Rajoy afronta la moción de censura con cinco ministros reprobados y su credibilidad bajo mínimos
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afronta la moción de censura en su peor momento político, sin apoyo de ningún otro partido para sacar adelante leyes, con su credibilidad personal bajo mínimos y cinco ministros reprobados en el Congreso de los Diputados.
La sentencia de Gürtel que condena al PP por lucrarse de la organización criminal de Francisco Correa, Pablo Crespo y compañía ha sido el aldabonazo definitivo a un Gobierno que ya nació con muchas dificultades a finales de octubre de 2016 gracias a la abstención del PSOE y el voto a favor de Ciudadanos después de dos convocatorias electorales y de estar casi once meses en funciones.
El partido de Albert Rivera retiró su apoyo al PP la misma mañana en que se conoció la sentencia de la Audiencia Nacional y solo unas horas después de que el Gobierno hubiera salvado el escollo de los presupuestos, gracias precisamente al apoyo de Ciudadanos y el PNV. La aprobación de las cuentas prácticamente garantizaba a Rajoy su permanencia hasta 2020 -en caso de no tener apoyos bastaría con prorrogar los presupuestos en 2019- pero entonces saltó el veredicto de Gürtel que hizo saltar por los aires la legislatura con la moción de censura presentada por el PSOE y otra que se anuncia, si falla esta, de Podemos para convocar elecciones.
Mucho antes de que la Audiencia Nacional se pronunciase sobre el caso de corrupción más grave en la historia de PP, el Ejecutivo de Rajoy ya sobrevivía a duras penas. El presidente es el peor valorado de los líderes de los grandes partidos. Ganó las elecciones en junio de 2015 con un 3,35 y desde entonces no ha dejado de caer en el CIS. En el último barómetro difundido el pasado 8 de mayo obtiene un 2,59, por debajo de Iglesias (2,77), Sánchez (3,35) y Rivera 3,79).
Ninguno de los presidentes del Gobierno de la democracia ha tenido una valoración peor. Solo Zapatero en el peor momento de la crisis estuvo por debajo del 3.
En estos dos últimos años la curva de intención de voto del PP se ha desplomado y ha pasado del 33% en las elecciones de junio de 2016, al 24% dos años más tarde.
En este tiempo cinco ministros han sido reprobados en el Congreso por distintos motivos. La última, la titular de Sanidad, Dolors Montserrat, este mismo martes, por el “incumplimiento grave y reiterado” del Pacto de Estado contra la violencia machista.
Antes de eso, la oposición había señalado al ministro de Justicia, Rafael Catalá, por su gestión del caso Lezo, en la que envió mensajes de apoyo al expresidente Ignacio González, cuando este ya estaba imputado por corrupción, y sus nombramientos polémicos que le llevaron a colocar al polémico José Manuel Maza, ya fallecido, al frente de la Fiscalía General del Estado, y en el puesto de jefe de Anticorrupción, a Manuel Moix, que tuvo que dimitir involucrado en diferentes escándalos a los pocos meses de tomar posesión.
Los titulares de Exteriores, Alfonso Dastis, y de Interior, Juan Ignacio Zoido, fueron reprobados por incumplir la cuota de refugiados impuesta por la Unión Europea a España y el responsable de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuando su amnistía fiscal fue declarada inconstitucional.
Los últimos debates en el Congreso han evidenciado la soledad del Gobierno. El martes en la comisión que investiga la contabilidad del PP, todos los grupos censuraron a la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
El futuro de Rajoy está ahora en manos del PNV. Sus cinco diputados tienen en su mano acabar con la carrera política del líder más longevo del Partido Popular.