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Radiografía de la extrema derecha británica: dividida, imprevisible y violenta

Un manifestante de extrema derecha grita durante una marcha en Rotherham, Reino Unido / Andrew Mccaren

Ian Cobain

La extrema derecha ha resurgido con fuerza a lo largo y ancho de Europa, especialmente en Francia, Dinamarca y los Países Bajos, y todo parece indicar que puede empezar a cosechar victorias electorales en un futuro no muy lejano.

La situación de la extrema derecha del Reino Unido es muy diferente; está dividida, confundida, desanimada y sin un líder que pueda corregir el rumbo. Además, es muy imprevisible y, a veces, violenta. Ninguno de los partidos o grupos más visibles, como por ejemplo el Partido Nacional Británico o la Liga de Defensa Inglesa, predomina sobre los demás. Una veintena de grupos intentan captar la atención del público.

Algunos de estos partidos se presentan a comicios locales. Sin embargo, en los últimos años el UKIP (Partido para la Independencia del Reino Unido) ha ido ganando en popularidad y esto ha permitido que algunos ex simpatizantes del Partido Nacional Británico y de otros partidos de extrema derecha puedan votar a un partido que se declara contrario a la inmigración pero que no tiene mala reputación.

Algunos grupos de ultraderecha son partidarios de la llamada “acción directa”, como por ejemplo formar piquetes ante las mezquitas, irrumpir en los mataderos halal y acosar a los camareros de los restaurantes cuyos dueños son musulmanes. Otros prefieren organizar manifestaciones y marchas y protagonizar altercados con activistas antifascistas y, a menudo, con la policía.

Si se produce un altercado, el acto siguiente todavía a atraerá a más personas con ganas de pelea. Unos cuantos grupos han empezado a organizar cursos de artes marciales y campos de entrenamiento para aprender técnicas de supervivencia. En los últimos meses han aumentado los crímenes de odio. El comisionado de la policía metropolitana, sir Bernard Hogan-Howe, afirma que se ha producido un “incremento horrible” de este tipo de delitos.

Vuelta a los noventa

En muchos aspectos, el nacionalismo racista del Reino Unido recuerda al de finales de la década de los noventa, antes de que el Partido Nacional Británico fuera reorganizado por su líder, Nick Griffin. Tras asumir el control del partido en 1999, Griffin se libró de los políticos no profesionales, de los discursos agresivos y de las alusiones a Hitler. Los miembros canalizaron sus energías hacia un nuevo enemigo: los musulmanes y el Islam. Los activistas se sacaron las botas y se pusieron el traje, se dejaron crecer un poco el pelo y empezaron a ganar elecciones municipales. En 2009, el partido consiguió dos escaños en el Parlamento Europeo.

Ahora, la extrema derecha se encuentra en la misma situación que hace 20 años. Muchos grupos minúsculos de extrema derecha intentan tener visibilidad.

Muchos de estos grupos tienen miembros en West Yorkshire, donde vivía Thomas Mair, el asesino de la parlamentaria Jo Cox, si bien todo parece indicar que él no pertenecía a ninguno de estos grupos.

Paul Meszaros, coordinador en el condado del grupo antifascista Hope Not Hate (Esperanza en vez de odio) señala que “la situación de la extrema derecha en West Yorkshire no es muy diferente a la del resto del país, lo cual es inaudito ya que en el pasado fue el feudo del Partido Nacional Británico”.

A los veteranos de extrema derecha no les sorprende la mala racha; creen que es algo cíclico y que en el futuro volverán a tener más votantes.

Jim Lewthwaite, un exmiembro del Frente Nacional y exconcejal del Partido Nacional Británico indica que “es una situación cíclica y estamos como antes de 2001. La derecha está completamente fragmentada y pasiva, a la espera de que algo suceda”. “¿Recuerdan lo rápido que fue todo cuando por fin despegamos? Si UKIP pierde fuerza o algunos sectores importantes dentro del partido deciden apostar por una línea más dura, si algún líder de ese partido se acercara a nuestras posiciones o confiara en un líder de nuestro partido, no tendríamos que volver a formar nuestra organización”, afirma.

Y añade: “Tenemos a miembros con mucha experiencia que están esperando a que otros tomen la iniciativa. No han dejado de ser nacionalistas; no necesitan que alguien los vuelva a convencer. Simplemente han llegado a la conclusión de que ahora mismo no está pasando nada así que no tiene ningún sentido implicarse. Sí se implicarían si pasa algo que tenga un efecto dominó.

Lewthwaite y otros que piensan como él creen que si “pasara algo”, la extrema derecha volvería a ser una fuerza política coherente y activa en el país. Este “algo” incluye la comisión de atentados terroristas por parte de grupos islamistas. Mientras esto no sucede, la extrema derecha se encuentra en la siguiente situación:

Los partidos

En la actualidad, Lewthwaite es miembro del Partido Demócrata Británico, una ramificación del Partido Nacional Británico liderada por Andrew Brons. El político había militado en el Movimiento Nacional Socialista del Reino Unido, un grupo neonazi que ya no existe, y también había sido uno de los líderes del Frente Nacional.

En 2009 Brons, que se presentaba en las listas del Partido Nacional Británico, se hizo con un escaño al Parlamento Europeo por Yorkshire y Humber.

El Partido Nacional Británico atraviesa una profunda crisis. Vivió su mejor momento electoral durante las elecciones al Parlamento Europeo de 2009, en las que ganó dos escaños. En las elecciones generales del año siguiente, el partido consiguió 564.000 votos pero no consiguió ningún escaño y prácticamente quedó en la bancarrota.

En 2014, tras una serie de peleas internas cada vez más amargas, Griffin fue expulsado del partido. Lo acusaron de haber intentado desestabilizar el partido y de haber acosado a sus miembros; él lo niega. El partido asegura tener 3.000 militantes, pero parece una cifra un tanto exagerada.

El UKIP se apartó de su camino con el propósito de captar el voto de los simpatizantes del Partido Nacional Británico, ya que estos, al igual que los militantes de base del UKIP, no eran solo blancos. Eran hombres de una cierta edad y probablemente, pobres. El líder provisional del partido, Nigel Farage, afirma sentirse orgulloso de haberle arrebatado votos al Partido Nacional Británico. Indica que UKIP lo consiguió “saliendo a la calle y explicando a los votantes del Partido Nacional Británico que si estaban votando a ese partido porque se sentían frustrados, disgustados por los cambios de su comunidad pero que, al mismo tiempo, desaprobaban sus ideas racistas, lo que tenían que hacer era votarnos”.

Liberty GB, un partido islamófobo y antiinmigración fundado en 2013 presentó a tres candidatos a las elecciones europeas de 2014 y consiguió captar un poco más del 0,1% de los votos en el distrito electoral del sudeste de Inglaterra. Tras el asesinato de Cox, se presentó a las elecciones en Batley y Spen, ganando el 1% de los votos.

El Frente Nacional, creado en la década de los sesenta del siglo pasado y que en las elecciones generales de 1979 obtuvo casi 200.000 votos, es visto por muchos miembros de la derecha como un partido caduco, con muchas luchas intestinas y ocasionalmente, algunos puñetazos.

Los islamófobos

Britain First

Este partido fue creado cinco años atrás por exmiembros del Partido Nacional Británico. Su líder, Paul Golding, pertenecía al BNP. Se estima que solo tiene varios centenares de miembros pero, en cambio, ha sabido posicionarse en las redes sociales. Su página de Facebook tiene más de un millón y medio de “Me gusta”. 

La página web del partido fue registrada por Britain First Merchandise Ltd, una compañía que crearon Golding y su adjunta, Jayda Fransen con el objetivo de vender camisetas, gorras y sudaderas con el logo del partido. Parece ser que ninguno de los dos se percató de que en el Reino Unido es ilegal llevar uniformes de un partido; lo es desde que se aprobó la Ley de Orden Público de 1936 para frenar a los Camisas Negras de la Unión Británica de Fascistas de Oswald Mosley.

A principios de año, Golding y Fransen fueron detenidos. Encabezaban una “patrulla cristiana” cerca de Bury Park, en la localidad de Luton, en Bedfordshire, un barrio que tiene muchos vecinos musulmanes. Golding se declaró culpable y tuvo que pagar una multa de 540 euros. Por su parte, Fransen también fue acusada de haber atentado contra el orden público. Negó todos los cargos y afirmó que no había hecho nada ilegal. Fue condenada y tuvo que pagar una multa de 1.400 euros y otros 840 euros en concepto de costas judiciales.

La policía de Bedfordshire también obtuvo una orden judicial de alejamiento. Golding y Fransen no pueden regresar a Bury Park y no pueden entrar en ninguna mezquita o centro cultural islámico de Inglaterra y Gales.

Britain First defiende la prohibición absoluta del Islam. También quiere prohibir que los medios de comunicación utilicen la palabra “racismo” y propone dar dinero a las personas de “ascendencia extranjera” para que se vayan del país. Es partidario de lo que se ha llamado “acción directa”. Desde que les prohibieron entrar en las mezquitas, sus miembros han irrumpido en restaurantes que sirven carne halal y han colgado videos de estos altercados en la página web del partido.

El partido emitió un comunicado para condenar el asesinato de Cox y para negar categóricamente que Mair fuera uno de sus militantes. Algunos testigos habían afirmado que Mair gritó “el Reino Unido primero” antes de disparar. Golding no ha querido ser entrevistado por the Guardian para este reportaje.

Pegida UK

Fue creada por el fundador de la Liga de Defensa Inglesa, Stephen Lennon, que se hace llamar Tommy Robinson, y por Paul Weston, presidente de Liberty GB. Tiene como referente una organización alemana que promueve las protestas callejeras: Patriotic Europeans Against the Islamisation of the West (Europeos patriotas en contra de la islamización de Occidente). En febrero convocaron su primera manifestación, en una zona industrial de Birmingham, y consiguieron atraer a unas 200 personas.

La Liga de Defensa Inglesa todavía conserva varios centenares de simpatizantes, pero sus mítines ya no consiguen atraer a 2.000 personas, como ocurría en sus mejores tiempos. Dejó de ser un movimiento de protesta cuando Lennon decidió estudiar otras formas de protesta menos radicales y colaborar con Quilliam, un think tank que lucha contra el extremismo. Lennon terminó en la cárcel tras cometer un fraude hipotecario y Pegida UK lo ayudó cuando salió de prisión.

Los partidarios del saludo nazi

El último en llegar al sector más radical de la extrema derecha, de clara ideología nazi, es National Action (Acción Nacional). Lo crearon un grupo de estudiantes universitarios tres años atrás. Tiene unos cien miembros.

A lo largo de los últimos 18 meses, sus miembros han destruido monumentos judíos y han filmado estos actos vandálicos. También han organizado una serie de eventos que llaman “marchas de hombres blancos” en ciudades y pueblos del norte de Inglaterra.

El año pasado organizaron un evento que tuvo un final bastante cómico. Su idea inicial era recorrer las principales calles de Liverpool; una ciudad que según ellos se ha convertido en el “feudo de los rojos”. No consiguieron salir de la principal estación de trenes de la ciudad, ya que un grupo mucho más numeroso de detractores los rodeó y los atacó con frutas mientras cantaban: “raza superior, para partirse de risa”.

Lamentablemente, sus eventos no siempre tienen un final tan cómico. Algunas marchas que han tenido lugar en Liverpool y en otras partes del país han terminado en enfrentamientos y arrestos. Uno de sus miembros, Zack Davies, cumple una sentencia de cadena perpetua por intento de asesinato, tras atacar con un machete a un joven dentista. Explicó que lo atacó porque parecía asiático.

Desde la muerte de Cox, National Action tiene un nuevo eslógan: “Muerte a los traidores, libertad para Inglaterra”. De hecho, en su primera comparecencia judicial, Mair declaró que ese era su nombre cuando le pidieron que se identificara.

The Infidels (Los infieles), también son relativamente nuevos. Es una red de grupos regionales. Hope Not Hate asegura que está vinculada con el Frente Nacional y que se trata del grupo “más desagradable y criminal de la extrema derecha del país”.

Probablemente no tienen más de cien miembros, y la mayoría se encuentran en Lancashire.

Combat18, un grupo neonazi cuyo número 18 evoca la primera y la octava letra del alfabeto (la A y la H) en honor a Adolf Hitler, sigue existiendo 25 años después de su fundación. Hope Not Hate estima que tiene entre 20 y 30 miembros. Muchos integrantes de la extrema derecha sospechan de ellos por considerar que detrás de este grupo se encuentra una unidad especial de los servicios secretos.

Otros grupos minúsculos que forman parte del sector más radical de la extrema derecha son la Racial Volunteer Force (Fuerza Racial de Voluntarios), the British Movement (el Movimiento Británico), y Blood and Honour (Sangre y honor), una organización que promueve la música neonazi. También un grupo que se hace llamar the Misanthropic Division (La sección misantrópica).

El club gastronómico, los think-tank, los polacos y el editor

Uno de los grupos más extraños de la extrema derecha es el llamado “Los amigos de Oswald Mosley”, un club gastronómico integrado por Camisas Negras de la Unión Británica de Fascistas y su sucesor, el Movimiento Sindical.

Un portavoz tuvo la amabilidad de explicar a the Guardian la naturaleza de este club: “Estamos a favor del Islam, a favor de la Unión Europea, en contra de la supremacía mundial de Estados Unidos, somos anticapitalistas, estamos en contra de un estado socialista y a favor del sindicalismo”. Sin embargo, no quiso invitar a the Guardian a una de las cenas del grupo, alegando: “preferiríamos masticar botellas rotas que ayudaros a escribir vuestro último artículo demoledor”.

El IONA London Forum es uno de los pocos think-tank de extrema derecha. Sus miembros se reúnen regularmente en pubs y hoteles de Londres e invitan a oradores del extranjero; muchos de ellos, negacionistas del Holocausto. Jeremy Bedford-Turner, un exoficial del ejército, es el encargado de gestionar y organizar estos eventos.

Yorkshire y el Sur de Gales tienen foros parecidos. Lewthwaite indica: “la idea es que los nacionalistas convencidos pasan mucho tiempo en la calle, protagonizan enfrentamientos con la policía. Lo cierto es que nos parece un poco ridículo. El Frente Nacional no es así aunque tiene un sector que sí lo es. La mayoría de miembros del Frente Nacional piensan con la cabeza. Los nacionalistas que se lo toman más en serio no están en la calle sino participando en foros de debate”.

Algunos miembros del Narodowe Odrodzenie Polski (el Renacimiento Nacional de Polonia) viven en el Reino Unido. Estos skinheads polacos han participado en las “marchas de hombres blancos” organizadas por la Acción Nacional y acaban de lanzar una página web en inglés para los militantes y simpatizantes que viven en el Reino Unido.

Por último, también es destacable la Liga de San Jorge, que según la organización Hope Not Hate es “un grupo reducido, relativamente poco activo e irrelevante”. Se limita a publicar y distribuir libros fascistas, entre ellos: Hitler's Olympics ( las olimpiadas nazis), The Facts, We Marched With Mosley (Los hechos; nos manifestamos con Mosley), y el inolvidable That Bastard Churchill (Churchill, ese bastardo).

Traducción de Emma Reverter

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