el PP a Vox.

Ha habido muchas interpretaciones sobre la famosa foto de Colón y sobre si terminó perjudicando en la campaña de abril de 2019 al PP y Ciudadanos. Muchos en el PP creen que esa imagen y la campaña radical que se hizo en abril dañaron al partido e hicieron lo posible para que se corrigiera el rumbo en los comicios de noviembre. Creyeron que habían ganado esa batalla y ahora descubren que la guerra no había terminado aún y que acaban de perderla.

Con el fin de Alonso al frente del partido en Euskadi, la dirección del PP deja claro y cristalino que al que se oponga a la segunda temporada de 'La foto de Colón' le pasará un camión por encima. Y luego le dará las gracias por su gran aportación al partido. En no más de 50 palabras.