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La solidaridad se cultiva entre desempleados

Huerto social puesto en marcha por desempleados en Posadas (Córdoba). /Foto Asoc. Al-Fanadiq)

Carmen Reina

Asegurar la subsistencia de quienes se ven afectados

por la falta de empleo y de ingresos en su municipio. Esa es la idea esencial con la que

trabaja la Asociación de Desempleados Al-Fanadiq de Posadas (Córdoba) que acaba

de poner en marcha un huerto social para producir alimentos y repartirlos entre

las familias en paro.

La solidaridad se cultiva entre

quienes no tienen un trabajo y, en este caso, esta asociación de desempleados,

constituida en la primavera de 2013, lo ha hecho con ayuda de vecinos y

empresas del municipio, que han puesto su colaboración al servicio de este huerto

social para lograr una producción propia y, a la vez, lograr que las personas en paro “se sientan útiles”.

Así, gracias a la cesión de un terreno por parte de

un vecino “que no se pensó ni un minuto el ayudarnos”, la asociación de parados de

Posadas ha podido poner en marcha el huerto, cuenta su presidente, Simón Fenoy,

a eldiario.es/andalucia. A partir de

ahí, contaron con la colaboración altruista de dos empresas también del pueblo,

una especializada en movimientos

de tierra y una segunda de transportes, gracias a las cuales se pudo

acondicionar el terreno.

Desde

entonces, son los propios desempleados de la asociación quienes se han puesto

manos a la obra. Unos todos los días y otros en jornadas sueltas, ya han realizado las labores de siembra de hortalizas propias

para la temporada de otoño e invierno. Habas, cebollas, patatas o espinacas son

algunos de los productos que, llegada la cosecha, podrán repartir entre las

familias de parados.

Proyecto en marcha sin ayuda pública

Proyecto en marcha sin ayuda pública

Fenoy

cuenta cómo el proyecto de llevar a cabo un huerto social en Posadas fue

presentado hace seis meses en el Ayuntamiento por la propia asociación, sin que

hasta el momento haya habido una respuesta concreta. “Nos han recibido y nos

dicen que están estudiando el tema, viendo posibles terrenos, pero nada más“,

señala.

Ante esa

falta de respuesta y la situación en la que se ven muchos parados del pueblo, la acción de los propios desempleados y la colaboración de

los vecinos y empresas es la que ha hecho posible que el huerto social hoy sea

una realidad.

Para ello, también buscaron financiación a través del crowdfunding

e igualmente se han valido de la solidaridad de personas que les han

proporcionado semillas para plantar y algunas herramientas de labranza.

Un pozo

en el mismo terreno, del que sacan el agua a mano, les surte hasta la llegada

de las lluvias, que esperan al igual que un gesto de alguna administración para

echarles una mano en su trabajo y aliviar su situación. Desde la asociación,

que se declara “apartidista”, entienden que “el desempleo no tiene ideología” y

por eso confían en que se unan a ellos todo aquél que lo necesite y la labor

que ahora han iniciado en este huerto social pueda ampliarse a más terrenos.

Llamamiento a la acción

Llamamiento a la acción

“Las personas que hemos constituido la asociación y estamos

llevando a cabo el huerto social podemos ser de pensamientos diferentes pero cada

día nos vamos dando cuenta de que si no intentamos mejorar las cosas nosotros e

intentar buscar alternativas, el Gobierno va a hacer poco por nosotros como

cada día nos demuestran“, reflexiona su presidente.

Y en paralelo, la actividad de la Asociación de

Desempleados Al-Fanadiq de Posadas sigue. Las redes sociales se han convertido

en una herramienta más de su trabajo y a través de ellas y un blog propio http://asociaciondedesempleadosdeposadas.blogspot.com.es/

la asociación realiza un llamamiento a todo aquel que quiera unirse al proyecto

o colaborar de algún modo.

De hecho, sumando actividades a su acción, también quieren

recuperar tradiciones antiguas como hacer jabón casero para surtir a las

familias de parados, además de poner en marcha acciones formativas que sirvan

para el reciclaje profesional de sus miembros.

De momento, han conseguido su primer objetivo y el

huerto está en marcha. “Estamos demostrando que para comer sólo hace falta voluntad

por querer hacer las cosas, sin luz ni recursos económicos“ se muestran

satisfechos de lo alcanzado. Ahora, la cosecha, es cuestión de tiempo.

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