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España arranca la vacunación contra el coronavirus

El primer paquete de vacunas Pfizer/Biontech recibido por el Gobierno español para la campaña de vacunación contra la COVID-19.

Marta Borraz / Raúl Rejón

26 de diciembre de 2020 18:34 h

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Nueve meses después de que la pandemia de COVID-19 estallara descontroladamente y cambiara nuestra forma de vivir y relacionarnos, España comienza la vacunación contra el coronavirus. Lo hará con una primera remesa de dosis de Pfizer/Biontech, la única de momento avalada por la Unión Europea, que han llegado a Guadalajara este sábado y que se distribuirán a todas las comunidades para arrancar la fase inicial del plan en las residencias de mayores, duramente golpeadas. Las primeras vacunas se pondrá a las 9.00 horas de la mañana de este domingo 27 en la residencia pública Los Olmos, en la ciudad castellanomanchega. Se administrarán al residente de mayor edad y a la trabajadora más joven del centro.

Aunque el hermetismo sobre el operativo ha sido casi total por razones de seguridad, las primeras dosis han llegado ya a este sábado a las instalaciones que Pfizer tiene en Guadalajara, donde técnicos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios las han recibido para su certificación. Un equipo de militares ha recogido las bandejas que corresponden a Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla para transportarlas a esos territorios por vía aérea, mientras el resto llegarán por carretera.

Tras esta primera distribución simbólica, desde el lunes habrá entregas semanales a los alrededor de 50 puntos habilitados por cada comunidad. En total recibirán 4,5 millones de dosis en 12 semanas, 350.000 cada siete días, con las que se prevé cubrir a 2,3 millones de personas -requiere dos dosis separadas por 21 días-. Es casi el total de personas de la primera fase, que se centrará en usuarios y trabajadores de residencias, sanitarios de primera línea, resto de sanitarios y grandes dependientes.

Después vendrán el resto de grupos, 15 en total, en otras dos etapas hasta verano y con el objetivo de alcanzar a la población general. Se trata de una vacunación inédita para la que nunca antes España ha requerido de un despliegue sanitario y logístico similar y que se ha anticipado a lo inicialmente previsto después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) adelantara su reunión para darle el visto bueno al 21 de diciembre.

Los planes de las comunidades

Las comunidades han organizado sus dispositivos para dar comienzo “al principio del fin para derrotar a este maldito virus”, en palabras del ministro de Sanidad, Salvador Illa. No se trata de una tarea sencilla. Las complejidades del suero de Pfizer hacen que se requiera de varias exigencias técnicas debido entre otras cosas a su conservación a bajísimas temperaturas, de entre -60º y -80º. Llegarán en neveras, con nieve carbónica, que podrán contener como máximo y en función de lo que se requiera hasta cinco bandejas con 1.000 viales cada una, es decir, con lo suficiente para 5.000 pinchazos. Su aplicación supone un reto también para los sanitarios que las administrarán, y que esta misma semana han pedido “formación específica” para ello.

La Comunidad de Madrid, que va a recibir cada semana 48.750 dosis, contará con dos centros receptores de la vacuna y tres ultracongeladores repartidos en dos almacenes. De ahí pasarán a los puntos de vacunación, donde habrá una persona responsable de su custodia hasta la administración. El domingo se comenzará a vacunar en tres residencias de la capital que han sido seleccionadas por su tamaño, y que acogen a un mayor número de personas. A Catalunya, donde empezará en una residencia de L'Hospitalet, se prevé que lleguen cada lunes 60.000 dosis que administrarán hasta 25 equipos de unas 500 enfermeras y administrativos.

Unas 16.000 son las que recibirá Euskadi cada semana. En Navarra, que empezará por una residencia de Pamplona este domingo, las dosis se almacenarán en un punto con ultracongelación desde donde diariamente se distribuirá, en recipientes isotérmicos de transporte especiales, a los puntos de vacunación programados para cada jornada. La Comunitat Valenciana comenzará con la primera remesa simbólica en en siete centros de mayores en las que no ha habido casos de coronavirus y desde el lunes 28 se recibirán 30.000 dosis a la semana.

Según Sanidad el reparto será “equitativo” y en función de la población diana, es decir la que se prevé vacunar en la primera fase, y no de la total. La Región de Murcia ha informado de que dispondrá de 12.675 dosis semanales, una cantidad ligeramente superior a la de Aragón (12.000), que almacenará las vacunas en un único punto, el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Allí habrá dos ultracongeladores, de los que partirán a los centros de salud “a través de tres rutas urbanas en la ciudad de Zaragoza y de otras 15 rutas en el resto del territorio”, según ha informado el Gobierno aragonés.

En Andalucía se vacunará en 45 centros de salud y 37 hospitales compuestos por 177 equipos, pero 73 de estos serán móviles para trasladarse a las residencias en esta primera fase. Galicia, por su parte, ha dispuesto que un equipo de 200 enfermeras acudirá de dos en dos a cada centro de mayores y que este domingo, la primera en recibirla será una residencia de Santiago. Será en la capital donde habrá un único punto de almacenaje, en un centro logístico que distribuirá al resto de la comunidad las 18.000 vacunas que llegarán semanalmente, según las previsiones.

España se adentra así en una campaña de vacunación histórica. Y lo hace coincidiendo con una tendencia de casos creciente desde principios de diciembre -la incidencia acumulada ya supera los 250 casos por cada 100.000 habitantes- y en medio de las fiestas navideñas. Una situación epidemiológica lejos de lo ideal y que puede suponer algunas dificultades en cuanto a temas logísticos o de comunicación, pero no de fondo, según los expertos.

Un plan escalonado y progresivo

Lo que comienza este domingo es la primera fase de un plan que tendrá otras dos etapas generales que se alargarán hasta, por lo menos, junio de 2021. Ministerio de Sanidad, comunidades y expertos diseñaron una división por grupos que irán recibiendo la vacuna a medida que se reciban más dosis tanto de Pfizer como de los siguientes sueros que se autoricen: el más próximo será el de Moderna, que ya ha sido aprobado en EEUU y cuya evaluación por parte de la Agencia Europea del Medicamento se prevé el 6 de enero, y aún espera su proceso de revisión el de Oxford/Astrazeneca.

Los colectivos en los que se ha dividido a los 47 millones de la población española incluyen los mayores de 64 años, personas con patologías preexistentes, aquellas que trabajen en ámbitos cerrados, grupos socioeconómicamente vulnerables, trabajadores esenciales, docentes, población infantil, adolescentes y jóvenes a partir de los 16 años, adultos, grupos que vivan en áreas con brotes, embarazadas y personas con cierta inmunidad adquirida por haber sido positivas para el SARS-CoV-2.

La idea del Gobierno es llegar “al 100% de la población”, según dijo en su momento el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Con todo, la vacunación no será obligatoria como recoge expresamente la última actualización del plan. El director del Centro de Emergencia Sanitarias, Fernando Simón, ha comentado que la inmunidad de grupo puede conseguirse cuando el 70 o 75% de la población esté inmunizada, según experiencias previas. Un “horizonte” más cercano será en mayo, cuando Sanidad prevé haber vacunado a unos diez millones de personas, con lo que el control del virus no será total, pero sí bastante relevante.

Precisamente el pasado 21 de diciembre, el Centro de Investigaciones Sociológicas ofrecía un nuevo dato sobre la reticencia o disposición de los españoles a recibir las dosis ya inminentes. La tendencia ha cambiado en dirección más favorable en menos de un mes. El barómetro indicaba que los reticentes han bajado de suponer el 47% a casi la mitad: un 28%. Con todo, el plan de Sanidad es registrar los motivos de quienes rechacen ponerse la vacuna con el objetivo de adaptar sus campañas de comunicación y de priorización de grupos.

Más allá del inicio de la primera fase, la idea es que al incrementarse el flujo de llegada de sueros y desde más fabricantes, el ritmo de vacunación se acelere y que esa primera inmunidad de grupo esté construida para verano del año que viene.

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