Granada inicia la construcción del acelerador de partículas que cambiará el futuro de la energía a nivel mundial
Desde este lunes, Escúzar ya no es sólo una localidad granadina poco conocida de menos de mil habitantes. En sus afueras, dentro de la Ciudad Industrial, Tecnológica y Área de Innovación (CITAI), se empieza a levantar la gran instalación científica del proyecto IFMIF-DONES, el acrónimo inglés de International Fusion Materials Irradiation Facility-Demo Oriented Neutron Source. El acelerador de partículas granadino. Un nombre largo, el inglés, para una apuesta estratégica que vincula el nombre de Granada a uno de los retos más complejos que afronta la ciencia: la energía de fusión.
Las obras, que han comenzado con la colocación simbólica de la primera piedra -aunque ya hay edificios construidos- por parte del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, así como la de Ciencia, Diana Morant y otras autoridades, empiezan tras un proceso de una década en el que la implicación de las administraciones ha sido clave. En ese tiempo, han logrado convencer a Europa de que Granada debía ser la sede de esta infraestructura y lograr consensos políticos, técnicos y científicos que hicieran viable el proyecto. Desde entonces, se han construido ya varias infraestructuras ligadas a la iniciativa, como el UGR-DONES o los primeros edificios administrativos.
La instalación que se empieza a construir en Escúzar será la infraestructura científica más importante en España en su ámbito y una de las más relevantes a nivel europeo. Movilizará 700 millones de euros para su construcción y otros 50 para su puesta en marcha. El coste de operación anual, una vez en funcionamiento, rondará también los 50 millones. Una factura en la que el Gobierno central se ha comprometido a financiar la mitad del coste de construcción y el 10% del operativo, aunque la inversión se considera estratégica y muy rentable a largo plazo cuando la energía de fusión llegue a ser clave. Está previsto que el Ejecutivo central aporte ya esta semana 200 millones de euros, según ha anunciado Morant. Algunas estimaciones hablan de un retorno económico de 1.000 millones de euros que generarán 15.000 empleos directos que repercutirán sobre todo en la provincia de Granada.
No obstante, la ceremonia de colocación de la primera piedra también se ha podido leer en clave de política regional. No solo por la presencia de Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta -que ha llegado una hora tarde-, sino por la de María Jesús Montero, que es ministra de Hacienda y vicepresidenta del Ejecutivo central, pero también la nueva líder del PSOE de Andalucía que aspira a recuperar el Palacio de San Telmo ante el PP de Moreno. De ahí que su participación se haya leído en esa clave, teniendo en cuenta además que el Gobierno de España ya estaba representado por la ministra Diana Morant, responsable de la cartera de Ciencia.
“Te veo ahora más que nunca”, le ha dicho Montero al presidente andaluz a la llegada de este en un tono de cercanía que se ha apreciado durante todo el evento. Ambos han puesto en valor las sinergias y el entendimiento entre instituciones, con agradecimientos mutuos lejos del barro político. Al tiempo que Montero ha aprovechado para recordar que el IFMIF-DONES empezó a caminar bajo el anterior gobierno socialista de Susana Díaz del que ella formaba parte.
Más allá de las implicaciones políticas del acto en sí, el inicio de las obras se ha produciro en paralelo a la firma de un acuerdo estratégico vital para el futuro del IFMIF-DONES: Japón se ha unido al proyecto, después de ser uno de sus principales competidores. El embajador nipón en España, Takahiro Nakamae, ha acudido a la firma del Memorándum de Contribución entre ambos países, acompañado de representantes del Gobierno japonés. Una alianza esencial para que esta infraestructura sea vista como clave a nivel internacional. De hecho, en la cita han participado también representantes de los 17 países y organizaciones que forman parte del Dones Steering Committee, así como autoridades políticas, científicas y diplomáticas, incluyendo al recrtor de la Universidad de Granada, Pedro Mercado.
Un proyecto de años
El inicio de las obras del acelerador de partículas supone la culminación de un trabajo de diez años por parte de las administraciones. De hecho, desde que en 2015 se empezó a hablar de una candidatura granadina, el proyecto ha tenido que competir contra Croacia y Polonia, imponiéndose a ambos y contando con el respaldo de la Unión Europea en 2017, cuando se oficializó definitivamente la planta de Escúzar como la representante europea. En ese momento, Croacia decidió unir fuerzas y hoy es uno de los socios principales del IFMIF-DONES.
Por otro lado, el Consorcio IFMIF-DONES España se constituyó en junio de 2021 mediante un convenio entre el Gobierno central -a través del Ministerio de Ciencia- y la Junta de Andalucía. La ejecución técnica corre a cargo del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), con el respaldo de empresas surgidas de grupos de investigación granadinos, lo que está generando ya empleos e inversión a nivel local, dinamizando la economía alrededor de la ciencia. Un plan en el que Granada está intentando situarse desde hace tiempo, con la construcción por ejemplo del Parque Tecnológico de la Salud (PTS) y el fomento de la IA por parte de la Universidad de Granada.
La instalación de Escúzar será clave en la cadena internacional de proyectos para estudiar la viabilidad de la energía de fusión. Entre el ITER -el reactor experimental que ya se construye en Francia- y el DEMO -la futura planta demostradora de producción eléctrica-, el IFMIF-DONES se encargará de probar los materiales que deben soportar las condiciones extremas de los reactores. Como explican desde el propio proyecto, se trata de un paso “imprescindible” para avanzar hacia una fuente de energía más limpia, abundante y estable. Sus aplicaciones también podrán extenderse a campos como la medicina, la física o la industria.
Además, la ubicación del acelerador de partículas ya está transformando la vida de Escúzar. La llegada del proyecto ha llevado a la creación de la Ciudad Industrial, Tecnológica y Área de Innovación (CITAI), ha frenado la pérdida de población, ha atraído empresas auxiliares y ha hecho llegar servicios impensables hace unos años, como la fibra óptica. Por otro lado, ha mejorado las comunicaciones por carretera, acercando a Granada capital a una localidad hasta hace no mucho aislada. Los terrenos fueron cedidos por el propio ayuntamiento, que aspira a que el municipio se convierta en un entorno tecnológico y científico de referencia. Y lo está consiguiendo.
2