La de Antonio de la Torre no es una nevera común. A falta de los habituales productos, de la comedia al drama, el actor malagueño ha añadido un personaje indómito y complejo, que centra una historia inédita en el cine español. La de un respetable y reputado sastre que canaliza su deseo sexual, literalmente, a través de la carne.
El principal culpable de este largometraje, Manuel Martín Cuenca, estuvo el miércoles en Sevilla para presentar 'Caníbal' a los medios de comunicación, que tuvieron la oportunidad de visionarla en el cine Alameda. Mañana se estrenará en las salas de toda España. Además de De la Torre, el director almeriense estuvo acompañado por la actriz rumana Olimpia Melinte y por Alfonsa Rosso .
“El reto era contar una historia de amor con la materia del mal”. La película, que tuvo su estreno mundial el pasado septiembre en el Festival de Cine de Toronto y compitió en San Sebastián, está inspirada en la novela del cubano Alberto Arenal, Premio Nacional de Literatura en su país y que ya cuenta con editorial interesada en publicar su novela en enero de 2014. “Me pareció una historia muy interesante, el canibalismo siempre ha sido un tema muy tabú. A diferencia de la novela, ambientada en la Cuba de los años sesenta, pensamos en que esta barbarie, esta historia criminal y de amor, podía suceder en cualquier otro sitio.
Y pensamos en Granada, un lugar muy hermoso para hacer una fábula contemporánea en forma de thriller, de historia de amor“. El director almeriense no quiso dejar pasar la oportunidad de agradecer ”a nuestra tierra, representada por la Junta de Andalucía y Canal Sur y Granada, que nos han ayudado a resolver los problemas que han surgido. Y eso es lo que necesitamos, que apoyen el cine andaluz“.
Construir un personaje indómito
“Manolo y yo hablamos de que no hubiera dado resultado hacer un personaje de este tipo entrando en los códigos de la novela, sobre la que hicimos bastantes cambios. Así que la faceta del depredador, del asesino, la descartamos”. De la Torre se acerca a Carlos desde dos ángulos: el reputado sastre granadino, bien considerado por la sociedad que le rodea, y por otro lado, el frío asesino incapaz de empatizar con los demás. “Hasta que siente la necesidad de afecto hacia una de sus víctimas. Siempre digo que la realidad supera a la ficción y yo intento hacer personas, no personajes. Y en la vida normal, parece que no pasan las cosas e intentamos taparlas”.
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