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Rajoy y Rubalcaba dibujan dos Españas opuestas

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se dirige al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el debate sobre el estado de la nación. / Europa Press

Gonzalo Cortizo

El cara a cara entre Rajoy y Rubalcaba se ha vuelto a convertir en un juego de reproches constantes y de discursos instalados en dos realidades paralelas. Ambos líderes han dibujado durante el debate del estado de la nación dos retratos de España sin puntos en común, dos realidades opuestas. A Rajoy le ha pasado factura su exagerado optimismo, desgranado en la intervención de la mañana. Rubalcaba se lo ha hecho notar arrancando su turno preguntándose, “¿en qué país vive usted, Sr Rajoy?”. El presidente, con evidente ironía, ha contestado al socialista recriminándole que su intervención “no ha sido la alegría de la huerta. No le he visto optimista. En situaciones menos complejas no eran esos sus planteamientos”. A partir de ahí, ambos dirigentes han vuelto a bailar el baile de las herencias recibidas, refiriéndose el popular a los últimos años del gobierno de Zapatero y el socialista a los derechos conseguidos en democracia y que ahora se evaporan por la acción del Gobierno.

Al igual que en el debate del año pasado, Rajoy ha adoptado la estrategia de ser él quien hiciese las preguntas intentando llevar a Rubalcaba al rincón de explicar las medidas más discutidas de los últimos años del Gobierno socialista. “El mayor recorte social han sido los 3.400.000 parados de la legislatura 2008-2010”, le espetó Rajoy a Rubalcaba en varias ocasiones. Más allá del ecuador de la legislatura, el presidente sigue aferrado a la estrategia de la herencia recibida para justificar la dureza de sus políticas. Rajoy ha defendido su derecho al optimismo, al tiempo que ha recriminado los momentos en los que ese optimismo llegó de quien ahora está en la oposición. Con una sucesión constante de referencias a la hemeroteca, el presidente ha parecido querer disputarle a su contrincante la posesión del verdadero brote verde.

Como respuesta, Rubalcaba le ha preguntado a Rajoy “¿de qué presume?” para desgranar opciones posibles de respuesta como las que siguen: “De los profesores que ya no están, de los médicos que no trabajan, de las urgencias hechas un desastre, de las ayudas que ha quitado a las familias, de los recortes en dependencia...”. En respuesta al recurso de usar la hemeroteca, Rubalcaba ha recuperado un artículo firmado por Rajoy en Faro de Vigo en 1983. En aquel artículo, Rajoy afirmaba que “los hijos de buena estirpe son esencialmente mejores” y Rubalcaba lo ha usado para señalar que desde el Gobierno, el político gallego ha usado la hoja de ruta marcada por aquella idea para ahondar en las diferencias entre ciudadanos en función de su origen.

Rubalcaba ha pretendido una interpretación amplia de las cosas, al afirmar que los derechos que ahora se recortan se han ido consiguiendo con esfuerzo a lo largo de la democracia y siempre con el impulso de su partido. Rubalcaba ha revindicado la sanidad y educación públicas, las pensiones dignas o el derecho al aborto como “la herencia que ustedes se están cargando”. Según Rubalcaba, el PP está utilizando la crisis como coartada “para hacer lo que siempre quisieron hacer y no se atrevieron”.

Frente a estas acusaciones, Rajoy respondió acusando al líder de la oposición de no aportar “ni una razón, ni un argumento, ni un dato”. Inasequible al desaliento, el presidente ha insistido en que la única manera de luchar contra la pobreza es “la creación de empleo y el crecimiento económico” para asegurar que ese crecimiento es ya una realidad palpable y que ofrece motivos para el optimismo.

Si ha habido algún acercamiento entre ambos ha sido en torno al tema catalán. Tras un discurso duro y centralista por parte de Rajoy, Rubalcaba ha ofrecido una mano tendida para acometer una reforma de la constitución desde una perspectiva federal. Una vez más, Rajoy ha preferido no contestar.

'Catenaccio' parlamentario

Un año más, no ha habido debate entre Rubalcaba y Rajoy. El popular, experto en la materia, lo ha impedido y apenas ha entrado a lo trapos que Rubalcaba le ha ido mostrando. En varias ocasiones, el socialista exigió que el presidente se posicionase sobre la ley del aborto que prepara su gobierno pero Rajoy optó por hacer oídos sordos al planteamiento. Rajoy encara el primer tramo del debate con la firme intención de no tocar el espinoso asunto que Gallardón le ha llevado a la mesa del Consejo de Ministros.

“Las mujeres españolas no le necesitan a usted de tutor”, le espetó Rubalcaba. “Usted le está diciendo a las mujeres que se acabó la fiesta de la emancipación”, insistió el socialista. Ni por esas. Rajoy no pronunció la palabra aborto. Prueba de su intención de no entrar al debate ha sido el recurso a texto escrito del que Rajoy siguió haciendo gala durante réplica y dúplica.

Corrupción en el PP

Sin ambages, el portavoz socialista ha acusado al PP de llevar dos décadas instalado en la financiación irregular. Ha sido el único momento del debate en el que ha habido una referencia expresa a Luis Bárcenas y al actual domicilio de quien fuera gerente de Génova 13 , encarcelado en Soto del Real. En esa línea, Rajoy ha tenido que escuchar como Rubalcaba le premiaba su maestría en contabilidad. “Usted puede presumir de contabilidad, pero de contabilidad en B”, le soltó el socialista. Rajoy, como en otros momentos del debate, prefirió no recoger el guante y evitó también el debate en este punto.

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