Rajoy acepta que se equivocó con Bárcenas, pero obvia sus papeles y los SMS
Rajoy sale al paso del caso Bárcenas con un somero “me equivoqué” y un duro y constante ataque a la oposición a quien acusa de usar el escándalo con fines partidistas. Con idéntica estrategia a la utilizada por el rey tras el escándalo de Botsuana, Rajoy ha dicho: “Me equivoqué. Lo lamento pero es así. Me equivoqué al mantener la confianza a alguien que ahora sabemos que no la merecía”, ha dicho el presidente del Gobierno como única asunción de culpa en el escándalo que mantiene a su partido al borde del colapso.
A partir de ahí, el presidente del Gobierno ha pasado al ataque en una primera comparecencia de apenas una hora de duración.
Según Rajoy, la pérdida de confianza con Bárcenas se produce cuando trascendió la existencia de cuentas millonarias en Suiza a nombre del extesorero. Hasta esa fecha, Rajoy relata que mantuvo su apoyo al extesorero ante las dudas que le generaba la instrucción del caso Gürtel.
El jefe del Ejecutivo se ha defendido de Bárcenas advirtiendo que las acusaciones del extesorero son “mentiras” que forman parte de su estrategia de defensa. “Ni a mí, ni a mi partido se nos podrá atribuir ninguna actividad ilícita”, ha dicho un Rajoy casi en términos idénticos a los que en su día utilizó para referirse a Bárcenas.
Lo que no ha explicado es por qué el Partido Popular pagó a Bárcenas hasta fechas muy recientes los abogados, el coche y la secretaria y le permitiera mantener un despacho en la sede de la calle Génova. Sobre los papeles de Bárcenas y lo que cuentan de la financiación ilegal del PP, se ha mostrado despectivo sin entrar en detalles: “Un renglón escrito al vuelo en un papel arrugado”. No se ha atrevido a hablar de los SMS que enviaba a Bárcenas y a su esposa para tranquilizarles y que no contaran lo que saben. No se ha referido a ellos en ningún momento en su primera intervención ante el pleno.
Durante su intervención, Rajoy ha negado sentirse obligado a comparecer por la presión de una posible moción de censura. En esta línea ha insinuado que ante la posibilidad de que esa iniciativa se presente ni siquiera tendría la obligación de dejarse ver por el Parlamento. Dicho de otro modo, Rajoy le ha dicho a Rubalcaba que si finalmente presenta moción de censura no asistirá al debate y le encargará la tarea al portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso.
La economía ha ocupado buena parte de la intervención de Rajoy, momento en el que muchos de los periodistas acredidtados para el evento dejaban de tomar notas. Rajoy le preguntó directamente a Rubalcaba: “¿Por qué sabotea la confianza que se han ganado los españoles en los mercados? ¿Qué cosa tan grande espera obtener porque volvamos a la ruina?”. “Los que ven delitos con la misma facilidad que antes veían brotes verdes y prefieren no esperar a que se conozca la verdad porque les inquieta el riesgo de que la verdad no les guste, nos les convenga o no tengan tiempo político para conocerla”, le ha espetado al líder de la oposición.
El debate ha copado el interés de numerosos medios internacionales y ha movido a muchas embajadas a desplazar consejeros para seguir la sesión en directo. Las embajadas de Holanda, Gran Bretaña, Noruega, México y Andorra han preferido desplazar a su personal al Senado para ver “in situ” lo que podrían ver por la televisión.