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Dólmenes de Antequera: en el 'sprint' final de la operación Unesco

Los Dólmenes de Antequera se examinan este martes en París

Amalia Bulnes

Es la única apuesta española ante el sanedrín de la Unesco que debe decidir en un par de meses los nuevos escenarios –naturales e históricoartísticos- que se añadirán a la exclusiva lista de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. Una carta que, bien jugada, puede cambiar el futuro de un bien patrimonial y del entorno que lo cobija, tanto desde el punto de vista de visibilidad en el mapa cultural internacional, como en el incremento del turismo, y en las ventajas, ayudas –y exigencias- para su conservación.

Promovida por la Junta de Andalucía, pero elegida finalmente por el Ministerio de Cultura en el Consejo de Patrimonio Histórico de marzo de 2014, la candidatura del Sitio de los Dólmenes de Antequera –en su nomenclatura oficial- ha sido, en este año que ahora termina, una de las más mediáticas, mejor valoradas y bendecidas políticamente de las últimas que se recuerdan en el país, con el consenso de todas las administraciones políticas, tanto de la Junta de Andalucía –de quien depende el yacimiento- como del Gobierno Central –único con competencias para elevar la propuesta andaluza al órgano supranacional de la Unesco-.

Así las cosas, y a pesar de que las competencias corresponden al Gobierno andaluz, hay que reconocer el trabajo bien hecho por parte del nuevo equipo municipal antequerano, liderado desde el pasado mes de mayo por Manuel Barón (PP); así como por el grupo popular en el Parlamento Andaluz, que vio la oportunidad de llevar una Proposición No de Ley de apoyo a la candidatura antequerana ya en la primera Comisión de Cultura ordinaria de esta legislatura.

El nuevo Ayuntamiento de Antequera, como decimos, supo ver la oportunidad política, aprovechar el momento pre-electoral para seducir a Rajoy con su propuesta y orquestar una campaña mediática a nivel nacional (con fotos de cantantes, artistas en general y políticos –el presidente incluido- con el gesto de manos que simboliza el dolmen) que dio la vuelta a España este verano, apoyada por el grupo de comunicación ATresMedia, y con la que capitalizaron un proyecto que, sin embargo, debía venir avalado por la Junta de Andalucía y la Consejería de Cultura, en ese momento –el verano- en plena fase de desembarco del equipo de Rosa Aguilar y sin saber aún dónde poner el foco y hacia dónde dirigir sus políticas.

Unidad institucional

No obstante, más allá de buscar el enfrentamiento o recular en su posicionamiento, la Consejería de Cultura se ha amoldado a la campaña de la candidatura española del Sitio Dolmen de Antequera –bajo la responsabilidad, repetimos, del Gobierno Andaluz- con celeridad y buscando el consenso. Aprovechó el siguiente paso de la operación, la visita de Icomos a Antequera en octubre, para salir por fin en la foto y coger las riendas de una candidatura que había nacido, originalmente, en el seno de la entonces Consejería de Cultura y Deporte, liderada por Luciano Alonso en la pasada legislatura.

Así las cosas, el camino que queda por recorrer ahora lo marca ahora esa visita de expertos de Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), que valoran las candidaturas sobre el terreno (al modo de lo que ocurre en la selección de las ciudades que optan a ser sede Olímpica), y que han lanzado unas recomendaciones a la Junta de Andalucía para modificar el proyecto antes de la valoración final, que la tomará un jurado internacional de la Unesco en París (su sede) entre abril y mayo de 2016. El plazo para enviar la candidatura actualizada expira dentro de un mes.

Los expertos de Icomos han realizado cinco peticiones:

  • La modificación del proyecto del Museo del Sitio (se llama así a los centros de interpretación situados dentro de los conjuntos arqueológicos) para reducirlo a una sola planta, y disminuir así el impacto visual.
  • La futura incorporación en el espacio museístico de una exposición de la excepcionalidad del Sitio.
  • La protección del entorno del Tholos de El Romeral.
  • La elaboración de un Plan Especial para mitigar y amortiguar el impacto de la zona industrial anexa.
  • Despejar del entorno todo lo que entorpezca la línea visual del Dolmen de Menga hacia las Peña de los Enamorados.

“Vamos a responder desde la excelencia, el rigor y la calidad a todo lo que Icomos nos ha solicitado”, declaró la consejera Rosa Aguilar el pasado 3 de diciembre, en la última escenificación pública de unidad institucional en Antequera, con el alcalde de la ciudad, y el Delegado del Gobierno en Málaga.

El valor del reconocimiento

La declaración por parte de la Unesco de la catalogación Patrimonio de la Humanidad situaría a los Dólmenes de Antequera en el mapa de los grandes monumentos megalíticos del mundo, convirtiéndose en el primer bien de esta tipología declarado en la Europa Continental.

En la Lista Representativa con la categoría de Megalitismo del periodo neolítico han sido inscritos hasta el momento en la Unesco los Sitios de Newgrange en Irlanda, Las Orcadas, Stonehenge y Avebury en el Reino Unido y los Templos Megalíticos de Malta. Cuatro bienes con una abrumadora concentración en las islas británicas.

Dirigido por el reputado –y estimadísimo- arqueólogo Bartolomé Ruiz, el Sitio de los Dólmenes de Antequera lucha, a pesar de su excepcionalidad, su belleza y el plus que le concede ser el único de estas características en el extremo suroccidental del continente, contra un hándicap: el hartazgo (o “sobrerrepresentación”, en lenguaje oficial) expresado ya por la Unesco por candidaturas histórico-artísticas de la cultura occidental y, más concretamente, europeas.

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