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La consellera de Agricultura descubre que tiene un edificio de 1.750 metros vacío

La consellera Elena Cebrián y la alcaldesa de Almassora, Susanna Nicolau, en las instalaciones del centro tecnológico de frutos secos.

Adolf Beltran

No es solo un aeropuerto sin aviones lo que ha heredado el Consell de los años de gestión del PP. La consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, ha visitado este jueves un edificio que su departamento ha descubierto que tiene en el polígono Supoi de Almassora, en la comarca castellonense de La Plana. Se trata del centro tecnológico de frutos secos, que debería destinarse a la investigación centrada en la almendra y la aceituna pero que carece de personal y de dotación presupuestaria.

Un vigilante es todo lo que se ha encontrado Cebrián en su visita a las instalaciones, de 1.750 metros cuadrados de superficie construida, con vestíbulo, salón de actos, área administrativa, dos laboratorios y un aula, entre otras dependencias.

Cebrián, que ha estado acompañada por la alcaldesa de Almassora, Susanna Nicolau, de Compromís, se plantea ahora qué se puede hacer para dar utilidad a las instalaciones. Según los datos que ha recabado la Generalitat, el centro, cuyas obras se entregaron en julio, ha costado cerca de 2,5 millones de euros. La construcción corrió a cargo de la empresa pública Vaersa y otra empresa pública, Tragsa, fue la responsable de la asistencia técnica.

No es el primer caso con el que se ha topado el departamento de Agricultura. Hace dos semanas, la directora general de Desarrollo Rural, Maite Chàfer, visitó un centro similar en Carlet, dedicado a las frutas y hortalizas, con cinco laboratorios sin estrenar y que nunca se ha utilizado. En ese centro, que costó tres millones de euros y en el que el personal se reduce a algún técnico, hay deficiencias que el Ayuntamiento pidió a la Generalitat que exija a la constructora que se reparen.

“Hemos venido a comprobar las instalaciones y la falta de previsión, una síntesis de mala gestión, al final, de lo que es construir un centro, gastar un dinero público que ahora mismo no se puede utilizar porque no se ha contado con la dotación minima de personal ni presupuestaria, sin un programa de actuación para ponerlo en funcionamiento en condiciones. Más para un sector tan importante como el almendro y fruto seco”, ha comentado la consellera, que ha manifestado su propósito de “ver qué se puede hacer”.

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