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Sobre este blog

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, constituida en 1990, es una asociación de carácter privado, sin ánimo de lucro, cuyo fundamento lo constituye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948. Aunque el ámbito de afiliación de la APDHA y su área directa de actuación sea el territorio andaluz, su actividad puede alcanzar ámbito universal porque los Derechos Humanos son patrimonio de toda la Humanidad.

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Pan para hoy y hambre para mañana

Militares españoles en la fragata "Victoria"

Ana Sánchez Mera

Miembro del área de Solidaridad Internacional de la APDHA —

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En el refranero popular podemos encontrar varios ejemplos que resumen a la perfección el contenido de este artículo, como “quien siembra vientos, recoge tempestades” o “cría cuervos y te sacarán los ojos”, entre tantos otros. Los saberes populares indican algo que también corroboran estudios mucho más sesudos en el ámbito de la paz y la seguridad: si inviertes en armas, tendrás violencia.

Diversas investigaciones demuestran que el incremento del gasto militar lleva parejos periodos de mayor inestabilidad. Estos análisis cuestionan un concepto de seguridad militarizado que se ha impuesto como el único modelo de seguridad posible. La realidad es que, más allá de los tanques, las fronteras y las alambradas, hay otras maneras de entender la seguridad. La seguridad humana, la del día a día, se garantiza reforzando los derechos y atendiendo las preocupaciones de las personas que se enfrentan cada mañana al inmenso reto de sostener la vida.

Sin embargo, según el CIS, las amenazas terroristas o la inseguridad están lejos de ser las principales preocupaciones de quiénes vivimos en el Estado español. Esta lista la encabezan aspectos como la vivienda, el paro o la enquistada crisis de la política institucional. A pesar de esto, los recursos y esfuerzos que se destinan a aliviar estos temores están muy por debajo de los que se destinan a garantizar la llamada “seguridad nacional”.

El nuevo Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa presentado por el Gobierno cuenta con un presupuesto de 10.471 millones de euros, y servirá para “proteger sus fronteras, su territorio y sus Fuerzas Armadas con una perspectiva integral de 360º”. Puede que este plan sirva para proteger las fronteras (sic) pero, ¿sirve este plan para proteger a las personas que habitamos este territorio? ¿o para garantizar la seguridad de quiénes lo transitan en busca de una vida mejor?

A lo largo de las 21 páginas que tiene el documento, que hace verdaderos equilibrios para justificar lo injustificable, no hay ni una sola referencia a conceptos como democracia o derechos humanos. Hemos normalizado que hablar de seguridad sea hablar de tanques y misiles y que el discurso de los derechos quede fuera de esta esfera. Hemos aceptado la deshumanización de la seguridad como un mal menor.

Si miramos más allá de nuestra fronteras, las principales amenazas contra la vida son la pobreza y la emergencia climática. No obstante, el avance del autoritarismo y las desigualdades, así como las respuestas militarizadas a problemas ambientales, políticos, sociales o económicos son las causas estructurales sobre las que se erigen las mayores amenazas para la paz y la seguridad a nivel global.

Invertir en armas no es invertir en seguridad, es reforzar un negocio sangriento que se lucra con la muerte de miles de personas y que contribuye de manera directa a acelerar la emergencia climática

La industria de la guerra es responsable del 5% de las emisiones globales de CO2. Invertir en armas no es invertir en seguridad, es reforzar un negocio sangriento que se lucra con la muerte de miles de personas y que contribuye de manera directa a acelerar la emergencia climática. Una industria que se nutre de los combustibles fósiles y que reproduce las estructuras más violentas del patriarcado, el miedo como herramienta de control y el uso de la fuerza como única forma de relacionarnos.

¿Cómo vamos a sentirnos seguras en un mundo liderado por estados que están sosteniendo y facilitando el genocidio en Palestina? ¿Cómo vamos a sentirnos protegidas por un sistema que prioriza el beneficio de las empresas sobre los derechos de las personas o del planeta? Más armas no van a detener a fascistas y criminales como Putin, Trump o Netanyahu.

Necesitamos abrir un espacio de diálogo que sea capaz de identificar de manera honesta cuáles son las amenazas reales que ponen en peligro la vida y la sostenibilidad de nuestro planeta y dibuje colectivamente un nuevo modelo de seguridad y de gobernanza global. El fortalecimiento de las democracias participativas, la democratización del derecho, la descolonización de los sistemas de internacionales protección y una transición ecológica justa, son algunos de los mecanismos que ayudarán a contener las amenazas actuales, forjando al mismo tiempo las bases para un nuevo modelo de seguridad que garantice el derecho a una vida digna, libre de miedo, miseria y violencias.

No podemos buscar la paz haciendo la guerra, porque volviendo al refranero popular, esto será pan para hoy, y hambre para mañana.

Sobre este blog

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, constituida en 1990, es una asociación de carácter privado, sin ánimo de lucro, cuyo fundamento lo constituye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948. Aunque el ámbito de afiliación de la APDHA y su área directa de actuación sea el territorio andaluz, su actividad puede alcanzar ámbito universal porque los Derechos Humanos son patrimonio de toda la Humanidad.

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