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La incertidumbre por el Brexit amenaza al programa Erasmus+ a partir del curso que viene

Uno de los patios de la Universidad de Oxford.

Daniel Sánchez Caballero

Incertidumbre es la palabra. Nadie sabe qué va a pasar con las becas Erasmus+ con el brexit. Y la fecha límite del 29 de marzo se acerca. Una cosa sí es segura: pase lo que pase, los estudiantes europeos que se encuentran en el Reino Unido este curso podrán finalizar su estancia sin problemas. A partir de ahí, todo dudas.

Los escenarios posibles son dos: una salida sin acuerdo o un abandono pactado. El primer caso es el de la incertidumbre absoluta. Si Reino Unido deja la UE unilateralmente, la situación que parece más probable es que el programa Erasmus+, que centraliza las ayudas europeas y españolas, deje de aplicarse al menos hasta que se firmen acuerdos bilaterales entre Reino Unido y cada país.

Si hay acuerdo, la situación permanecerá invariable al menos hasta el 31 de diciembre de 2020, fecha en la que el Derecho europeo dejaría de aplicarse en las islas británicas, según han explicado diferentes expertos en la jornada El Brexit y las Universidades españolas, organizadas por la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades Españolas) en la sede de la Comisión Europea en Madrid.

“Dramático, pero no trágico”

Los diferentes expertos y responsables institucionales han coincidido apelar a la prudencia ante la situación que se puede crear, que será “dramática, pero no trágica” en el peor de los casos.

Según los cálculos de la CRUE, en la actualidad hay unos 2.600 estudiantes españoles con una beca Erasmus+ en Reino Unido y otros 2.900 británicos residiendo en España en las mismas circunstancias. Para todos ellos, recuerdan, Londres y Bruselas han acordado que no les afecte la situación pase lo que pase antes del 29 de marzo, fecha límite para alcanzar un acuerdo (aunque la UE ha pedido a sus miembros que aprueben una prórroga). Concluirán su estancia sin novedad.

El problema se dará a partir del curso que viene, para los universitarios que pretendieran desplazarse a Reino Unido becados. Es un problema para el próximo curso, pero que hay que afrontar ya, porque las universidades están inmersas en el proceso de selección y adjudicación de becas para el 2019-2020.

Para ellos no hay respuestas. “No sabemos qué va a pasar”, repetían los responsables universitarios y ministeriales presentes en el acto. “La pelota está en el tejado del Reino Unido. Primero, ver si hay acuerdo o no. Y luego, si no lo hay, ver qué quieren hacer”, explican. A este respecto, Francisco Fonseca, director de la Representación en España de la Comisión Europea, recordaba que “si algo han dicho los británicos es que quieren seguir vinculados al programa Erasmus+”.

Pero en un escenario sin acuerdo, los españoles pasaríamos a tener una consideración de extranjeros en el Reino Unido, situación que dificultaría la estancia y realización de gestiones necesarias para el día a día y por supuesto el estudio, por ejemplo la posibilidad de abrirse una cuenta bancaria. Algunos países, como Noruega, recomiendan a sus universitarios que elijan otro destino si quieren estudiar fuera.

Erasmus+ no es movilidad

Pero los responsables universitarios también matizan: “Una cosa es estudiar allí y otra los beneficiarios Erasmus+”. Esto es, la movilidad sí está asegurada (a la espera de ver las condiciones en las que quedarían los europeos en el Reino Unido), lo que peligra es la ayuda económica (entre 250 y 300 euros al mes, según el país de destino).

Así, aunque entre los dos países hay unos 5.500 Erasmus+, sumando españoles y británicos, las movilidades ascienden a unas 9.000 (5.000 de salida y 4.000 de entrada), según Coral Martínez, directora del Servicio Español para la internacionalización de la Educación (SEPIE).

Un tercer grupo de posibles afectados son los españoles que se fueron por su cuenta a Reino Unido “a buscarse la vida y aprender inglés” y, una vez allí, decidieron formarse o seguir formándose. Gonzalo Capellán, consejero de Educación en la Embajada de España en Londres, explicó que en esa situación están unas 8.800 personas entre estudiantes de grado y de posgrado, que podrían verse perjudicadas.

Actualmente, estos estudiantes, en su condición de europeos, gozan de las mismas circunstancias que los locales: pagan un precio reducido por las matrículas y tienen la opción de acceder a ayudas. Un universitario sin beca puede estar pagando unas 9.000 libras (10.500 euros) por la matrícula, cifra que se puede hasta triplicar si el brexit se produce sin acuerdo y automáticamente pasan a ser extranjeros de un día para otro. En sentido inverso, los estudiantes británicos en España podrían tener que pagar hasta el 100% del coste de sus matrículas (los españoles pagan un máximo del 25%, según la comunidad autónoma).

Sin embargo, las universidades van realizando sus “planes de contingencia” para intentar paliar los efectos negativos de un brexit sin acuerdo, explican. A futuro, algunos centros tratarán de establecer acuerdos bilaterales con las universidades británicas para hacerse cargo de sus respectivos estudiantes mientras se negocia el acuerdo bilateral Reino Unido-España que ponga orden en la situación. Pero también admiten que tienen poco margen de maniobra: “Lo único que podemos hacer es intentar que estas relaciones científicas y de educación superior se vean lo menos afectadas que sea posible”, explicó Josep M. Garrell, rector de la Universitat Ramón Llull y miembro del Comité Permanente de la Crue.

Erasmus++ es uno de los programas más icónicos de la UE. Este curso hay unos 14.000 jóvenes de la UE de los 27 (incluidos estudiantes, estudiantes en prácticas de educación superior y de educación y formación profesionales, educandos jóvenes y personal educativo) en el Reino Unido con una beca y unos 7.000 británicos en la UE.

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