Pedro Sánchez acude a Moncloa sin una postura cerrada sobre la reedición del 155
Pedro Sánchez acude a Moncloa para reunirse con Mariano Rajoy y “encarar” la situación que se abre en Catalunya tras la investidura de Quim Torra, aunque no tiene una posición cerrada sobre la hipotética reedición del 155. El PSOE se ha mostrado abierto a apoyar “sin complejos” una nueva activación de ese precepto constitucional que conlleva la intervención de una autonomía, aunque no concreta en qué condiciones lo respaldaría.
El líder socialista fue quien tomó la iniciativa de ese encuentro al ponerse en contacto con el presidente del Gobierno. En la dirección se esfuerzan por exhibir la condición de jefe de la oposición de Sánchez ante el auge de Albert Rivera. “La reunión de mañana no tiene orden del día ni detalle –expresó el secretario de Organización, José Luis Ábalos, al anunciarla–. Hay que contemplarlo como normal entre el presidente y el líder de la oposición que van a abordar un desafío importante y considerable como el que se produce en Catalunya”.
La respuesta es prácticamente idéntica al preguntar en Ferraz sobre los motivos por los que Sánchez ha buscado ese encuentro. “Es el líder de la oposición y habla con el presidente”, contestan fuentes oficiales del PSOE. Sin embargo, Rajoy ha contraprogramado al socialista con un encuentro con Albert Rivera este jueves. “Con él lo hace en calidad de socio del gobierno”, apostillan los socialistas.
Rivera defiende una posición clara con respecto al 155 en Catalunya y ha exigido a Rajoy que lo prolongue. Sin embargo, en el PSOE se muestran dispuestos a brindar su apoyo al Gobierno en una nueva intervención de la Generalitat, pero no concretan en qué “supuestos”. “Nadie sabe lo que puede llegar a pasar”, expresan fuentes socialistas.
“No tenemos ninguna idea”, ha admitido el número tres del PSOE sobre la letra pequeña del nuevo acuerdo del 155 que podría ponerse en marcha ya que los socialistas admiten que no podría tener como objetivo la convocatoria de nuevas elecciones, como sucedió en la anterior ocasión. Tampoco ha especificado en qué situaciones apostarían por la puesta en marcha de la “respuesta constitucional”.
“En la medida en que no sabemos los supuestos en los que pueda incurrir que promuevan, que hagan exigible, la aplicación del 155... habrá que verlos. En función de esos hechos merecerá un tipo de respuesta, pero es impredecible”, contestó Ábalos.
El PSOE tampoco ha querido pronunciarse sobre las posibles exigencias que Sánchez pondrá sobre la mesa de Rajoy. En su negociación en otoño, el líder socialista arrancó al presidente su compromiso de abrir el debate de la reforma constitucional. “El PSOE siempre que se ha visto con el presidente ha requerido iniciativas políticas que vayan mas allá de las propuestas de intervención. En ese sentido redundarán. El conflicto tiene que encontrar alguna salida política”, se limitó a resumir Ábalos.
Sánchez, jefe de la oposición, mientras Cs crece
En Ferraz dan importancia a que Sánchez se vea con Rajoy en calidad de jefe de la oposición en un momento de auge de Rivera en las encuestas. En la dirección socialista insisten en que Ciudadanos está hinchado por una “apuesta” de los poderes y tratan de desdeñar al partido de Rivera recordando que a día de hoy es la cuarta fuerza política en el Congreso.
No obstante, el crecimiento de Ciudadanos inquieta a los socialistas. Algunos sectores del partido creen que se ha ganado una parte del tradicional electorado socialista por su contundencia ante el conflicto en Catalunya y reclaman una posición más dura del PSOE.
Ese endurecimiento se ha percibido ante la investidura de Torra y la defensa “sin complejos” de una posible reedición del 155: “La primera vez que pones en marcha el 155 lleva acompañadas muchas prevenciones porque no se había utilizado nunca esa experiencia. Ahora sí hemos pasado por esa experiencia. Cuesta más la primera vez que la segunda. Volver a colaborar, o a apoyar, o ratificar esa respuesta constitucional no nos constituye ningún esfuerzo”, sentenció Ábalos.
El PSC, que sufrió grietas ante el apoyo al 155, evita polemizar ante este respaldo anticipado de su partido hermano a su hipotética repetición; pero marca distancias. El primer secretario, Miquel Iceta, ha emplazado, eso sí, a los independentistas a “no volver a provocar el 155”. “No parece que vayamos a una nueva etapa. Habrá gesticulación y algún gesto de desobediencia a ser posible sin consecuencias”, pronosticó en el pleno de investidura.