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En Euskadi llueve dos veces

Un radar meteorológico destinado a observar la precipitación.

Eduardo Azumendi

En los montes de Euskadi cualquiera podría toparse durante una caminata con alguna estación meteorológica. Puede ser de Euskalmet, la agencia vasca, o de Aemet, la estatal. Las dos son públicas, ofrecen los mismos datos y hacen el mismo trabajo. ¿El mismo? No, según los responsables de Euskalmet, que defienden con ardor la necesidad de su existencia. Sin embargo, al ciudadano de la calle le resultará complicado convencerle de que no son lo mismo, de que el dinero público no se malgasta en duplicidades y de que Euskalmet no es un capricho autonómico.

La existencia de algunas agencias meteorológicas en comunidades como Euskadi, Cataluña o Galicia, junto a la estatal es uno de los ejemplos de duplicidad que el Gobierno central ha puesto sobre la mesa para evitar gastos innecesarios en las administraciones. Un informe del Ejecutivo prevé suprimir diferentes organismos de Euskadi para reducir gastos y evitar duplicidades. Y la agencia vasca de meteorología está en el punto de mira, al igual que los servicios de otras comunidades, como Cataluña y Galicia.

“No es un capricho”, asegura un portavoz del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, al que está adscrito el servicio. “Euskalmet es el único que ofrece un servicio de emergencias y meteorología integral, es decir, en el sistema de avisos se añade el grado de riesgo y peligrosidad. Esto significa que dos situaciones meteorológicas idénticas, en función de variables externas, como el horario, densidad de tráfico esperado, aglomeraciones, actos multitudinarios…, pueden presentar avisos o alertas diferentes en función de la peligrosidad de cada caso”.

Por eso, el Gobierno vasco sostiene que no puede hablarse de duplicidades con Aemet, “ya que la agencia española no realiza las tareas que desarrolla Euskalmet, como vigilancia, predicción, avisos enfocados a nuestro ámbito local y referidos a eventos específicos, limitándose exclusivamente a la predicción de los fenómenos sin entrar a valorar sus consecuencias”. El servicio vasco emplea a 30 personas y cuenta con un presupuesto de 2,5 millones de euros al año.

En cambio, Aemet defiende que solo debería existir un servicio meteorológico, ya que dispone de la infraestructura nacional que necesita “ineludiblemente” para prestar los servicios de apoyo a la aeronáutica y defensa nacional, que no presta Euskalmet“. Así, el resto de servicios que ofrece la agencia vasca los podría ofrecer Aemet de una ”manera mucho más económica“. Y remata: ”en los avisos meteorológicos de emergencias debe haber una única voz autorizada que, por homogeneidad y coherencia, debe ser la del Servicio Nacional“.

¿Mejores predicciones?

¿Mejores predicciones?En cuanto a si los pronósticos mejoran al tener una red muy densa de estaciones meteorológicas y que el conocimiento de un terreno muy pequeño redunda en una mejora de las predicciones, tal y como defiende el Gobierno vasco, los especialistas se apresuran a cuestionarlo. “Actualmente las predicciones meteorológicas se fundamentan en modelos meteorológicos de escala planetaria de libre disposición en Internet que nos permiten realizar una predicción fiable en cualquier parte del mundo a un plazo de tres días”, asegura Joseba Areitio, Físico del Aire y presidente de la Asociación Cultural Vasca de Meteorología Amillena

¿Qué agencia realiza los mejores pronósticos? Una pregunta que no tiene una respuesta clara, aunque Areitio recuerda las críticas recibidas por Euskalmet en diversas ocasiones desde que las inundaciones del río Gobelas en el 2008 pusieran al servicio en el ojo del huracán. “Una red de estaciones meteorológicas muy densa es también muy costosa, y para que sea totalmente útil debe cumplir los niveles de calidad impuesto por la Organización Meteorológica Mundial, que son bastante estrictos y que en el caso del País Vasco no se cumplen en muchas de las estaciones puestas en marcha por Euskalmet”.

Aunque el Gobierno central se empeña en suprimir servicios autonómicos, no le resultará sencillo. La Constitución establece que es competencia exclusiva del Estado el “servicio meteorológico”. Pero los estatutos de autonomía establecen algo muy parecido para las comunidades y a ello se aferra el Gobierno vasco. “La supresión de Euskalmet es una medida que requiere la anuencia de esta comunidad autónoma”, reitera el Ejecutivo de Vitoria en un intento de blindar su servicio, que “está volcado en suministrar la información relevante que pueda afectar a la protección civil sin olvidar, por supuesto, otros aspectos meteorológicos de interés”.

Esa “información enfocada a la seguridad de los ciudadanos” es el principal trabajo de Euskalmet, pero desde la Asociación de Afectados por las inundaciones del río Gobela no lo tienen tan claro. “Algo falla”, explican en su web, “cuando el pasado 2 de agosto se desactivó el aviso amarillo por tormentas a las 6:00 horas y a partir de esa hora potentes núcleos tormentosos afectaran a diversas zonas del País Vasco, con unas descargas y efectos que superaron, en muchas zonas, y ampliamente, los valores estimados para la emisión de un aviso amarillo e incluso una alerta naranja”.

El que tampoco ha querido dejar de opinar sobre la necesidad de dos agencias meteorológicas en Euskadi es el diputado general de Álava, Javier de Andrés, para quien es “la más clara” de las duplicidades que hay actualmente en Euskadi. Según De Andrés, Euskalmet fue una iniciativa que “en su día tomó el nacionalismo con una visión permanente de duplicar todo lo que era la Administración del Estado en vez de hacer una administración eficiente”. Esa es la cuestión: responder a las necesidades del ciudadano de una forma rápida, eficaz y sin derroches.

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