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La Eurocámara apuesta por una la ley europea ambiciosa para restaurar la naturaleza ante la degradación de los ecosistemas

El eurodiputado socialista César Luena, en el pleno del Parlamento Europeo, en Estrasburgo.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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El Parlamento Europeo va forjando su posición en torno a la directiva sobre restauración de la naturaleza, una ley europea que persigue recuperar biodiversidad perdida por la incidencia humana sobre el planeta. La Comisión Europea presentó su posición en el pasado junio, y el ponente de la posición de la Eurocámara, el socialista español César Luena (PSOE/S&D), acaba de terminar su informe, al que ha tenido acceso elDiario.es.

“La ley europea de restauración de la naturaleza es una iniciativa única a nivel mundial, que sitúa a la UE en la vanguardia de las políticas de restauración y que evidencia nuestro liderazgo de actuación para hacer frente a la grave crisis de pérdida de biodiversidad y de degradación de los ecosistemas. Unos ecosistemas saludables son la base de la vida en nuestro planeta”, explica Luena.

Su documento, que acaba de ser registrado en la Eurocámara, ahora pasará por la comisión de Medio Ambiente y, posteriormente, llegará al pleno de Estrasburgo. La futura ley será fruto de la negociación entra Comisión, Parlamento y los Gobiernos para acordar una posición conjunta.

“Como responsable de las negociaciones en el Parlamento Europeo, respaldo la visión de la propuesta de la Comisión Europea. No obstante, en mi informe introduzco algunos ajustes y presento varias mejoras que fortalecen la propuesta, incrementando el nivel de ambición de algunos de los objetivos, acortando los plazos para la elaboración e implementación de los planes de restauración de la naturaleza y mejorando la participación del público y de los sectores afectados en la elaboración e implementación de los mismos”, añade Luena.

En el texto del Parlamento Europeo, “se sube el objetivo general de restauración de la naturaleza, incrementándolo al menos al 30% de la superficie terrestre y marítima de la Unión. De esta manera se retoma la postura del Parlamento en este sentido”, explica su equipo. 

Además, se aumentan también algunos de los objetivos específicos. En el caso de los ecosistemas terrestres, costeros y de agua dulce, y de los ecosistemas marinos el objetivo del 90% de la propuesta de la Comisión es el mínimo exigible para alcanzar el buen estado de los ecosistemas, “lo que no impide aumentar el objetivo al 100% para 2050, dada la urgencia de la situación y la necesidad de acción”. 

“En la UE, el 86% de los hábitats y el 73% de las especies se encuentran en un estado deficiente o malo. La presión continuada sobre nuestro medio ambiente hace que éste sea cada vez menos resistente a los numerosos factores de estrés creados por la actividad humana. Lo que antes era el reto de las generaciones futuras se ha convertido en nuestro reto. Tenemos que actuar ahora para mejorar la salud de la naturaleza y reconstruir su capacidad de recuperación para garantizar nuestra calidad de vida, que depende de ella”, sostiene Luena.

El coste económico de la degradación de la naturaleza “es notablemente alto”, calculaba la Comisión Europea cuando presentó su propuesta: “El coste de la degradación del suelo de la UE, por ejemplo, supera los 50.000 millones de euros al año. Los beneficios de la restauración de la naturaleza, por el contrario, superan con creces los costes. La restauración de los ecosistemas marinos permitirá que las poblaciones de peces se recuperen, revertir la disminución de los polinizadores beneficiará a la agricultura y los bosques con mayor biodiversidad serán más resistentes al cambio climático”.

Otro ejemplo: los beneficios para la salud, la resiliencia económica, la recreación de la restauración de turberas, marismas, bosques, brezales y matorrales, pastizales, ríos, lagos y humedales costeros se calculan en más de 1,8 billones, con costes de alrededor de 150.000 millones.

Ecosistemas urbanos

En el informe redactado por César Luena, se aumenta el objetivo de cubierta arbórea en las ciudades (de 10% al 15%) y los objetivos de superficie nacional total de espacios verdes urbanos (del 3% y 5% para 2040 y 2050, al 4% y 6% respectivamente). Y en relación a los objetivos sobre turberas, los socialistas destacan que “se aumentan los objetivos de rehumidificación de las turberas drenadas de uso agrícola. En este sentido, para 2030, la mitad del objetivo del 30% de restauración de turberas de uso agrícola debe ser rehumedecida, en comparación con el cuarto de la propuesta de la Comisión; para 2040, dos tercios del objetivo del 50% de restauración de turberas de uso agrícola debe ser rehumedecida, en comparación con la mitad de la propuesta de la Comisión; y para 2050, dos tercios del objetivo del 70% de restauración de turberas de uso agrícola debe ser rehumedecida, en comparación con la mitad de la propuesta de la Comisión”.

En la UE, las turberas drenadas y degradadas representan aproximadamente el 5% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, por lo que su restauración es clave en nuestro camino hacia la neutralidad climática, explica su equipo. En relación a los ecosistemas agrícolas y forestales, Luena propone nuevos indicadores para medir la biodiversidad y se hacen ajustes a algunos indicadores para abordar la problemática de los incendios forestales y de los riesgos fitosanitarios.

El documento también incluye, en cuanto a los ríos de flujo libre, no sólo las barreras laterales y longitudinales, sino también las verticales y temporales, para dar mayor flexibilidad a los Estados miembros en su elección de barreras. “En relación con el principio de no deterioro y protección de áreas restauradas se afianza el mismo con un artículo sobre la continuidad de los efectos de las medidas de restauración a través de la designación de zonas protegidas o de la aplicación de otras medidas eficaces de conservación basadas en áreas, y se obliga a los Estados miembros a proteger estrictamente los bosques primarios y de crecimiento antiguo que se restauren”, explican los socialistas.

Para la financiación, el documento de Luena propone la creación de un fondo permanente específico para la restauración. En relación a los plazos, “y dada la urgente necesidad de que las medidas de restauración tengan un impacto en esta década, se proponen acortar los plazos para la presentación de los planes nacionales de restauración de la naturaleza, para su revisión, para la presentación de los primeros informes y para la evaluación de la aplicación del presente reglamento por parte de la Comisión”.

“Por último”, explican los socialistas: “un amplio apoyo público y de las partes interesadas a las medidas de restauración, así como su apropiación, es necesario para garantizar el éxito de la aplicación del presente reglamento. Por ello, se crea un artículo específico que aborda expresamente la participación pública, el acceso a la información pública y la sensibilización de los ciudadanos. A su vez, se aborda la necesidad de comprometer a los jóvenes y a que sean concienciados sobre la importancia de la biodiversidad y la restauración de la naturaleza a través de programas educativos y proyectos concretos”.

El eurodiputado socialista añade: “Restaurar nuestra naturaleza puede ayudar a reconstruir nuestros ecosistemas, restableciendo sus funciones y los bienes y servicios que ayudan a sostener nuestras sociedades y economías. La restauración de la naturaleza es un medio de conservar y mejorar la biodiversidad y la resistencia de los ecosistemas. La restauración no es un coste; es una inversión. Por cada euro gastado en restauración, recibimos entre 8 y 38 euros de retorno, ya que recuperamos servicios ecosistémicos que apoyan la seguridad alimentaria, la mitigación del clima, y la salud humana”.

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