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El drama extra de las embarazadas en el caso de la listeria: “Comí la carne y un mes después perdí a mi hijo”

Teresa Reyes y José Fernández, de Villanueva del Ariscal (Sevilla)

Fermín Cabanillas / Marta Montojo

El brote de listeriosis originado en Andalucía afecta, en gran número, a mujeres embarazadas, al menos en los casos en los que se ha requerido hospitalización y que, en al menos dos casos conocidos, han acabado en la pérdida de los bebés antes de su nacimiento. Otra mujer tuvo que dar a luz de forma prematura, si bien en los dos recién nacidos a los que se estaba realizando seguimiento se ha descartado en ambos la presencia de la bacteria.

Según los últimos datos aportados por la Junta, del número de personas hospitalizadas (82) un total de 28 son mujeres embarazadas. Se trata de un grupo de riesgo porque están inmunodeprimidas, igual que la gente mayor. “Esto es un factor, pero más que afectarlas a ellas lo que produce la listeria es que incide sobre la placenta, la coloniza”, explica Anna Goncé, doctora del BCNatal, el Servei de Medicina Maternofetal del Hospital Clínic de Barcelona.

Le pasó, con el peor de los finales, a Teresa Reyes y a su marido, José Fernández, que perdieron a su hijo en la semana 18 de gestación. Había tenido tres abortos anteriores. Aparentemente, el embarazo del que ahora sí iba a ser su primer hijo iba bien, hasta que el 2 de agosto abortó en el baño del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. “Se me cayó”, explica gráficamente.

Antes de eso había pasado un calvario de visitas al centro salud de su pueblo, Villanueva del Ariscal (Sevilla), de no ser atendida urgentemente por la saturación del mismo, de acudir al Hospital de Bormujos donde le controlaron la fiebre, de volver a su casa con vómitos, tensión en el cuello y un malestar que le hizo ir directamente al Hospital de la Mujer del Virgen del Rocío.

Allí, una ecografía detectó la ausencia de latidos del feto. Desde entonces, físicamente se está recuperando, “aunque tengo por delante algunas revisiones”, explica a eldiario.es/andalucia mientras lamenta que “nadie de la Junta me ha llamado desde entonces”, ni para una explicación ni para darle ánimos.

Ahora, recuerda que en su día la Junta afirmó que su caso no tenía relación con el brote de listeriosis, “un embuste”. “Comí la carne más o menos a finales de junio, y un mes después desarrollé los síntomas y perdí a mi hijo”, sentencia.

“Alimento en mal estado”

“Los médicos me comentaron que había comido algún alimento en mal estado. De entrada era imposible recordar cuál fue, pero ahora sí lo saben”, dice, indicando que posteriormente supo que había más embarazadas afectadas y que otra también había abortado. Ahora, se está planteado la vía legal que va a tomar en este caso, posiblemente en forma de una denuncia conjunta de varias de las personas afectadas.

Su caso se suma al de otra embarazada que, la semana pasada, perdió a su bebé en el último trimestre de gestación, en esta ocasión en el Hospital Virgen Macarena, y al de otra mujer que tomó en un bar montaditos de carne infectada y tuvo que dar a luz el 11 de agosto de forma anticipada en el Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, en su 33 semana de gestación, según informó Facua-Consumidores en Acción, para evitar que la bacteria, que estaba en la placenta de la madre, pasara al feto.

Le diagnosticaron la infección durante sus vacaciones en Gijón. De regreso urgente a Sevilla, una punción en la médula del feto detectó que aún estaba sano, pero el análisis de la placenta concluyó que ya presentaba listeriosis. Ante el altísimo riesgo, se adelantó el parto. “Nuestro bebé se salvó de milagro”, dijo Alejandro R. en ABC de Sevilla.

La listeriosis es generalmente una enfermedad leve, que cursa produciendo fiebre y diarrea de manera similar a otras infecciones trasmitidas por alimentos, pero este tipo de infección por listeria es raramente diagnosticado. No obstante, en ciertos grupos de personas como son las mujeres embarazadas, puede causar una afección grave que afecte al feto; también son especialmente sensibles las personas mayores y los pacientes con el sistema inmunitario debilitado.

Qué hacer ante los síntomas

Anna Goncé, doctora del BCNatal, el Servei de Medicina Maternofetal del Hospital Clínic de Barcelona, explica que a las mujeres clínicamente sí les puede afectar “pero es raro que haya una afección grave, aunque puede dar fiebre”. El tiempo de gestación es importante porque, según esta experta, si la infección de la mujer ocurre al inicio de su embarazo, “desde la primera mitad hasta la semana veinte o así”, lo que puede suceder es que se produzca un aborto, si la paciente, una vez ha sufrido fiebre, no se trata enseguida. En cambio, cuando la infección ocurre partir del séptimo mes, además de generar fiebre, la listeria produce corioamnionitis, que es una infección de la placenta, del líquido amniótico y del feto. “Esto puede producir un parto prematuro, y el feto se puede morir por la prematuridad y por el cuadro infeccioso”.

Es peligroso también para la embarazada, agrega, por lo que las mujeres en este estado, en caso de brote, deberían seguir unas normas higiénicas todavía más estrictas para evitar la infección durante la gestación, y evitar consumir productos cárnicos envasados o preparados desde hace días, así como quesos de leche no pasteurizada. “Lo aconsejable es que esté todo bien cocinado, aunque es difícil minimizar el riesgo a cero”.

En cualquier caso, Goncé recalca que “es muy importante que, si tiene fiebre, una embarazada acuda a su centro de asistencia primaria lo antes posible para descartar la infección. Y en caso de infección, incluso, si se trata rápido y con antibióticos, se puede curar”.

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