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El juez concluye la investigación de la trama de favores en la Guardia Civil de Valladolid sin imputar a los mandos

Sede de la Comandancia de la Guardia Civil en Valladolid

Laura Cornejo

El Juzgado de Instrucción nº 1 de Valladolid ha concluido la investigación por la supuesta trama de pago de favores a un agente de la Guardia Civil de Valladolid investigado por cobrar de distintos empresarios, también investigados en el proceso judicial, a quienes, aprovechándose de su condición de servidor público, habría facilitado información y favorecido con gestiones en diferentes organismos.

El auto hecho público por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León trasforma las Diligencias Previas en Procedimiento Abreviado, pone fin a la fase de instrucción y abre la de preparación del juicio. En el mismo, el magistrado considera que existen indicios suficientes para juzgar al guardia civil y a otras 10 personas, que habrían entregado dinero y regalos a cambio de favores relacionados con “la difusión y acceso a datos de carácter reservado, asesoramiento sobre procesos por multas, ayuda en los recursos con conductor falso, recepción y aprovechamiento propio de regalos externos, dinero por las ayudas que ofrecía, sin perjuicio de su inexistencia real en algunos casos, entre otros actos menores”. Los delitos que se contemplan son los de revelación de secretos, cohecho, falsedad, estafa, tráfico de influencias y prevaricación.

En la misma resolución, notificada este viernes a las partes, el juez acuerda sobreseer la causa contra ocho personas por entender que, tras las diligencias practicadas, no se han hallado indicios de su participación en los hechos objeto de investigación. A este respecto, el auto alude a “actuaciones de compañeros de J.C.C. que pudieron estar convencidos de la licitud en la actuación del citado, familiares, y terceros, en este caso alguno de los empresarios, sobre los que sólo se ha comprobado indiciariamente la existencia de detalles o agradecimientos no cuantificables”.

Panceta para el coronel

El documento recoge alusiones a mandos de la Guardia Civil en las negociaciones realizadas por el agente encausado. Sobre ello, el auto subraya que “las menciones a altos cargos de la Guardia Civil de Valladolid, León o Alicante eran de cuenta del citado, aunque los afectados no tuvieran conocimiento de la utilización de sus nombres y cargos en los comportamientos de J. C. C. sí se beneficiaron, o creyeron serlo y así actuaban”, los diez empresarios contra los que se acuerda continuar el procedimiento.

Así, el juez no toma en consideración las intervenciones telefónicas, cuyas transcripciones ha publicado eldiario.es, en las que el guardia imputado agradecía a uno de los empresarios lo que había hecho “por la mujer del teniente coronel”. En concreto, dijo: “Que te debo mucho, macho, sólo lo que has hecho con la mujer del teniente coronel, no me jodas”. En las declaraciones prestadas durante la instrucción no se preguntó a qué se refería con esta frase.

Tampoco se ha imputado a otro guardia civil que, en colaboración con el investigado, participó en un engaño a un empresario que se saldó con la obtención regalos. El hombre tenía un problema con Hacienda y los dos guardias maquinaron una llamada en la que el segundo se hace pasar por funcionario de la Agencia Tributaria. Antes, el imputado le pide que diga que a ver qué tal se porta después con su amigo. “No digas vino ni nada, y a ver qué nos da, que nos manda cuando vaya yo en semana santa y lo traemos […] ya se lo recuerdo yo, y que nos dé una caja de Carraovejas o de Arzuaga, o unos aceites que tiene él o cosas ¿vale?”. La conversación se desarrolló como habían acordado y con la coletilla final del falso funcionario: “Ya le puedes decir a tu amigo que tenga un buen detalle contigo, que, venga, un saludo”.

Sí hubo “detalle”. Ese mismo día, el empresario volvió a la Comandancia “con el coche lleno” de gambas y panceta ibérica. Según contó después el agente a su hermano, les pilló el Coronel: “La de dios, el coche lleno, encima viene el Coronel, que se ha presentado y me ha pillado”. En otra llamada se comprobó cómo terminó regalando la panceta al Coronel.

En otro pinchazo, se citaba a dos mandos que, supuestamente, podrían facilitar la adjudicación de obras en cuarteles de la Guardia Civil. El juez no descarta que podría haber intervenido para beneficiar a un constructor con la adjudicación de un contrato para la realización de unas obras en la Comandancia de la Guardia Civil de León, pero suscribe este posible delito sólo al guardia, no a los mandos a los que menciona.

Las diligencias se originaron en 2018 a raíz de unas intervenciones telefónicas autorizadas en otra investigación, la 'Operación Rosado' contra el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales en Valladolid, Zamora y Cuéllar (Segovia), que se saldó con la detención de casi medio centenar de personas, entre las que figuran el guardia civil y algunos de los investigados en el procedimiento por las prebendas entregadas al mismo.

Las conversaciones intervenidas durante 2017 y 2018 en el marco de la investigación de dicha operación, permitieron descubrir otras actividades supuestamente delictivas del agente de la Benemérita y de otros arrestados. Actividades que se han investigado en un procedimiento judicial distinto, abierto por delitos de revelación de secretos, cohecho, falsedad, estafa, tráfico de influencias y prevaricación administrativa.

Según recoge el auto, el guardia civil influía o decía influir a cambio de dinero y regalos en diversas administraciones, autoridades y funcionarios para obtener beneficios para quienes acudían a él, realizando gestiones “incompatibles con su condición” de agente de la autoridad.

Las grabaciones, señala el juez en la resolución, reflejan “la potestad de la que hacía gala J. C. C. frente a terceros de intervenir en distintos expedientes sancionadores y en gestiones varias incompatibles con su condición, sin perjuicio de que realmente pudiera tener dicha capacidad” y de que realmente realizara las gestiones que aseguraba haber realizado y por las que habría percibido una compensación.

“Eran milongas”

Tal y como publicó este diario, el imputado aseguró al juez que lo que se oye en los pinchazos telefónicos no eran más que “milongas” para conseguir información sobre “un grupo de mafia rusa”.

El instructor mantiene que existen indicios de que el guardia civil, valiéndose de su condición de servidor público, accedía a bases de datos de carácter reservado y facilitaba dicha información a terceros; consultaba antecedentes penales de personas sobre las que no estaba realizando ninguna investigación como agente de la autoridad y “vendía” esos datos a otros, llegando, en algún caso, a asegurar que había favorecido a una persona en un juicio pagando a un funcionario para eliminar tales antecedentes en la hoja histórico penal.

Además, de la investigación realizada hasta ahora, se desprenden indicios de que el agente alteraba expedientes sancionadores por infracciones de tráfico a quienes recurrían a él tras haber sido multados por circular con exceso de velocidad. Para ello, facilitaba identidades de conductores que no se correspondían con los infractores y tramitaba desde su propio puesto de trabajo los pliegos de descargo.

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